JUEVES 5 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Cuestionan investigadores las políticas impuestas por organismos mundiales


Nocivos, los subsidios agrícolas, dice la OCDE

Ť Fomentan la concentración del ingreso, advierte Gabriela Ramos, representante de la organización

Angélica Enciso L. Ť Las políticas agrícolas deberán reorientarse, ya que los altos subsidios al campo que aún se mantienen han llevado a mercados distorsionados, se ha dado una gran concentración y la desigualdad en la distribución de ingresos es la tendencia actual, señaló Gabriela Ramos, de la oficina de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en México, al participar en el 20 seminario de Economía Agrícola, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Por su parte, Olivier Lafourcade, director en México de la oficina subregional del Banco Mundial, estimó que el crecimiento rural es necesario para acabar con la pobreza en el campo, y que la agricultura jugará un papel esencial en los próximos años.

Después de las intervenciones de los representantes de los organismos internacionales, John Saxe Fernández y José Luis Calva, investigadores del citado instituto, hicieron severos cuestionamientos a las políticas agropecuarias impuestas por las instituciones financieras, y destacaron la grave crisis del campo mexicano.

En el debate que se originó a partir de eso, los dos representantes de las instituciones internacionales asumieron que se les había hecho una acusación de conspiración en contra de naciones como México, pero rechazaron enérgicamente que establecieran condiciones para que las naciones obtengan apoyos económicos.

Luis González Souza, moderador de la mesa, abrió el debate al referirse a la viabilidad de una "mundialización alternativa" a la impuesta por las naciones desarrolladas, y destacó la necesidad de preservar las autonomías en los países, tanto alimentarias como espirituales.

Gabriela Ramos precisó que la OCDE se orienta a la asesoría de políticas públicas, y al hacer un balance de los efectos de la globalización, señaló "grandes desigualdades y la concentración en la integración de las cadenas, lo cual contrasta con los pequeños negocios agrícolas, que en general están poco tecnificados". Destacó que en las naciones que forman parte de la OCDE, como México, hay una tendencia a cambiar el consumo de productos a granel por alimentos procesados.

En relación con las políticas establecidas en el agro en los últimos años, destacó que los altos subsidios han sido un factor que ha distorsionado los mercados. Dijo que las naciones desarrolladas destinan alrededor de 580 millones de dólares -el equivalente al PIB de México- para apoyar a sus productores. Detalló que el promedio de subsidios otorgado por los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico a sus productores representa 40 por ciento del valor del producto, pero en naciones como Bélgica llega hasta 60 por ciento. Señaló como necesario reducir las subvenciones para convertirlas en respaldos directos.

Por su parte, Olivier Lafourcade dijo que las reformas que han hecho los gobiernos fueron necesarias, pero no suficientes. Aseguró que el crecimiento agrícola es indispensable para reducir la pobreza y, en este momento, el mayor ingreso de las familias proviene de actividades no agropecuarias.

El funcionario del Banco Mundial dijo que el argumento de naciones en desarrollo de que no pueden competir con las más avanzadas por las asimetrías productivas y las desigualdades en la actividad son válidas, pero "no se pueden entrampar en esto". Agregó que "la competitividad depende del aumento productivo, y éste se relaciona con la necesidad de tener políticas micro que sean diferenciadas".

Insistió en que debe haber políticas regionales distintas que permitan el acceso de los agricultores al mercado doméstico y asistencia técnica adecuada. "Las reformas macro son correctas, pero los retos y la agenda del desarrollo requieren que se ponga más atención a los cambios en las regiones".

Coincidió con la representante de la OCDE en que las naciones en desarrollo deben seguir por esta línea, y el énfasis debe centrarse en los obstáculos que ponen los países industrializados al comercio, así como en reducir y eliminar los subsidios, tanto a la exportación como los domésticos.

A lo largo de su exposición, John Saxe presentó los condicionamientos que en diferentes documentos estableció el Banco Mundial a México: eliminación de los precios de garantía de los granos, reducción de la participación del Estado en el agro y desaparición de subsidios. Por su parte, José Luis Calva dijo que las barreras que ponen los países son para protegerse entre ellos: Estados Unidos de la Unión Europea y ésta del primero. "Los países pobres nunca ganarán una guerra contra las naciones ricas", señaló.

Lafourcade precisó que existe un mal entendimiento de la forma en que funciona el Banco Mundial. "Se habla de que desde hace 28 años seríamos parte de una conspiración, y eso no lo veo. Esta institución, contra lo que se piensa, es una cooperativa, y no es de Estados Unidos. 18 por ciento del capital del banco corresponde a estos países, y la Unión Europea tiene 33 por ciento".

En México, dijo, el apoyo anual del organismo mundial es de 2 mil millones de dólares en promedio; "esa cantidad representa un mínimo porcentaje de la deuda mexicana, y así, Ƒde qué manera se podría imponer algo? No hay duda de que el neoliberalismo no es portador de equidad, es una certeza, por eso el llamado para establecer métodos que permitan reducir la desigualdad y avanzar en el progreso".