VIERNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť El conguero chicano participará en el Festival de Música Electrónica
El jazz latino no es un género menor, dice Poncho Sánchez
Ť A diferencia de otros mexicanoestadunidenses, siempre le interesaron los ritmos afrocubanos
Ernesto Márquez Ť El primer Festival de Música Electrónica, World Sound Festival, que se realizará en el puerto de Acapulco del 2 al 5 de noviembre, registra en su programación una enorme actividad musical en la que participarán, según los organizadores, "los mejores dj del mundo" y una serie de personalidades provenientes del espectro jazzístico, entre las que se encuentran el trompetista sudafricano Hugh, Masekela, el inglés Gilles Peterson y el conguero chicano Poncho Sánchez
A fin de dar a conocer los pormenores de ese megarreventón y calentar un poco el ambiente, los organizadores invitaron precisamente a Poncho Sanchez, quien la noche del miércoles brindó un excelente concierto-baile en el Rímel a medios de comunicación e invitados especiales.
Poncho vino acompañado por los habituales hermanos Banda (Ramón en los timbales y Tony en el bajo), Salvatore Cacchiolo en la trompeta, Dick Mitchel en el saxofón y flauta, Francisco Torres en el trombón, David Torres en el piano y José Papo Rodríguez en el bongó.
Todo un trabuco poderosísimo, correcto en sus desarrollos instrumentales, atinado en la consecución de los arreglos orquestales y lo bastante solvente en las improvisaciones jazzísticas, tanto en lo colectivo como en lo individual, cuyo gran mérito radica también en el liderazgo que ejerce Sánchez desde sus tres tambores y la voz cantante.
"En la orquesta somos como una familia --nos refiere en entrevista Poncho--. Llevamos muchos años juntos, nos conocemos muy bien y sabemos lo que queremos. El más joven en la agrupación es el trombonista, pero se ha adecuado a nuestra forma de ser y a la idea del proyecto. El ahora dice que piensa durar con nosotros por lo menos 20 años".
Música para el oído y la cadera
Llama la atención lo bien que Poncho habla el español. Antes las entrevistas se tenían que hacer en inglés. "Me daba vergüenza hablar con mis paisanos en mi poco español y debido a esa vergüenza es que me obligué a aprenderlo. Ahora estoy muy contento; lo hablo mejor. šAjúa!".
Ríe el buen Poncho, quien no olvida su origen mexicano.
"Yo tengo muy claro de dónde vengo y lo que soy. Mi padre era de Matanzas, Jalisco, y mi mamá de Vallecío, Nuevo León. Soy el menor de 11 hermanos, todos nacidos en Laredo, Texas, donde el ambiente y la onda eran mexicanos: la comida, la bebida, la música... Yo estaba metido en todo eso aunque en lo musical me gustaba más lo tropical, lo cubano, como el mambo, el chachachá y el bolero. Aún no se conocía la salsa, pero sí se escuchaba el jazz latino; aunque el movimiento más grande estaba en Nueva York. En Los Angeles los mexicoamericanos no saben mucho de música tropical y la que escuchan es muy pobre. Por eso yo me juntaba con raza interesante, con gente brava como mi amigo y maestro Mongo Santamaría, con Cal Tjader, con Clare Fisher, con los que escuchaba lo mejor de esos géneros del Caribe y aprendí a descifrarlos logrando asimilar una gran experiencia".
Con buen talante y disponibilidad para la charla, el conguero chicano habla de lo que más le apasiona: la música. Con alrededor de 20 grabaciones --todas reralizadas con el sello Concord Picante-- menciona que la salsa es tan sólo "una palabra" y que el jazz latino no tiene porque ser considerado "el hijo menor o el hermano pequeño" del jazz; por el contrario, señala, "nuestras músicas han logrado enriquecerlo (al jazz) aún más".
Menciona también que actualmente la música latina "está muy fuerte, y eso me tiene muy contento porque en ese aspecto --y en otros--hemos ido creciendo. Ahora los latinos somos una fuerza que está arrasando por todo el mundo. Es algo que acaba de empezar y que no va a parar porque tiene elementos suficientes para colocarse en estratos diferentes a los nuestros. Nosotros acabamos de llegar de una extensa gira por Europa y Asia, y ha resultado interesante ver el gusto que tienen por nuestra cultura, por nuestras tradiciones, por nuestras artes. En relación con la música, muestran el mismo deleite al escucharla que al bailarla. Es por eso que mis conciertos se dividen en dos partes: para el oído y para la cadera."
Su tumbao es su tumbao
Ildefonso Poncho Sánchez, de 51 años, forjó su carrera en la agrupación del desaparecido vibrafonista Cal Tjader, pero cuenta que mucho de lo que sabe de percusiones y ritmos se los debe a Mongo Santamaría y Tito Puente. "Fueron mis maestros, mis grandes guías."
Cuando se le pregunta por su variedad de toques y por el distintivo de su tumbao, es Papo Rodríguez, presente en la charla, quien responde por él: "Poncho tiene una inclasificable variedad de ritmos porque él toca con el corazón y la mente. Sus toques provienen de la fe, la enseñanza y la técnica. Yo que soy conguero veo cómo reparte, cómo ataca e improvisa y te aseguro que es algo propio. Un estilo que no se parece al de ningún otro conguero. En relación con su tumbao, šchico!, el tumbao de Poncho es el tumbao de Poncho, y no hay quien lo iguale".
Propuesto infinidad de veces al Grammy, Poncho Sánchez concluye la charla diciendo que el Latino no le parece del todo claro; "siento que hay mano negra en el asunto".