VIERNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Siguen los choques


Llama Bánzer a los maestros a terminar la huelga

Afp, Ap y Dpa, La Paz, 28 de septiembre Ť El presidente boliviano, Hugo Bánzer Suárez, llamó hoy a los maestros a terminar la huelga, mientras se reportaba la muerte de cuatro campesinos y cinco heridos, al proseguir los choques en distintos puntos del país entre labriegos y soldados.

Tras reunirse por segunda vez en las últimas 48 horas con altos mandos del ejército, la aviación y la armada, Bánzer salió por primera vez a la calle para hablar en una barriada capitalina, donde dijo que "suspender las clases, el año escolar, perjudica al capital humano que tiene este país".

En siete de las nueve regiones los maestros de educación pública mantienen un paro desde hace dos semanas contra la política económica gubernamental, y demandan incrementos salariales de 50 por ciento.

No obstante, los choques continuaron entre campesinos y uniformados en las proximidades de la comarca de Huarina, cerca de La Paz, donde dos labriegos murieron durante un ataque de un avión militar.

Grupos de derechos humanos confirmaron la aparición de otros dos campesinos productores de coca muertos en Chapare. Uno de ellos falleció por los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas armadas y otro después de recibir una golpiza.

De este modo, el número de muertos en las protestas campesinas y de maestros se eleva a nueve, sumado a un centenar de heridos después de 11 días de conflicto social.

Se cree que los campesinos, que mantienen bloqueos carreteros en rutas del altiplano, del valle, los Yungas y en Chapare, intentarían establecer un cerco sobre La Paz con el corte de caminos secundarios.

Hasta el momento mantienen bloqueadas la carretera troncal, que comunica a la capital con Cochabamba y Santa Cruz, y las que permiten conexiones con Perú y Chile.

Como resultado de esta situación, Bolivia ha disminuido sus exportaciones en 13.5 millones de dólares, de acuerdo con informes oficiales, pues los cocaleros se mantienen firmes en su rechazo a la construcción de tres cuarteles militares con financiamiento de Estados Unidos en las regiones productoras de la hoja de coca.

Con todo, la Iglesia católica, apoyada por la Defensoría del Pueblo y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, parecía encaminarse a una mediación luego que los sindicatos que encabezan las protestas aceptaron una negocia- ción con una sola comisión.