MARTES 3 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Vicente Fox visitó la exposición concebida por la viuda del Nobel mexicano 


La palabra de Paz convocó a cientos de intelectuales y jóvenes parisienses

Ť Sus libros, ilustrados por Balthus y Motherwell, son ''auténticas obras maestras''

Ť Entre la parafernalia que rodea al presidente electo, poco se pudo apreciar de la muestra

Juan Manuel Venegas, enviado, París, 2 de octubre Ť Recreada por los grandes pintores contemporáneos, la palabra de Octavio Paz está en París.

MARIJOCTAVIODe la palabra a la mirada (figuras y figuraciones), exposición concebida por Marie José Paz convocó este lunes no sólo al sector intelectual parisiense, sino a cientos de jóvenes ansiosos de conocer la obra del Nobel mexicano de Literatura.

Ansiosos porque la muestra debió haberse presentado desde el pasado 19 de septiembre; ansiosos porque los libros de Paz ilustrados por Balthus y Robert Mortherwell (editados por The Limited Editions Club) son calificados por la crítica como ''auténticas obras maestras". Y qué decir de Blanco, con Adja Yunkers (ediciones A. Colish) que ha valido, a decir de los conocedores, la espera.

Espera que se tradujo aquí como un respaldo político de la Casa para América Latina al presidente electo de México, Vicente Fox Quesada, que de gira por este país, sus asesores tuvieron la idea de solicitar posponer la inauguración oficial para realzar y darle aire a las actividades del guanajuatense en Europa.

Hecha la promoción que correspondía al acto, aquel 19 de septiembre más de 300 personas llegaron a la Casa para América Latina ?algunas incluso con  promociones de entrada? con la idea de que verían la obra de Paz acompañada por las imágenes de Yosa Buson, Gérard Barthélémy, Marcel Duchamp, Gunther Gerzso, Toshihiro Katayama, Pedro Coronel, Juan Soriano, Brian Nissen, Rufino Tamayo, Antoni Tápies, Enrique Zañartu, Vicente Rojo...

Por fin llegó el día

La presión hizo que los directivos de la Casa para América Latina abriera ese día la exposición, que debió cerrar al día siguiente para cumplir con el compromiso que ya habían hecho con los asesores del futuro mandatario mexicano, todo con el permiso de Marie José Paz, quien de manera personal supervisó cada detalle del montaje.

Y por fin llegó el día. Fox aprovechó el momento que le prepararon (hasta un homenaje rindió al ''radicalismo" de los jóvenes del 68) y los parisienses terminaron con la espera de admirar las obras que ya antes se disfrutaron en México, Madrid y Barcelona.

Entre la parafernalia que rodea ya al presidente electo, y las dos docenas de guardias que a todos lados lo acompañan, poco se pudo apreciar de la exposición. Incluso la mayoría de los asistentes, ajenos al periplo foxista, prefirieron aguardar para otra hora o de plano para otro día el momento de apreciar la exposición de la obra de Octavio Paz, iluminada y recreada por los pintores más notables de nuestra época, todos amigos del escritor, mexicano universal.