El arte, destino de Fuentes Lemus que ya nadie podría deshacer
Ť Carlos concentró su creación en las palabras, la música y las formas, escribió su padre
Ť La palabra sobrevive, poemario del artista que reúne su producción literaria en ese género
Mónica Mateos Ť Desde pequeño, el mejor compañero de juegos de Carlos Fuentes Lemus fue el talento. Por eso sus padres, el escritor Carlos Fuentes y la periodista Silvia Lemus tuvieron siempre la certeza del destino ''que ya nadie podría deshacer" de su hijo: el arte.
Poeta, pintor, fotógrafo, melómano, cada actividad fue para el joven creador un arma, de luz y nube, contra la muerte, presencia que se instaló, terca, entre sus pinceles y letras. Nacido en París el 22 de agosto de 1973, pocos años después Carlos desarrolló la hemofilia, enfermedad que ocasionó su deceso en mayo de 1999.
''¿Viviré mañana? No lo sé decir./ Pero no me iré de aquí sin resistencia", escribió alguna noche el muchacho, en ardua batalla contra las sombras. Su convicción se concretó en un centenar de dibujos, óleos, fotografías y poemas que ahora conforman la muestra Retrato del artista adolescente, inaugurada el 27 de septiembre en Barcelona, España, en la sede de la Fundación del Círculo de Lectores.
''Carlos tuvo una infancia de dolores pero muy pronto, de una manera más que intuitiva, como si su precocidad fuese un anticipo de la muerte y un acelerador de su vida creativa, concentró sus horas en el arte de las palabras, la música y las formas (...) Las figuras torturadas y eróticas de sus primeros cuadros no eran una promesa, eran una conclusión. No eran un principio. Eran, irremisiblemente, un fin", señaló el novelista Carlos Fuentes en un texto que fue leído cuando la exposición se presentó en Madrid, hace cinco meses. (La Jornada, 6/05/00).
En tierra catalana y con motivo de la llegada de los abundantes autorretratos y dibujos abstractos de Fuentes Lemus, se presentó su poemario La palabra sobrevive, editado por Seix Barral y que recoge toda la producción literaria en ese género que el joven cultivó de una manera onírica e irónica.
Fascinación por la imagen
Su fascinación por la imagen llevó a Carlos a contemplar con detalle su entorno. A los nueve años ?recuerda Tomás Eloy Martínez en la introducción del libro Retratos en el tiempo? el niño miraba en silencio los desplazamientos de su madre durante una reunión, ''con una perspicacia y una seriedad casi adultas. En un momento dado, pidió permiso para tomarnos una foto. Yo dejé caer un comentario sobre los espléndidos dibujos que solía hacer su padre y sobre cómo las imágenes se reencarnan en los hijos. Carlos el niño me sorprendió con una respuesta ontológica que mejoraba la célebre frase de Gertrude Stein: 'Una foto es una foto, un dibujo es un dibujo, y yo soy yo'".
La muestra Retrato del artista adolescente permanecerá en Barcelona hasta el 16 de octubre. En ella se aprecian, también, fotografías en blanco y negro de escritores como Susan Sontag, amiga de los Fuentes cuya inteligencia no sólo deslumbró sino que intimidó al autor de Aura; Salman Rushdie, el de la mirada que nada puede disfrazar, ''es la de un escritor"; pintores como Alberto Gironella y José Luis Cuevas; cineastas como Carlos Saura; y Gregory Peck, el ''gringo más joven" que conoció la familia Fuentes, entre otros.
Me sacaste de todo esto. Porque a ti ningún delirio te deforma. Pero un delirio tampoco deforma una pintura de Van Gogh. Vincent es la certeza de que el sol va a salir. Es la certeza de la luna y las estrellas. El hecho científico no excluye la belleza; nos pide, casi, que llamemos a su puerta. Los placebos de la alegría y el bienestar sólo son ingredientes añadidos. Andan solos. No son tú. Son raíces pudriéndose como alimentos de la vanidad, jamás de la divinidad. Y sin embargo lo repetimos todo, una y otra vez.
Mira: estoy abriendo todas la avenidas de mis sensaciones. Si las preservo enlatadas, me hieren en carne viva. Mi humor ha de ser fijado en la púrpura más honda y oprimida.
¿Hay amor más cariñoso que este simple estar aquí?
Ella reaccionó como yo supe que lo haría. Juzgó. Condenó su mente a la inexistencia. Las flores que tanto buscamos estaban prensadas bajo la puerta del baño. Interrumpí. Dije la verdad y empecé a llorar. Apenas pude balbucear que no podría, jamás podría, vivir sin ella.
Pero aquí, ¿quién sabe algo sobre el amor? Coloco suavemente mi mano en la suya. Me excito. Durante los primeros momentos estoy solo. O me detengo en el descanso de la escalera, fuera de su apartamento. Trato, simplemente, de esconder lo más que puedo. Nada, ninguna conexión con lo conectado, lo exhibido o lo pensado. Sólo quiero que todos desciendan del autobús, nuestros sentimientos no son visibles para el resto de los pasajeros, los cubrimos con el muy práctico anorak...
Amor: tu palabra impresa es roca dura y fría. Pero cuando no existes, creces. Trato de tocarte y te desvaneces.
Maldita y bella mujer, agotada por el júbilo. La gravedad te posee con el tiempo. Te abrazo cerca del patio exterior, allí te beso. Tu sangre mestiza, verdadera, posee todos los elementos, es sangre mineral y persistente que me impide pensar ''duraremos para siempre" (en la parte trasera del auto, con los ojos cerrados, con las puntas de nuestros dedos descubriendo el lugar exacto).
Ť Traducción del inglés de Carlos Fuentes