LUNES 2 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Rechaza que impida a la Iglesia católica contactos con otras religiones


Defiende el Papa el polémico documento Dominus Iesus

Ap y Dpa, Ciudad del Vaticano, 1o. de octubre Ť Juan Pablo II defendió hoy el controvertido documento Dominus Iesus en el que la Iglesia católica se autocalificó como "la única y verdadera" y rechazó el pluralismo religioso. El texto de 36 páginas, dado a conocer el pasado 5 de septiembre, provocó las críticas de protestantes y judíos, quienes advirtieron que era un obstáculo para el diálogo interreligioso.

Durante la ceremonia de canonización de varios religiosos, el Papa declaró en la Plaza de San Pedro que "nuestro reconocimiento de Cristo como el único hijo, como el medio que nos permite ver el rostro de Dios, no es arrogancia que desdeñe a otras religiones, sino una expresión de gratitud gozosa", y sostuvo que la Dominus Iesus sirve para aclarar elementos católicos fundamentales en lugar de impedir los contactos con otras religiones.

Después de darse a conocer el documento, cuyo título completo es Dominus Iesus: acerca de la unidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y la Iglesia, muchos cuestionaron en qué medida reflejaba la postura del Papa.

Al respecto, Karol Wojtyla precisó este domingo que fue él quien aprobó la declaración, firmada por el titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, y confió en que el documento "que tengo en gran estima, pueda, después de muchas interpretaciones erróneas, cumplir su función de aclarar" y favorecer el diálogo entre las diferentes religiones que debe iniciarse mostrando claramente la posición de la Iglesia católica.

La Dominus Iesus sostiene que "existe una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro (el Papa) y los obispos en comunión con él", mientras que "las comunidades cristianas que no han conservado el episcopado válido ni la sustancia íntegra del ministerio eucarístico no son iglesias propiamente dichas".

El documento fue dirigido a obispos, fieles y teólogos con el objetivo de manifestar la "unicidad y universalidad salvífica" de la Iglesia católica, y advierte sobre el peligro de las teorías religiosas que intentan justificar el pluralismo religioso, mientras los seguidores de otras religiones están en una "situación de grave deficiencia" en lo que respecta a la salvación.

Protestantes y judíos lamentaron de inmediato la postura del Vaticano, y señalaron que la Dominus Iesus es un retroceso en los esfuerzos de diálogo entre religiones impulsado por Juan Pablo II en los 22 años de su pontificado.