VIERNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť El peligro de un presidente absoluto sigue presente, señala el perredista


Riesgo de que se instaure una plutocracia, alerta Gómez

Juan Antonio Zúñiga M. Ť A pesar de que no hay indicios en este momento de que en México pueda surgir un nuevo presidencialismo ''sobre las ruinas del viejo'', existe ''un riesgo demasiado grande'' de que pueda instaurarse una ''plutocracia'', en el sentido del dominio completo de la política por parte de quienes poseen la riqueza, alertó Pablo Gómez Alvarez, presidente de la Comisión para la Reforma del Partido de la Revolución Democrática.

También advirtió que en México ''el peligro de un presidente absoluto sigue presente, ya que el país puede volver a un partido con mayoría absoluta y a un jefe de Estado con un respaldo legislativo automático''.

Al participar en el foro La transición desde la izquierda, el ex coordinador de la fracción parlamentaria perredista en la Cámara de Diputados concluyó que ''si al presidente no lo sostiene un sistema corporativo ni un sistema de partidos articulados o un partido mayoritario'', como podría ser el caso de Vicente Fox, ''entonces no quedará más que el dominio político de una minoría con intereses económicos estrechos''.

Pablo Gómez, con una trayectoria de militancia activa en la izquierda mexicana desde hace más de 30 años y ex preso político del movimiento estudiantil de 1968, planteó que ''hoy, después de 83 años de Constitución, México tiene un gobierno minoritario'', afirmó que ''así es el actual'' y vaticinó que ''así será el próximo''.

Pero las preguntas que se despejarán próximamente, puntualizó, ''son si el país podrá funcionar indefinidamente con un Poder Ejecutivo minoritario, si ésta será una característica después del 2003, y si tales gobiernos serán capaces de realizar coaliciones para conformar una mayoría política estable''.

Gómez Alvarez expuso que la escisión entre los poderes Ejecutivo y Legislativo en el país ''abrirá la discusión sobre el carácter del régimen político, pero no solamente acerca de las libertades, los derechos y las instituciones, sino también sobre el sistema político nacional''.

El debate entre presidencialismo y parlamentarismo, esbozó, ''se abrirá poco a poco en la medida en que el Ejecutivo tenga mayores dificultades para encauzar su acción y, por lo tanto, cuando la llamada gobernabilidad, entendida como capacidad de gobernar a la sociedad, empiece a ser un verdadero tema político nacional".

Los empresarios

Su exposición, en la cual hizo un bosquejo sobre las características del presidencialismo en el país y la necesidad de avanzar hacia un régimen parlamentario -que implica la subordinación total del Ejecutivo a las resoluciones de los órganos de representación popular-, hizo notar el surgimiento reciente de ''un sector que nunca existió formalmente en la vieja estructura política del presidencialismo mexicano'', y cuya influencia se ejerce principalmente a través del PRI y del PAN: el empresarial.

Y puntualizó: ''A nadie escapa que el presidente electo (Vicente Fox) es un empresario militante que ingresó en la política a partir del fenómeno del neopanismo -ligado a la nacionalización bancaria de 1982-, y que grupos cada vez más numerosos de empresarios intervienen en la lucha electoral, principalmente a través del dinero, pero también con sus propios candidatos, postulados por algunos partidos''.

En síntesis, el dilema sugerido por Pablo Gómez sobre el futuro inmediato del sistema político mexicano sería ''plutocracia'' o ''parlamentarismo''. Esa es la cuestión de la gobernabilidad.