DOMINGO 1o. DE OCTUBRE DE 2000

Ť Israel y la ANP se acusan mutuamente por la ola de violencia


Tercer día de choques deja 16 palestinos muertos y 523 heridos

Ť Piden a la ONU crear una comisión investigadora Ť Los militares dispararon a la cabeza: Arafat

Afp, Dpa, Ap y Reuters, Gaza, 30 de septiembre Ť Manifestantes palestinos y soldados israelíes se enfrentaron este sábado por tercer día consecutivo con saldo de 16 palestinos muertos y 523 heridos, en distintas ciudades de la franja de Gaza y Cisjordania, informó el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El jefe del estado mayor israelí, Shaul Mofaz, anunció por la tarde que había acordado un cese del fuego con los palestinos, pero la versión fue desmentida por un portavoz militar que estimó que este domingo "habrá choques más violentos".

Israel y la ANP se acusaron mutuamente de la ola de violencia, la peor desde 1996, que comenzó el jueves tras la visita del líder del partido derechista Likud, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén del este, lugar sagrado tanto para judíos como musulmanes.

El viernes 12 palestinos murieron y más de 200 resultaron heridos en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en la explanada, por lo que la ANP pidió hoy a la Organización de Naciones Unidas que cree una comisión investigadora para establecer la responsabilidad de esa "matanza".

Tras los enfrentamientos de este sábado, el presidente palestino, Yasser Arafat, acusó a los militares israelíes de disparar apuntando "a la cabeza" y llamó a una movilización árabe urgente, durante una visita a El Cairo en la que se reunió con el mandatario egipcio, Hosni Mubarak.

El presidente Mubarak dijo que Arafat le mostró fotografías de uniformados israelíes "orientando sus fusiles, con mirilla telescópica, para asegurarse que las heridas de los palestinos fueran mortales".

El ministro palestino de Salud, Riad Zaanun, afirmó que la mayoría de las heridas de sus connacionales están situadas en la parte superior de los cuerpos y son de balas reales y de balas dum-dum, que hacen una herida expansiva, prohibidas por las convenciones internacionales.

Las autoridades de Tel Aviv, a su vez, desmintieron las acusaciones palestinas y afirmaron que sus fuerzas de seguridad israelíes dispararon en "legítima defensa" y no utilizaron balas dum-dum.

El primer ministro israelí, Ehud Barak, llamó a Arafat para pedirle que intervenga "personal e inmediatamente" para normalizar la situación en los territorios palestinos.

El gobernante advirtió que "no tolerará que la violencia sea una herramienta para las negociaciones" de paz palestino-israelíes, que se encuentran empantanadas desde hace varias semanas, declaró el portavoz de Barak, David Baker.

Poco después Barak habló con Mubarak y le aseguró que el gobierno de Israel "da muestras de contenerse al máximo" en los territorios autónomos "pero está decidido a mantener el orden y proteger a sus ciudadanos", por lo que la ANP debe controlar a los manifestantes.

La secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, advirtió que "existe el peligro de que se desarrolle un ciclo de violencia. Las conversaciones (de paz) están en un momento difícil, por lo que es importante que cese la violencia".

El ministro de Seguridad Interior israelí, Shlomo Ben Ami, acusó a la ANP de "organizar" los enfrentamientos de hoy, y exigió a la comunidad internacional que advierta a Arafat que "el intento de utilizar la violencia a corto plazo para fines políticos es peligroso para el proceso de paz".

Los incidentes más violentos ocurrieron en la franja de Gaza y las ciudades cisjordanas de Nablus, Hebrón y Ramallah, donde los manifestantes quemaron neumáticos y lanzaron piedras y cocteles molotov contra los soldados israelíes, quienes respondieron con balas recubiertas de caucho, y en algunos casos con balas de pólvora.

En Nablus, algunos manifestantes estaban armados con fusiles Kalashnikov y dispararon, sin alcanzar, a los uniformados israe- líes, declararon testigos, mientras en la franja de Gaza policías palestinos dispararon contra los soldados israelíes después de que varios manifestantes resultaron heridos.

El Ministerio de Salud palestino indicó que 10 connacionales murieron en Cisjordania y seis más en Gaza, además de que 32 de los 523 heridos se encuentran en estado grave y algunos de ellos fueron declarados clínicamente muertos.

Entre las víctimas mortales se encuentran dos niños de 12 y 14 años. Del lado israelí, 17 uniformados resultaron heridos.

El jefe del estado mayor israelí, Shaul Mofaz, afirmó que los choques fueron "el resultado directo del comportamiento de la policía palestina", y agregó que "numerosos policías vestidos de civil formaron parte de los disturbios".

Jordania advirtió sobre "una espiral de violencia que podría ser incontrolable" en la región como consecuencia de los enfrentamientos entre palestinos e israelíes de los últimos días, y manifestó el "firme respaldo jordano" a los palestinos para el establecimiento de su Estado independiente.

Los grupos extremistas Hamas, Hezbollah y Jihad Islámica Palestina se pronunciaron por una guerra abierta contra Israel, y el líder de Hamas, Jaled Mechaal, exigió a la ANP detener las negociaciones de paz, mientras los árabes israelíes llamaron una huelga general para este domingo.

A todo esto, unos 20 mil refugiados palestinos en Líbano protestaron por la matanza del pasado viernes en la explanada.

Unos 40 presuntos guerrilleros palestinos pisotearon la bandera israelí y quemaron neumáticos a la entrada del campo de refugiados de Burj al Shamali, mientras el primer ministro libanés, Selim Hoss, llamó a la comunidad internacional a "esforzarse para detener de inmediato la agresión israelí contra la zona árabe de Jerusalén".