MARTES 3 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Califican de maquiavélica la participación del ex jefe del EMP en Tlatelolco


Fuentes castrenses responsabilizan a Gutiérrez Oropeza

Jesús Aranda Ť En la participación ''maquiavélica'' del jefe del Estado Mayor Presidencial en la matanza de Tlatelolco de 1968, al mando del general Luis Gutiérrez Oropeza, está el origen del distanciamiento y la antipatía -que se mantiene hasta la fecha- entre los elementos del Ejército Mexicano y sus compañeros de armas que están comisionados directamente al EMP, señalaron fuentes castrenses de alto nivel.

La fuerza que cobró el Estado Mayor con Gustavo Díaz Ordaz y hasta el sexenio de José López Portillo, llegó a crear un ''ejército dentro del propio ejército'', en donde los miembros del EMP eran los que recibían canonjías y dinero, pero a costa de convertirse en guardaespaldas y cumplir funciones cada vez más alejadas de su formación castrense, apuntaron.

Ballesteros, el contacto

Los informantes añadieron que la incalificable acción de Oropeza -que se conoce actualmente a la luz de las últimas revelaciones de los hechos acontecidos en la Plaza de las Tres Culturas-, de apostar francotiradores vestidos de civil en los edificios aledaños a esta plaza, bien pudo darse de manera concertada con el entonces jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Mario Ballesteros Prieto, sin que el general Marcelino García Barragán -titular de la Defensa Nacional- tuviera conocimiento de los hechos.

Esto en virtud de que Díaz Ordaz y Ballesteros fueron compañeros de escuela. Además, cuando el general Marcelino García Barragán destituyó a Ballesteros a los pocos días de los hechos, éste fue ''premiado'' por el presidente con la agregaduría militar en Canadá, indicaron.

De acuerdo con los informantes, Gutiérrez Oropeza hizo que Ballesteros convenciera a Díaz Ordaz de que en el mitin del 2 de octubre, los soldados estarían en condiciones de detener a los principales dirigentes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) para descabezar al movimiento estudiantil.

Sin embargo, añadieron, lo que se suponía sería una acción efectiva resultó totalmente trastocada por los disparos de los miembros del EMP que, vestidos de civil y apostados en las azoteas de edificios estratégicos, atacaron a los soldados que tenían la encomienda de envolver y detener a los líderes estudiantiles.

Incluso, en los videos que se conocen de los hechos, señalaron, se ve claramente que los soldados que estaban en la plancha de la plaza trataron de proteger a las mujeres y los niños que quedaron en medio del fuego cruzado, además de que los muertos y heridos recibieron los impactos de la parte de arriba, y no de los soldados que estaban abajo''.

Armas abastecidas, no cargadas

Para fortalecer su dicho, los informantes agregaron que hay evidencias de que los soldados que tenían la encomienda de detener a los estudiantes iban con sus armas ''abastecidas y no cargadas'', es decir, que no llevaban la intención de disparar de inmediato, sino que respondieron a la agresión de quienes resultaron ser sus compañeros de armas.

Aseguraron que después de los hechos, todos los integrantes del Batallón Olimpia fueron reintegrados a sus unidades y que siempre tuvieron la certeza de que habían respondido a una agresión, iniciada por los estudiantes.

''En ese momento no pasó nada en el medio militar, se comenzó a olvidar el asunto'', indicaron.

Poco a poco se fueron conociendo detalles y la actitud ''maquiavélica'' de Gutiérrez Oropeza, a quien se le consideraba como un hombre ''intrigante'' y que ''ahí lo demostró''.

Lamentablemente, añadieron, quien pagó los platos rotos por los hechos del 2 de octubre no fue el Estado Mayor Presidencial, sino el Ejército Mexicano, el cual ''cargó con la responsabilidad de un grupo de gente'' que gracias a su cercanía con el presidente en turno recibió privilegios y canonjías, además de ascensos y dinero en efectivo.

Deben conocerse los documentos: Gallardo

En entrevista por separado, el general José Francisco Gallardo, quien se encuentra preso en el penal Neza-Bordo, y que es considerado por organizaciones internacionales un ''preso de conciencia'', dijo que es indispensable que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) abra sus archivos relativos al movimiento estudiantil del 68, ''porque el asunto no se ha olvidado''. En el Ejército todo se documenta, hay libros de controles de la gente que entra y sale, todo está escrito.

Además, sostuvo, ''no sé por qué el Ejército cela esos archivos, porque éstos son propiedad de la nación y deben se públicos''.

Gallardo propuso que el Congreso de la Unión legisle el derecho a la información para que se obligue a la autoridad -en este caso al Ejército Mexicano- a hacer públicos sus archivos, porque resulta inaceptable el pretexto recurrente de las autoridades civiles de que el dar a conocer los archivos del 68 atentaría contra la seguridad nacional. ''Si acaso, atentará contra los intereses de un grupo o de un partido (el PRI) que nos gobernó por más de 70 años'', concluyó.