DOMINGO 1o. DE OCTUBRE DE 2000
Ť La perdición de los hombres obtiene la Concha de Oro a la mejor película

Premio a la excelencia, no a un país de cinematografía pequeña: Ripstein

Ť "Resulta formidable de repente que lo absurdo también merezca sus recompensas"

Angel Vargas, enviado, San Sebastián, 30 de septiembre Ť La imagen de Arturo Ripstein, sonriente y con una copa de champaña en la mano, resume la alegría que se desborda en el director mexicano luego de saberse ganador de la Concha de Oro a la Mejor Película del 48 Festival Internacional de Cine de San Sebastián por su reciente largometraje La perdición de los hombres.

ripremio2Gustoso, accede a posar ante la multitud de cámaras fotográficas, de televisión y de video que lo rodean y, a petición de un camarógrafo, levanta la mano derecha en señal de victoria.

Querido en esta ciudad desde hace años, hoy es el personaje del momento. Un enjambre de reporteros lo "asalta" con un sinfín de preguntas.

Luego, las felicitaciones para el realizador continúan hasta el Hotel María Cristina, donde se hospedan él y su esposa, Paz Alicia Garciadiego, ganadora del galardón al mejor guión.

A la celebración se une parte del elenco de La perdición de los hombres, entre ellos los actores Patricia Reyes Spíndola y Rafael Inclán.

Ripstein obtuvo en Donostia, en 1993, la Concha de Oro por Principio y Fin. Acepta una entrevista con La Jornada, durante la cual no oculta su regocijo, y enfatiza:

"El león termina siendo cordero integrado. Soy todos los que me han hecho, el producto y el resultado del cine que he visto, que me ha gustado, que me ha estimulado".
 
 

Un equipo enjundioso

--¿Cómo recibe el premio?

--Uno viene a un festival con la esperanza de ganar y, cuando ocurre, la emoción es enorme, sin duda. Estoy muy bien. En este caso, lo que se piensa es en la enjundia del equipo que hizo la película, en la de Canal Plus, que interviene en este proyecto tan singular; en la de Jorge Sánchez y Laura Imperial, que lo hacen posible, son mis productores; en Imcine, que apoya. Y, naturalmente, lo primero que se me vino a la cabeza en el momento en que me dieron la noticia fue Paz Alicia. Sin ella, yo no tendría voz.

--¿Se trata de un reconocimiento a la filmografía de Arturo Ripstein o la mexicana en general?

--Es un premio que se da a esta película de manera específica, pero, naturalmente, lo comparto con algunos de los cineastas de México; no todos, ciertamente, sino con unos cuantos que aprecio y quiero; con los otros no.

"No es un premio que se dé a la generalidad, sino a la particularidad. No es un premio que se dé a un país de una cinematografía pequeña. No se da por compasión ni por ayudar. Se da a la excelencia y, en este caso, lo tengo con orgullo."

--Parece paradójico que el jurado se haya decidido por una temática sobre el absurdo de la vida.

--Pero resulta formidable de repente que lo absurdo también merezca sus recompensas. Eso es muy importante. Un festival de alguna manera tiene la necesidad de encontrar nuevas opciones de narración. Los premios de las películas que tienen un público ya hecho son el público mismo. En el caso de una cinta complicada, como La perdición de los hombres, que resulta premiada en San Sebastián, es probablemente un nuevo camino, un nuevo trecho y una nueva forma de entender cómo debe hacerse el cine. Los tiempos cambian, las películas también, y en el caso de ésta, por ejemplo, veo que las cosas son distintas y que se busca otro camino.

"Normalmente las películas que rozan, bordean o francamente son comedia, están es un lugar un poco posterior en los festivales de cine. Entonces, que en éste se premie una película con un sentido del humor negro, negrísimo, pero franco, es muy estimulante."

--La perdición de los hombres no convenció a algunos críticos, quienes señalaron que no había sido muy favorable que el mediometraje original fuera alargado con dos escenas más. ¿Qué responde?

--Primero que nada, es un largometraje del cual se quitó un fragmento para exhibirse aquí, en España, en un formato menor. Por otra parte, la opinión de la crítica es la opinión de la crítica. La otra es la mía. En muchas ocasiones no es semejante. Además, algunos dicen una cosa y otros dicen otra muy diferente. ¿Por qué no apunta usted a los que sólo dicen que es prodigiosa?

--¿Esta cinta es una forma de provocar a sus seguidores, al ser muy diferente a lo que usted ha hecho antes?

--Provocar no es exactamente la necesidad por la cual hago cine. Trato de hacer la mejor película posible siempre, incluida ésta, sin duda. Y si provoca, ¡magnífico!

--¿Se le presentó alguna dificultad durante el proceso de realización?

--Por supuesto. Esta es una de las películas más difíciles que he hecho. Es muy pequeña; no obstante, las dificultades que entrañó fueron enormes. Me da mucho gusto que me hayan apoyado. Los resultados son axiomáticos. Se definen por sí mismos.

--¿La Concha de Oro también premia una visión crítica de México?

--Gana una mirada y eso es lo único que me importa. Si en la mirada hay implícitos comentarios y todo, bienvenidos sean. Mi labor no es juzgar, sino ver, y eso es lo que tengo que hacer de la mejor manera posible.