MIERCOLES 4 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Clemente Valdés: propicia concentración y control
Necesario, revisar el principio de división de poderes: asesor de Fox
Gustavo Castillo García Ť Es necesario revisar los principios sobre los cuales se sustenta la división de poderes en México, porque resultan obsoletos después de 250 años de haberse instituido, ya que esta conformación "se ha convertido en disputa por adquirir más poder y controlar a los otros", afirma Clemente Valdés, doctor en derecho y miembro del grupo de asesores jurídicos del presidente electo Vicente Fox, en su libro El juicio político, la impunidad, los encubrimientos y otras formas de opresión.
El autor asegura en su texto, que saldrá a la venta en los próximos días, y del cual La Jornada posee copia, que el Ministerio Público (MP) debe ser independiente del gobierno y contar con una "participación y vigilancia directa de la sociedad, para acabar con el manejo oculto de sus funciones y lograr una verdadera imparcialidad".
Considera que una de las causas "más perniciosas" para que las estructuras políticas en México no hayan tenido avances sustanciales, "es la limitación de la separación de poderes, adjudicándole únicamente a tres órganos los muchos poderes o funciones nuevas, diferentes, indispensables en las sociedades modernas, por la conservación de una doctrina que ha retenido a México y a muchos otros países en una concepción atrasada 250 años".
En el texto se menciona que en casi todos los países desarrollados con alta estabilidad política, la separación de poderes se da en más de tres órganos, tales como las llamadas cortes constitucionales, que no son órganos que formen parte de algún órgano judicial o de lo que en México se denomina Poder Judicial.
Indica que "esas entidades conocen de la revisión de constitucionalidad de las leyes y de conflictos entre órganos de gobierno", mientras que en México esa tarea le corresponde de manera exclusiva a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En el primer capítulo, denominado "El monopolio del Ejecutivo sobre la acción penal", Clemente Valdés considera que, "desgraciadamente para la población mexicana, el enorme poder que tiene el Ejecutivo al poseer el monopolio del poder penal, esto es, el poder exclusivo de promover o impedir el castigo a los miembros de la sociedad, no es el único. El Ejecutivo tiene además el poder exclusivo de vigilar, controlar, revisar y castigar a los empleados de la sociedad como si fueran sus sirvientes".