Las medallas de los atletas, un patrimonio del país: Zedillo
Ť El mandatario reconoció el esfuerzo individual de quienes alcanzaron el podio en Sydney
Abril del Río Ť Los seis medallistas olímpicos, que debido a sus contratos con el proyecto CIMA (Compromiso Integral de México con sus Atletas) se han visto obligados a aparecer en diversos programas televisivos desde que bajaron de los podios de premiación, ayer debieron hacerse un tiempo para acudir a la recepción que les brindó el presidente Ernesto Zedillo en Los Pinos.
"En conjunto, el desempeño de ustedes le ha dado una gran satisfacción a nuestro país, porque si bien es cierto que las comparaciones en el deporte son difíciles e incluso odiosas, hace ya varios Juegos Olímpicos que no nos sentíamos tan contentos por el resultado global de nuestra delegación", manifestaría Zedillo.
Tarde de rostros orgullosos en el salón Avila Camacho, donde la pesista Soraya Jiménez lucía la presea más brillante, la única de oro, flanqueada por el clavadista Fernando Platas, el siempre sonriente que fue "a presumir" su medalla plateada, lo mismo que, guardadas las de bronce en sus estuches, el taekwondoísta Víctor Estrada, el boxeador Cristian Bejarano y los andarines Noé Hernández y Joel Sánchez; todos en compañía de sus familiares y entrenadores. Ningún dirigente deportivo.
Durante la reunión de 30 minutos, el mandatario bromeó con los medallistas y les agradeció la satisfacción que le dieron a la población, sobre todo a los jóvenes, pues "la gran mayoría no sabía que se podían lograr resultados tan satisfactorios". Zedillo reconoció el apoyo de las instituciones, pero sobre todo, el de las personas más allegadas a los atletas; "yo sé que el mérito es principal y fundamentalmente de ustedes", subrayó.
No obstante, consideró que los triunfos "son para el país, porque el que nuestro pueblo se sienta satisfecho y orgulloso de que haya jóvenes como ustedes, puede servir de ejemplo a todos los mexicanos.
"Es un patrimonio colectivo; algo que vamos a atesorar siempre. Nunca se nos van a olvidar las imágenes, como no se nos van a olvidar las de otros atletas que nos dieron una satisfacción similar".
Zedillo exaltó el desempeño de toda la delegación, aunque no mencionó ni una palabra acerca de Bernardo Segura.
Breve en su discurso, la primera campeona olímpica mexicana agradeció la confianza que el presidente les brindó a los deportistas antes de partir a Sydney, cuando advirtió que no había que exigirles medallas, sino su mejor esfuerzo.
Noé Hernández, el único de los invitados que no llegó en auto de modelo reciente, sino en uno muy modesto que conducía su tío, intentó formular alguna petición, pero no logró explicarse. Agradeció una vez más el único apoyo real que acompañó su preparación, el de su familia, y llamó al reconocimiento para el resto de la delegación.
En su turno, Víctor Estrada se reveló orgulloso por "pertenecer a una nueva generación de deportistas", un concepto similar al de Fernando Platas, quien dijo sentirse parte de un grupo de "gente exitosa".
También de escasas palabras, Bejarano externó su agradecimiento por el apoyo de todos los que acompañaron su preparación, y al igual que Joel Sánchez, se presentó vestido con el uniforme militar, y es que ambos fueron premiados con ascensos de grado. El pugilista ascendió de cabo a sargento segundo y el andarín de sargento primero a subteniente.
No hubo peticiones de los deportistas ni promesas del primer mandatario. "No nos toca a nosotros solicitar los apoyos, acotó Víctor Estrada, sino a las instituciones deportivas.
Esperemos, eso sí, que el proyecto CIMA no se detenga aquí; que haya un seguimiento con el próximo gobierno, porque si bien contamos con este en el último año y para muchos llegó tarde, fue un factor muy determinante para estos logros", concluyó.
Los deportistas, no todos, quedaron invitados a retornar a Los Pinos bajo la gestión de Zedillo. "Quiero que vengan, tal vez la semana que entra, algunos de ustedes a comer con mi familia, a compartir el triunfo", les diría sin definir quiénes y cuándo.