LUNES 2 DE OCTUBRE DE 2000
Ť "Esto no fue un paseo" : Vin Baker
Pese al oro, el Dream Team abandonó Sydney en deuda
Agencias, Sydney, 1o. de octubre Ť El Dream Team de Estados Unidos llegó con la intención de arrasar a todos sus rivales, pero se despidió de Sydney en deuda y dejó como legado la sensación de que a los astros de la NBA ya no les resulta tan fácil despachar a sus rivales.
Sin fanfarrias, Estados Unidos conquistó hoy su tercera medalla de oro consecutiva en el basquetbol olímpico, al derrotar 85-75 a una Francia que con pocos antecedentes peleó sin complejos.
Como se les hizo costumbre, los estadunidenses tuvieron que sudar hasta los últimos minutos para vencer la resistencia de sus rivales, que en los papeles eran sumamente inferiores al combinado de estrellas de la superliga NBA.
Esta vez no se repitieron las holgadas diferencias de 30 o 40 puntos en los marcadores que abundaron en Barcelona y en Atlanta, con los que Michael Jordan, Larry Bird, Shaquille O'Neal y compañía deslumbraron al mundo entero.
Si bien Kevin Garnett, Vince Carter y Alonzo Mourning cumplieron con su cometido, muchísimos recordaran los juegos de Sydney como la primera vez que el resto del mundo empezó a pisarle los talones a los estadunidenses. Ello no impidió que Estados Unidos se marchara con su medalla de oro número 12 en 14 competencias olímpicas.
David Stern, el comisionado de la NBA, declaró que en estos juegos se comprobó que la brecha que tenían con sus contrincantes ya es menos grande. "Quedó demostrado que el nivel de competitividad internacional se ha agrandado significativamente y eso tomó desprevenidos a muchos", señaló.
Hasta el torneo de Sydney, la mínima diferencia por la que había perdido un equipo de profesionales de la NBA había sido 15 puntos. Sin embargo, en Australia las diferencias ya no impresionaron y la más clara muestra fue el apretado triunfo sobre Lituania, apenas por un doble.
"Salimos a la cancha y demostramos que somos el mejor equipo del mundo", declaró el alero Allan Houston. "Sudamos cada segundo para adjudicarnos el oro", añadió, mientras que Vin Baker fue más contundente: "Esto no fue un paseo".
Fue precisamente Lituania la sensación del torneo, aun cuando nadie había apostado un centavo por ellos antes de la competencia.