MARTES 3 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Plantean abrir los archivos políticos y militares


Líderes del 68 exigen indagar crímenes de lesa humanidad

Ť Por primera ocasión hubo dos marchas encontradas

José Gil Olmos, Carolina Gómez y María Esther Ibarra Ť Abrir los archivos políticos y militares, así como establecer una fiscalía especial que investigue a los "criminales de lesa humanidad" para que sean castigados, exigieron ayer dirigentes del movimiento estudiantil de 1968.

Dos meses antes de que Vicente Fox asuma la Presidencia y 32 años después de la matanza en Tlatelolco, los antiguos líderes propusieron un nuevo programa de seis puntos contra la impunidad y la represión.

Entre dichos "criminales" señalaron al ex presidente Luis Echeverría Alvarez, al ex regente capitalino Alfonso Corona del Rosal y al actual senador Fernando Gutiérrez Barrios, ex responsable de la Dirección Federal de Seguridad.

Grupos universitarios, sindicatos, agrupaciones urbanas y ex líderes del movimiento del 68 se manifestaron de manera desorganizada en dos marchas que llegaron a la Plaza de las Tres Culturas y al Zócalo.

El desorden que imperó entre los contingentes, que incluso caminaron en sentido contrario a la misma hora, surgió luego de que los integrantes del Comité 1968-1998 y los del Consejo General de Huelga no llegaron a un acuerdo sobre quiénes encabezarían la manifestación ni la ruta que se seguiría.

Por primera vez, la conmemoración de los hechos sangrientos del 2 de octubre de aquel año tuvo dos marchas encontradas; cada una decidió tomar su propio camino, desluciendo la histórica manifestación que tradicionalmente confluía en la Plaza de Tlatelolco, donde el Ejército masacró a hombres, mujeres y niños.

Además, al caos se le sumó la violencia toluca-marcha que derivó en un enfrentamiento de grupos porriles del Politécnico con estudiantes de la UNAM.

Sin embargo, las divergencias no impidieron que tanto en el Zócalo como en Tlatelolco se presentara un nuevo manifiesto de seis puntos dirigido al gobierno federal que encabezará a partir del primero de diciembre el panista Vicente Fox.

En el documento se plantea la conformación de una fiscalía especial, de carácter civil y autónomo, que garantice una investigación con resultados inobjetables para fincar responsabilidades sobre crímenes de lesa humanidad cometidos en México de 1968 a la fecha, y acudir a todas las instancias y organizaciones internacionales interesadas en condenar a los responsables del genocidio.

Asimismo, se propone integrar un frente nacional contra la impunidad y la represión; promover la realización de una consulta nacional por la verdad y la justicia.

También, convocar a una movilización nacional contra la represión y por el deslinde de responsabilidades derivadas de los crímenes de lesa humanidad, continuar la investigación de los asesinatos cometidos en Tlatelolco, Acteal, Aguas Blancas y El Charco, así como los homicidios de 400 miembros del PRD y encontrar a los cientos de desaparecidos.

Los herederos del movimiento

Copiosa en un principio, pero desorganizada y con enfrentamientos causados por grupos porriles del Instituto Politécnico Nacional, la marcha convocada por el Consejo General de Huelga (CGH) se convirtió más en un acto para refrendar su pliego petitorio que para recordar el 2 de octubre.

El desorden y la dispersión imperaron a lo largo de su camino. Las cifras también: unos decían que eran 10 mil; otros que 25 mil. Pero no lograron llenar el Zócalo.

La convocatoria fue para reunirse en la Plaza de las Tres Culturas. Los estudiantes arribaron en una veintena de autobuses, algunos con los cristales rotos y pintados. Ahí se les unieron alumnos de las universidades Autónoma Metropolitana, Chapingo, Pedagógica Nacional, así como trabajadores del STUNAM, miembros de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y del Frente Popular Francisco Villa.

También del Poli e integrantes de la Unidad Sindical Politécnica, una vez que fracasó su convocatoria para realizar el recorrido histórico desde el Casco de Santo Tomás a Tlatelolco.

La violencia que se generó en algunos puntos desestabilizó la marcha. A la altura de la Torre Latinoamericana un grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM fue agredido por porros de la Federación de Estudiantes Politécnicos. Armados con piedras y palos, arremetieron contra los universitarios. Resultaron heridos seis estudiantes, entre ellos Olga Ortiz y Calixto Ramírez, de la Facultad de Derecho de la máxima casa de estudios.

Otro zafarrancho se registró por la plaza comercial Meave, donde casi 200 porros del Politécnico apedrearon un microbús. En su interior iban estudiantes de la Prepa 5; Mario Benítez, líder del CGH, responsabilizó de la violencia al gobierno de Rosario Robles; al de Ernesto Zedillo lo acusó de "infiltrar porros" con la "intención de desprestigiarnos".

Higinio Muñoz, dirigente cegeachero en la Facultad de Ciencias, manifestó que prevaleció la "intolerancia" tanto del CGH como de los líderes del Comité 68-98, en alusión a la dos marchas que cada grupo llevó a cabo. Aun así, consideró que servían para que el pueblo tomara mayor conciencia de la matanza estudiantil y poner alto a nuevas represiones.

"No son dos marchas, no estamos divididos, que lo sepa el gobierno de Zedillo y el de Fox. El CGH no está aniquilado, porque el CGH somos todos. Tenemos una diferencia de 32 años, pero nos une la misma lucha", dijo más tarde Leopoldo Ayala, ex integrante del Consejo Nacional de Huelga del 68, luego de leer el pliego petitorio de seis puntos que, dijo, ahora es de toda la sociedad civil.

Los manifestantes, poco a poco, se fueron dispersando casi a las ocho de la noche, aun cuando faltaba la participación de la mayoría de los 20 oradores.

El saldo de la policía fue para entonces de una persona herida por la explosión de un petardo, cinco jóvenes detenidos por robo, dos camionetas repartidoras y diversos comercios establecidos saqueados, decenas de autobuses "secuestrados" y vehículos particulares dañados, así como el caos vial que se prolongó por varias horas en el centro de la ciudad

La manifestación de los históricos

Convocados a reunirse en el Zócalo capitalino, los ex dirigentes hicieron su propia marcha, encabezada por Rosario Ibarra, Raúl Alvarez Garín, Raúl Jardón, David Vega, Emilio Resa, Mario Nuñez y Jesús Martín del Campo, entre otros.

Sin incidentes pero con menos participantes, cerca de 3 mil personas caminaron hacia la Plaza de las Tres Culturas, donde César Tirado, del Comité 68-98, declaró que, al igual que en Chile y Argentina, es tiempo que en México se castigue a los responsables del "genocidio" y de "crímenes de lesa humanidad".

El ex integrante del Consejo Nacional de Huelga (CNH) por parte del IPN aseguró que fueron el gobierno y los militares quienes organizaron la matanza.

"Los primeros disparos del Batallón Olimpia, apostados en los corredores y pasillos del edificio Chihuahua, se dirigieron a los estudiantes y pueblo reunidos en la Plaza de las Tres Culturas. Significó que la operación fue previamente diseñada, haciendo uso de individuos ampliamente entrenados, calificados para recibir y acatar órdenes de criminales, dispuestos a ejecutarlas con la mayor frialdad", sostuvo desde el mismo edificio en que hace 32 años se inició la agresión.

Rosario Ibarra, en tanto, demandó la unión de las manifestaciones en contra de los "señores del gobierno" como se han hecho en Atlanta, Praga y otras ciudades. Jardón leyó un mensaje el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN).

Para concluir, Mario Núñez Mariel, ex integrante del CNH, presentó el manifiesto de seis puntos para castigar a los responsables de la matanza de hace 32 años, pero también por que se cumplan las demandas actuales de respetar los acuerdos de San Andrés para alcanzar la paz en Chiapas.