DOMINGO 1o. DE OCTUBRE DE 2000

Ť Piden protección contra odio y discriminación


Peregrinación de la comunidad homosexual a la Basílica de Guadalupe

Carolina Gómez Mena Ť Alrededor de un centenar de integrantes de la colectividad lésbico-gay llevaron a cabo ayer la Segunda Peregrinación de las Comunidades de la Diversidad Sexual a la Basílica de Guadalupe, a fin de pedir a la Virgen "protección para estos grupos que son víctimas de odio y discriminación por parte de algunos sectores", así como para poner de manifiesto a la fe católica que el hecho de tener una preferencia sexual diferente a la aceptada socialmente no los margina de la creencia en Dios y en la Guadalupana.

Vestidos de blanco, con ofrendas florales y entonando rezos, los manifestantes partieron casi a mediodía desde la ex glorieta de Peralvillo hacia la Basílica de Guadalupe.

Ahí depositaron ante el altar de la Virgen de Guadalupe flores de diversos colores para poner de manifiesto que así como hay variedad de flores, también lo hay de inclinaciones sexuales, y que esta condición no es motivo para descalificar y segregar. Acto seguido se retiraron sin presenciar la celebración eucarística.

peregrinacion-gay-2-jpg Al respecto, José Luis Rivera, integrante de la Iglesia Comunidad Metropolitana Reconciliación, aclaró que la marcha no fue un acto de provocación hacia la Iglesia católica ni a la jerarquía eclesiástica, sino un llamado a la convivencia pacífica entre los diferentes sectores de la sociedad mexicana.

No obstante, se apresuró a aclarar "no venimos a pedirle nada a la Iglesia católica, sólo a visitar a la Virgen para manifestarle nuestro respeto y rogarle que nos proteja del odio y la violencia de que somos víctimas".

Asimismo, comentó que no todo el credo católico romano rechaza la existencia de la diversidad sexual, pues "aquí marchan católicos y religiosos que por obvias razones no vienen con su indumentaria característica por temor a la represión", sostuvo.

Con una asistencia menor a la estimada, los caminantes -quienes cargaban carteles y un estandarte de la Guadalupana- expusieron la urgencia de poner fin a la homofobia, actitud que, dijeron, es inaceptable en una sociedad que se califica como plural.