VIERNES 6 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Recientes evidencias señalan que sus miembros dispararon el 2 de octubre
EMP, fuente de abusos y trampolín para ascensos
Ť Lo distinguen las injusticias y una enorme corrupción, dicen integrantes de las fuerzas armadas
Jesús Aranda Ť Surgido el 12 de enero de 1942, como un cuerpo pequeño de ayudantes al servicio del Ejecutivo federal, el Estado Mayor Presidencial (EMP) pasó a convertirse con los años en una fuente de abusos, injusticias y excesos en ascensos injustificados; y más tarde, de acuerdo con las últimas evidencias, en el agrupamiento que inició la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968, indicaron fuentes militares.
Durante el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), el EMP recibió un gran impulso y su jefe, el general Luis Gutiérrez Oropeza, fue el principal recipiendario de los privilegios, ya que culminó una serie de ascensos vertiginosos logrados bajo la sombra del Ejecutivo federal; ello, pese a que no cumplía los requisitos exigidos por la ley castrense para subir de grado.
Los informantes añadieron que, durante ese sexenio, el Estado Mayor Presidencial sentó las bases para alcanzar en los años setenta una ''desorbitante expansión'', como recompensa por su participación en los hechos del 2 de octubre, ya que cada vez surgen más evidencias en el sentido de que los francotiradores apostados en las azoteas de los edificios que rodean la Plaza de las Tres Culturas, y que iniciaron el tiroteo contra los manifestantes, fueron precisamente militares del EMP, que comandaba en aquel entonces Gutiérrez Oropeza.
Entre los miembros del EMP que tomaron parte directamente en esos hechos se encuentran: Héctor Careaga Strambasaguas (entonces capitán), Francisco Mora (teniente), Sergio Aguilar (subteniente). Y por supuesto, el general Crisóforo Mazón Pineda, que iba al mando de las tropas.
De acuerdo con los informantes, desde sus inicios el EMP se distinguió por ser ''una fuente inagotable de abusos, injusticias, excesos y una enorme corrupción''.
Según las fuentes, el primer jefe del Estado Mayor Presidencial del presidente Miguel Alemán fue el coronel de Infantería Santiago Piña Soria, quien al término de ese sexenio ya era general de división, ascenso que incluso fue impugnado por el presidente de la Comisión de Defensa del Senado, general de división Jacinto B. Treviño.
Era tal el desorden que hubo en los ascensos en ese periodo, afirmaron, que en el Ejército se hablaba de generales ''de piña'', ''limón'' y de ''dedo''; además, hubo civiles que fueron nombrados generales, como Miguel Lanz Duret (periodista de El Universal), Héctor Ponce Sánchez y Rogerio de la Selva (cuyo mérito fue ser secretario particular del presidente, aun cuando era nicaragüense).
El 13 de septiembre de ese año, se creó también el Cuerpo de Guardias Presidenciales, el cual quedó a cargo del general brigadier Juan Gilberto Valdez Antonio, tío del presidente Alemán, y que en la década de los veinte había sido dado de baja por considerarlo ''indigno de pertenecer al Ejército''.
En el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines fue nombrado jefe del EMP el general de brigada Alejandro Hernández Bermúdez; con Adolfo López Mateos, lo fue el general brigadier José Gómez Huerta, quien fue pagador del Ejército, ''una comisión, ya que la mayoría de los pagadores eran agiotistas que prestaban al 10 por ciento quincenal de interés al personal'', indicaron los informantes. Gómez Huerta era pagador de la Dirección de Sanidad -con el grado de coronel oficinista- al inicio del sexenio de López Mateos; más tarde pasó a ser coronel de Caballería y en 1958 terminó como general de división.
Gustavo Díaz Ordaz tuvo como su titular de Estado Mayor al coronel Luis Gutiérrez Oropeza, quien había sido su jefe de ayudantes en la Secretaría de Gobernación, siendo en aquel entonces mayor. Los informantes aseguran que pese a que no tenía derecho a ascender a teniente coronel -por estar en una comisión ajena al servicio y por no cumplir con la obligación de estar al menos un año al mando de una unidad de Artillería-, fue ascendido a teniente coronel y para fines de 1964 ya era coronel; en 1970 terminó el sexenio como general de brigada, para retirarse años más tarde del Ejército como general de división.
Por su parte, el general brigadier Jesús Castañeda Gutiérrez fue el jefe del EMP con Luis Echeverría, en un periodo en que fueron menos conocidos escándalos y problemas al interior de este agrupamiento. Pero fue durante el sexenio de José López Portillo cuando el Estado Mayor Presidencial tuvo mayor fuerza, bajo el mando del actual general Miguel Angel Godínez Bravo, quien se distinguió por haber llegado a este cuerpo con el grado de capitán primero y terminar como general sin haber tenido comisiones en la Secretaría de la Defensa Nacional.
En esa época -señalaron los militares consultados- fue que el EMP comenzó una ''desorbitada expansión (se calcula que actualmente suman más de 3 mil sus miembros)'', ocupándose a su personal en misiones ajenas al servicio y muchas de ellas ''inadecuadas y humillantes'' para un oficial del Ejército. En aquel entonces, se proporcionaron ayudantes y escoltas a los familiares del presidente y otras personas ajenas al Ejército, ''desprestigiándose profundamente la profesión militar''. Fue hasta que terminó el sexenio de López Portillo, cuando Godínez ocupó la comandancia de zonas y regiones militares, la dirección del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) y fue diputado federal en la pasada legislatura.
Los jefes del EMP en los sexenios de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo -los generales Carlos Bermúdez Avila, Arturo Cardona Merino y Roberto Miranda, respectivamente-, hicieron su carrera militar al amparo del EMP y sin haber tenido ''mando de tropas'' en el Ejército Mexicano.