Ť En último intento superó al australiano
El cubano Iván Pedroso, oro en reñida final de salto
Ť Plata a Taurima y bronce al ucraniano Schurenko
Agencias, Sydney, 28 de septiembre Ť El saltador cubano Iván Pedroso demostró hoy su condición de atleta excepcional, al conseguir en los Juegos Olímpicos de Sydney la primera medalla de oro de su carrera, en un duelo de altísimo nivel con el australiano Jai Taurima, quien se quedó con la plata.
La prueba fue de gran emoción. Pese a las flojas marcas de la clasificación, celebrada en malas condiciones debido a la lluvia, pronto se vio que quien deseara llevarse metal debería pensar en un salto bastante largo.
Tanto Taurima como el alemán Kofi Prah se fueron en su segundo salto a los 8.18, mientras que Pedroso cerraba esa segunda ronda dando un primer aviso de su estado de forma con un 8.34.
La sorpresa llegó cuando el australiano, en el siguiente salto, igualaba el 8.34 y se ponía a la cabeza, gracias a su segundo de 8.18, ya que Pedroso había hecho nulos sus otros esfuerzos (primero, tercero y quinto).
Pero en el cuarto salto, Pedroso, triple campeón mundial, se fue a los 8.41. Parecía una marca definitiva, puesto que el mejor salto de la carrera de Taurima era de 8.35. Sin embargo, ante el delirio del público australiano, Jai hizo sucesivamente 8.40 y 8.49, recuperando la cabeza cuando al cubano sólo le quedaba un salto para sorprenderle.
Fue un momento increíble. Con el público australiano volcado con su saltador y el destino olímpico de Pedroso dependiendo de ese último intento, el cubano supo soportar la presión que le cayó sobre los hombros y se sacó de la manga un salto de 8.55, que se quedaba a 10 centímetros de la marca de la temporada y le daba el título.
Tras saberse campeón, Iván rompió en llanto y se fue a abrazar al mítico Alberto Juantorena. La medalla de bronce fue para el ucraniano Roman Schurenko, al saltar 8.31.
"Cumplí mi sueño, cumplí el sueño de mi madre", dijo, recordando a la autora de su días, muerta apenas hace dos meses. Y agregó: "El australiano fue un gran atleta, el público fue grandioso y le dio un gran apoyo, pero yo sentía que también tenía detrás de mí el apoyo de 11 millones de cubanos y entre ellos mi madre".