LUNES 2 DE OCTUBRE DE 2000

 

Ť Carlos Fazio Ť

Rollback a la Fox

Dice Milan Kundera: "la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido". Vicente Fox hizo de los "buenos sueldos" una de sus principales banderas de campaña. Cansados de tres sexenios de estar apretándose el cinturón, muchos mexicanos le creyeron y votaron por él. Pero el coordinador laboral de su equipo de transición, Carlos Abascal, a quien se señala como futuro secretario de Trabajo, ha dicho que no hay que engañarse con populismos: "La gente no puede estar esperando que Vicente Fox le aumente el salario. No es el accionista de las empresas ni puede disponer de la riqueza de manera populista".

Tiene razón Abascal, no hay que engañarse. Como representante directo del gran capital, Fox administrará el "gobierno de los empresarios" en beneficio de los amos de México. A su vez, de confirmarse los pronósticos, Abascal, ex presidente de un sindicato patronal, la Coparmex; hombre ligado al Opus Dei y al arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera --de quien se dice es asesor--, se encargará de destruir lo que queda de las viejas conquistas de los trabajadores. Como Fox, Abascal usa la propaganda para hacerle creer a la gente que él, como "trabajador y empresario", "entiende muy bien a las dos partes".

ƑEs Fox un populista? ƑUn demagogo? ƑPor qué llama ahora a la población a no creer en la radio, la prensa escrita y la televisión? ƑPor qué se alienta desde su gabinete de transición una campaña de histeria contra los medios? ƑLos utilizó para ascender al poder y ahora quiere amordazarlos o controlarlos? ƑTendrá esto que ver con la dialéctica entre la elite y la masa? ƑLogrado el objetivo de acceder al gobierno con el voto de las masas, quiere devolverla a su estado de inercia y pasividad?

Los empresarios conocen bien que es necesario controlar a la opinión pública. Saben que una opinión crítica constituye el mayor peligro para los industriales. Y también que la democracia es una amenaza real a la tiranía privada. Por eso una de las leyes empresariales es atacar las libertades individuales. Se trata de contener y oponerse a los derechos humanos, a la democracia, al contrato social. Contenerlo y limitarlo. Por eso Fox y sus muchachos, como representantes del poder de los empresarios, van a aplicar lo que Noam Chomsky define como la estrategia de rollback, de dominio y vuelta atrás. Se tratará de la contención de toda amenaza a la autoridad. Fuera derechos. Los únicos derechos deben ser aquéllos que se consiguen en el mercado laboral. Los pobres y los trabajadores deben estar sujetos a la disciplina del mercado. Y a los rebeldes, cárcel. Pero de lo que no suele hablarse es de la otra cara de la moneda: que los ricos van a seguir contando con un "Estado niñera" muy poderoso, que los protegerá y los subvencionará. Un Estado de bienestar para los ricos, que garantiza la privatización de las ganancias y socializa los costos, como ocurrió con el Fobaproa y el "rescate" carretero.

Cuanto más libertad posee una sociedad, más peligrosa se convierte la "gran bestia" (el pueblo), y mayor es el cuidado que hay que tener para enjaularla. A medida que crece la libertad, la necesidad de coaccionar y de controlar la opinión también aumenta para evitar que la "gran bestia" haga uso de esa libertad. Desde 1982, los empresarios intentaron minar y acabar con el contrato social en México. Ahora será igual. Pero al llegar las elecciones, Fox no podía decirle a la gente: "Voten por mí, quiero destruirlos. Represento la tiranía del capital", porque no funciona. Por eso, como hacen los demagogos, movilizó a la población con el "cambio ya", "hoy". Había que "sacar al PRI de Los Pinos", algo que impregnaba el sentimiento popular. Fox lo entendió y basó en eso su propaganda. Igual ocurrió con su "ideología del changarrismo": todo mexicano, un empresario. Fue populista y demagogo. Pero ahora seguirá haciendo las mismas cosas de los gobiernos priístas, a pesar de lo que expresó el pueblo en las urnas. Para eso necesita controlar a la prensa crítica. No quiere que la gente piense. La gente puede apoderarse del gobierno y utilizarlo como instrumento de poder público. Por eso Abascal seguirá destruyendo la solidaridad, el apoyo y ayuda mutuos y la democratización que defienden los sindicatos independientes. Porque eso significa un peligro para la tiranía de las empresas, para los intereses de los multimillonarios de Forbes. Una empresa privada no está en los negocios para ser humanitaria. Hace negocios para que aumenten sus beneficios y sus acciones en el mercado. El gobierno de los empresarios tratará de potenciar esa situación. Por eso, ante una población que ha ido arrancando espacios de libertades al poder, se necesita un nuevo dominio, que implique una vuelta atrás.