SABADO 30 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť El grupo ofreció el primero de sus tres conciertos en el Claustro de Sor Juana


Más de dos mil mortales fueron llevados al paraíso con la música de Madredeus

Ť ''Amadrinó'' un foro alternativo en el que actuarán Diamanda Galas y el Kronos Cuartet, entre otros

madredeus-presentacion-1 Pablo Espinosa Ť Hay un camino corto al paraíso, que es largo.

La entrada está por la calle San Jerónimo, a unos pasos de Isabel la Católica. Una vez traspasado portón de portento, uno se halla en un patio que es jardín de las delicias pero al revés de las pesadillas de El Bosco, aquí el bosque sí deja ver los árboles, de los que penden breves cirios a manera de homenaje a más de dos mil mortales que festejamos esta noche nuestro nuevo arribo al paraíso: un concierto de Madredeus, experiencia que nunca habremos de olvidar mientras respiremos.

La noche del jueves, que era tan fresca y simple como la música portuguesa que sonó, este agrupamiento bienamado amadrinó, de acuerdo con el término que puntualizó la rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, Carmen Beatriz López Portillo, la inauguración de un foro alternativo de conciertos, un acontecimiento de trascendencia grande porque, entre otras cosas, recupera una tradición invaluable: el contexto universitario, universal y comunitario de la cultura viva.

La coherencia es mayúscula: una vez inaugurado, anteanoche, por Madredeus, en la Universidad del Claustro de Sor Juana seguirá una serie de conciertos con Diamanda Galas, el 1 de noviembre, en plena madredeus-presentacion-4 noche de muertos; el Kronos Quartet, el 8 de diciembre y la Orquesta de Duke Ellington, 10 y 11 de diciembre. El año próximo, Philip Glass en una semana entera de conciertos con su Ensamble y la proyección de los filmes Powaqqatsi, Koyaanisqatsi, Anima Mundi, Drácula y La Belle et la Bette.

Es decir, un proyecto sólido que enarbola y explica los rumbos estéticos que transitan estos grupos, con Cesaria Evora, Michael Nyman, Wim Mertens, entre los que el director de Madredeus, Pedro Ayres, ubica un movimiento planetario de música alternativa erudita.

La apuesta de la Universidad del Claustro de Sor Juana es noble y allí han convergido colaboraciones importantes, entre ellas el Gobierno del DF (la jefa de gobierno, Rosario Robles, co-amadrinó con su presencia entre el público el estreno), el CNCA y madredeus-presentacion-3 otras instancias en una vertiente dignificante de la vida musical de México. Mérito central, el de la promotora cultural Orly Beigel, quien ha traído a México a muchos de los artistas más importantes que conforman los anales de conciertos internacionales serios y quien trae a nuestro país toda esta serie de conciertos en ese claustro.

El silencio, valor esencial

La cuarta visita de Madredeus a México inició también con un acto inusitado entre el estrellismo en que ha decaído la industria de conciertos, pues es común que a los súperestars los mantengan en actividades consideradas propias de su oficio: coctelazos, turismo, reventones, y qué bueno, eso es tan coherente para los agrupamientos comerciales como lo fue para un grupo tan joven y humanista, desenfadado como Madredeus, la mesa redonda que realizó con los estudiantes de esa universidad, la tarde del miércoles, con resultados enriquecedores, no sólo por el compromiso, expresado en textos, dibujos, collages, intervenciones orales de los alumnos sino también porque la generosidad de los artistas portugueses se expresó en el descubrimiento de elementos intrínsecos a su música, que fueron puestos en claro en tal sesión entrañable: la música de Madredeus es concebida en función de Teresa Salgueiro como representante anímica, portavoz de una respiración humana, que es la cadencia de las composiciones, encabalgada en el sentido de la rotación de la Tierra. Se puso en claro que el color oscuro que viste Madredeus en escena representa, también, el silencio, que es valor esencial en la música, habida cuenta que ésta es sonidos y silencios. El concepto existencial de saudade, la concepción coreográfica de las puestas en escena que constituye cada concierto del grupo fueron temas puestos sobre la mesa.

Todo ello, dos noches después, fue vertido en escena, en vivo, para más de 2 mil mortales en el primero de los tres conciertos (anoche, el segundo, esta noche el último) de Madredeus. Otra cosa clara: se trata de una etapa nueva, diferente, del agrupamiento portugués. Salvo tres canciones, la velada se iluminó de materiales inéditos, nuevas formas de canto e indagaciones instrumentales originalísimas. Evolución de estilo.

El primer instante del concierto fue una entrada corta al paraíso, que fue tan largo como dos horas que duraron siglos de placer y de belleza y que culminaron con este verso de Pedro Ayres Magalhães cantado por una de las voces más bellas del planeta, la de Teresa Salgueiro:

Eu só conheço

Esse caminho

Do Paraíso.