JUEVES 5 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Se mantienen intensos contactos, dice el Kremlin
Mutismo ante la oferta de Moscú de mediar en la crisis yugoslava
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 4 de octubre Ť Oficialmente, más allá de las interesadas versiones de prensa que sólo contribuyen a crear confusión al reproducir un lenguaje críptico que deja abierta cualquier posibilidad, el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y Vojislav Kostunica, el dirigente opositor que se proclamó ganador de las elecciones presidencia- les en Yugoslavia, no han respondido a la oferta de mediación ofrecida por el mandatario ruso, Vladimir Putin.
Así lo hizo saber hoy el canciller ruso, Igor Ivanov, desde Nueva Delhi, donde se encuentra como miembro de la comitiva que acompaña a Putin, y remató: "Si ellos no aceptan este ofrecimiento y no vienen a Moscú, será su decisión".
Las declaraciones del encargado de la diplomacia rusa contrastan con el optimismo del asesor presidencial Serguei Prijodko, quien también en la capital de India destacó que se mantienen "intensos contactos" con Milosevic y Kostunica, dando a entender que "en cualquier momento" podrían aceptar desplazarse a Moscú.
Sin embargo, si se dejan de lado los aspectos formales invocados por Ivanov, la reunión en esta capital de Milosevic y Kostunica quedó hoy prácticamente descartada.
Y no sólo porque muchas veces el silencio es más elocuente que las palabras, como sucedió aquí en el principal noticiero nocturno de la televisión del Estado, que en significativo gesto no consideró necesario incluir el tema en los titulares del día.
Importa más que Kostunica creyó ver en la propuesta de Putin un signo de simpatía del Kremlin hacia un posible reconocimiento de su victoria en las urnas, el único "detalle" que estaría dispuesto a negociar en Moscú, que se desvaneció al reiterar Rusia que es indispensable celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el próximo domingo.
Tocado en su orgullo eslavo, Kostunica no olvida que hace unos meses realizó una visita a Moscú y fue recibido en la cocina para no irritar a Milosevic. En esa ocasión, ni siquiera Ivanov encontró tiempo para escuchar al líder de la oposición de Serbia.
Ello explica que su primera reacción ahora fuera decir que esperaba una invitación oficial, que concretara los puntos a negociar, ya que veía con "mucho interés" la iniciativa de Putin.
Milosevic, por su parte, que encargó a su hermano, el embajador en Rusia, la ingrata misión de emular a Cantinflas con afirmaciones como "de ninguna manera pero a lo mejor quién sabe", no quiere ser etiquetado de intransigente pero tampoco tiene ningún interés de abandonar Yugoslavia en plena campaña de desobediencia civil.
Y menos ahora que el Tribunal Constitucional de Yugoslavia decidió anular parte del proceso electoral "relativo a la votación, el escrutinio y la difusión de los resultados" del pasado 24 de septiembre, y anunciar que precisará este jueves las irregularidades detectadas.
Lejos de resolver el conflicto, la decisión del Tribunal Constitucional podría equivaler a un intento de repetir la primera vuelta, algo inaceptable para la oposición política yugoslava, que exige se reconozca la victoria de su candidato.
A la luz del dramático giro que pueden dar los acontecimientos en Yugoslavia, esta noche se acabaron las reverencias diplomáticas y Kostunica declaró, en entrevista exclusiva al canal de televisión ruso ORT, que "no considero posible salir de Serbia en estos momentos", porque "sería inaceptable y poco responsable".
Putin, entre tanto, regresará hasta mañana por la noche de su periplo por India, que resultó muy provechoso a juzgar por los jugosos contratos en materia de venta de armas que se firmaron durante su visita.
Al margen de la retórica que marca toda declaración sobre "alianzas estratégicas", como la suscrita el pasado martes en Nueva Delhi, Rusia suministrará a India 320 tanques T-90 --el modelo más moderno de sus carros de combate--, el portaviones Almirante Gorshkov y 150 cazabombarderos SU-30, que bajo licencia rusa serán ensamblados en India.
El valor estimado de la transacción del paquete bélico es del orden de los 5 mil millones de dólares, aunque es posible que el presidente Vladimir Putin haya autorizado una rebaja considerable para destrabar unas negociaciones que han estado empantanadas durante varios años.