VIERNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Ordenes encontradas hicieron que se generalizara la balacera en Tlatelolco
Comandos militares dispararon a la tropa el 2 de octubre
Ť Canal 6 de Julio logró rescatar escenas inéditas de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas
Elena Gallegos Ť Cuando en octubre del 98 Televisa difundió imágenes inéditas de la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, el Canal 6 de Julio detectó algunas tomas especialmente reveladoras. En particular, las de los francotiradores apostados en la azotea del templo de Santiago y la de un hombre que dispara desde la cornisa del edificio Chihuahua. También un par de tomas en donde piquetes del Ejército se topan con hombres de civil -que portaban un guante blanco-, los detienen e inexplicablemente los dejan ir.
Uno de esos grupos sale de la puerta sur del templo, donde se encuentra el basamento de la torre. Los hombres salen a lo largo del corredor que da al muro suroeste del convento, al llegar al contrafuerte del mismo se topan con los soldados.
Estos los encañonan. En ese instante, uno de los hombres muestra algo -posiblemente una identificación-, los soldados dejan de apuntarles con sus fusiles y les abren el paso. Dicha escena se transmitió segmentada e invertida (flipeada, dirían en el mundo del cine).
En el documental Operación Galeana -los altos mandos del Ejército involucrados en el operativo del 2 de octubre lo denominaron así-, dos años después de conocer la escena y gracias al resto de los elementos con que ahora se cuenta, se le da la siguiente lectura:
''En el extremo sur de la azotea del templo de Santiago tres francotiradores actúan, uno más se apuesta (sic) tras las almenas.
''Hay movimientos en torno al templo y al convento anexo. En el vértice suroeste varios hombres se parapetan; se conduce a un detenido; pueden observarse las contraseñas blancas...''
De acuerdo con un croquis que dejó el secretario de la Defensa, general Marcelino García Barragán -continúa el documental-, en el que se ilustra un escenario de fuego cruzado, se localiza también el lugar en el que el general José Hernández Toledo resultó herido. El hombre tras la almena ocupaba la posición idónea para disparar sobre el militar.
Incluso, coincide con la descripción que hiciera Gustavo Díaz Ordaz en 1977: ''Recordar que el comandante de las fuerzas militares fue el primero que cayó a los primeros disparos, que no iba blandiendo su arma, lo que además hubiera sido lógico y natural. Iba con un megáfono en la mano llamando a la concordia, al orden y a la serenidad. ƀVenimos como amigos, no venimos a at acar, venimos a darles garantías a todos...ƀ Cayó atravesado por la espalda con una trayectoria claramente vertical. Tres balas recibió y una de ellas, la más grave, le atravesó uno de los pulmones y la pleura. Estuvo muy cerca del cuello y le salió hasta el final del tronco. Vive por suerte para nosotros...''
La investigación de Carlos Mendoza, director de Canal 6 de Julio y profesor del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), concluye que si se considera que el general Hernández Toledo, quien iba al frente del primer Batallón de Fusileros Paracaidistas -junto con el Segundo Escuadrón Blindado de Reconocimiento y el Primer Batallón de Infantería de Guardias Presidenciales habían aguardado entrar en acción en Insurgentes y Manuel González-, y quien tenía órdenes precisas de exhortar a los manifestantes a retirarse y no abrir fuego hasta no tener cinco bajas, entonces la misión de los tiradores fue, precisamente, la de causar esas bajas y provocar la respuesta de la tropa.
Se calcula que de las filmaciones hechas el 2 de octubre -seis equipos de camarógrafos bajo la coordinación de Servando González captaron lo ocurrido- se conocen sólo siete minutos de alrededor de 22 horas. Existe una buena cantidad de pies de celuloide cuyo contenido no se ha visto. Uno de esos equipos trabajó en el piso 19 de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la oficina que ocupaba su entonces titular, Antonio Carrillo Flores, quien por esas fechas estaba fuera del país.
La cámara estuvo en picada y fue la que ''atrapó'' a los francotiradores de la azotea. Muchos años después, tanto González -quien en el 68 trabajaba para la Secretaría de Gobernación, cuyo titular era Luis Echeverría- como el camarógrafo Cuauhtémoc García Pineda, revelaron que, efectivamente, estuvieron aquella tarde en el piso 19 de Relaciones Exteriores. Canal 6 de Julio pidió -hace algunos meses- a esa dependencia que les permitiera el ingreso con el objeto de medir y reconstruir los ángulos. Nunca obtuvo respuesta.
De acuerdo con el testimonio de González, salieron a las cuatro de la mañana del 3 de octubre de la torre de Relaciones para dirigirse a Gobernación. Su jefe, el secretario, le ordenó que entregara todo el material fílmico. Este se reveló en los Estudios Churubusco y fue entregado a Echeverría. Hace más de un año, un laboratorista de esos estudios dijo que ni uno de los rollos se quedó ahí -''todo se lo llevaron''- y calculó en más de cien los carretes de película.
Otras de las ''nuevas'' imágenes se filmaron desde el sexto piso del edificio 11 del ISSSTE, algunas más de la Vocacional 7 (en la actualidad es una clínica del IMSS y en esos momentos ya había sido ocupada por el Ejército), y varias de los edificios 2 de Abril o 15 de Septiembre.
La amenaza "comunista"
La narración en Operación Galeana es apoyada por testimonios de vecinos, participantes en el mitin -como Eduardo Cervantes- e investigadores de los sucesos, entre ellos el escritor Carlos Montemayor. Casi desde el primer momento se supo de la participación del llamado Batallón Olimpia. Sin embargo -marca el guión de Mendoza-, en el informe de la Operación Galeana, a cuyo mando estuvo el general Crisóforo Mazón Pineda, no se especifica la misión de ese agrupamiento y lo menciona escuetamente como ''en reserva'', sin referirse nunca a que sus integrantes no vestían uniforme militar. Tampoco habla del distintivo blanco.
Así como el Batallón Olimpia tenía, entre otras, la orden de detener a los dirigentes estudiantiles cuando apareciera el segundo par de luces de bengala, según se sabe por el testimonio del capitán primero de Caballería, Ernesto Morales Soto, los francotiradores tenían la misma señal pero para abrir fuego, mientras que para el 44 Batallón de Infantería -apostado en Buenavista-, esas luces les indicaban avanzar hacia Tlatelolco. El 44 Batallón fue uno de los más severamente atacados, se asegura en el documental. Precisamente, las órdenes encontradas provocaron el fuego cruzado. Los comandos militares de civil dispararon contra la tropa.
''Partes militares y crónicas periodísticas -se precisa en el trabajo de Canal 6 de Julio- dan cuenta del intenso fuego que provenía de los edificios 2 de Abril, 15 de Septiembre y Chihuahua, pero también se refieren a otros alejados de la explanada, como el Molino del Rey, 5 de Febrero, Revolución de 1910 e ISSSTE 11. Por la lejanía de estas posiciones, la misión de los tiradores debió ser la de atacar a los soldados uniformados que se concentraban en esa zona''.
Díaz Ordaz se empeñó en mantener su versión, en el sentido de que ''agitadores profesionales'' metidos en el movimiento estudiantil eran los responsables de la masacre. En la conferencia de prensa que ofreció en 77, al ser designado para ocupar la embajada de México en España -cuyas imágenes Mendoza también rescata-, insistió: ''Los disparos fueron hechos desde la azotea del edificio Chihuahua. De allá dispararon perversamente en contra de los soldados, contra sus propios compañeros; por el nerviosismo del momento y su falta de práctica en el manejo de las armas que ellos habían conseguido o que a ellos les habían dado, no pudieron controlar los disparos y no solamente hirieron y lesionaron a soldados, sino también a sus propios compañeros''.
De los documentos y partes militares dejados por el general García Barragán se desprende claramente que Díaz Ordaz estaba al tanto del operativo diseñado por los jefes del Estado Mayor Presidencial y del Estado Mayor de la Defensa Nacional. De hecho, el general Ballesteros Prieto fue relevado de su cargo unos días después del 2 de octubre por el propio García Barragán.
Otro de los documentos localizados durante la investigación, y que fue elaborado en el Departamento de Estado de Estados Unidos, precisa: los generales Gutiérrez Oropeza y Ballesteros Prieto se excedieron en sus funciones y cambiaron deliberadamente las órdenes emitidas por García Barragán.
Al respecto, Montemayor señala: ''Las declaraciones del 3 de octubre del general Marcelino García Barragán pueden ser vistas de manera diferente: el presidente Díaz Ordaz le propone la suspensión de las garantías y la implantación de un toque de queda en el país por los combates del 2 de octubre. El general conocía ya para ese momento que los francotiradores eran oficiales del Estado Mayor Presidencial y que se trataba de una traición militar.
''La respuesta pública ante la prensa extranjera y nacional del secretario de la Defensa, afirmando que no habría suspensión de garantías y que el jefe de las fuerzas militares era él, podemos leerla ahora como una respuesta a la traición del Estado Mayor Presidencial de ese momento, una respuesta violenta al Presidente de la República y una afirmación de que las fuerzas militares no habrían sido dañadas por esta traición...''
Por otra parte, y en relación a lo que se dice en el documental en el sentido de que el 44 Batallón de Infantería fue uno de los más afectados por las órdenes encontradas, en una carta que le envió el general de D ivisión, Javier Vázquez Félix, al general Alfonso Corona del Rosal -y que este último publica en sus memorias-, le cuenta:
''Yo vi los muertos tendidos en el piso e incluso tomé parte activa cuando fueron levantados. Exactamente hubo 38 muertos de ambos sexos en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas y se halló el cadáver de un niño de 12 años en un departamento del segundo piso del edificio Chihuahua. Además, perecieron cuatro soldados del 44 Batallón de Infantería...''
Sobre el número de víctimas -nunca se ha sabido realmente cuántas personas murieron-, el documental de Mendoza revela un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos en el que se lee: ''Como es típico en México no pueden encontrarse cifras seguras sobre el número de bajas en la batalla del 2 de octubre. Los reportes recibidos hablan de una alta cifra de 350 muertos. Los mejores cálculos de la embajada estiman que la cifra está entre 150 y 200''.
Otro de los capítulos alude específicamente a los intentos de mandos militares por infiltrar el movimiento estudiantil. Menciona que en los periódicos del 24 de septiembre se publica una nota en la que se da cuenta de la aprehensión de Francisco Rodríguez Villarreal, quien ocultaba armas en su vehículo y pretendía entregarlas a estudiantes de la Vocacional 7.
Pudo encontrarse en el anuario del Heroico Colegio Militar que Rodríguez Villarreal había egresado en el 68 como oficial de Artillería. Hay pruebas de ocho acciones de ese tipo ejecutadas por militares. En el documental se afirma que algunas versiones atribuyen vínculos de estos grupos con un mayor adscrito a Guardias Presidenciales, Carlos Humberto Bermúdez Dávila, quien 14 años después fuera jefe del Estado Mayor Presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado. Este es sólo uno de los ejemplos.
Muchas preguntas siguen sin tener respuesta. Pero en 1977, Gustavo Díaz Ordaz se ufanaba: ''De lo que me siento más orgulloso de esos seis años es del año de 1968 porque me permitió servir y salvar al país; les guste o no les guste, con algo más que horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo: vida, integridad física, horas, peligro, la vida de mi familia, mi honor y mi nombre en la historia. Todo se puso en la balanza. Afortunadamente salimos adelante...''
Sin mencionarla -prosigue la voz del narrador Mario Díazmercado-, ''Díaz Ordaz se refiere a la amenaza comunista, un fantasma inventado por su gobierno para combatir al movimiento estudiantil''.
En un reporte del 5 de octubre de 1968, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) establece: ''No hay evidencia segura de que la embajada cubana o la soviética -en México- hayan creado los disturbios actuales a pesar de las reiteradas afirmaciones del gobierno mexicano en ese sentido...''
Operación Galeana -cuya duración es de 75 minutos- será estrenado este sábado a las cinco de la tarde en el Foro Cultural San Angel. El domingo se exhibirá en el auditorio Antonio Caso, de Tlatelolco. La dirección y el guión son de Mendoza; lo produjo Nancy Ventura; Mario Viveros fue asistente de dirección; lo editó Roberto Vázquez y la investigación la efectuaron el mismo Mendoza, Carlos Montemayor y Víctor Mariña, entre muchos, muchos otros colaboradores.
Quizá la introducción del video resume un sentimiento generalizado hacia lo que ha sido una página no resuelta de la vida del país:
''El 2 de octubre de 1968 marcó la historia moderna de México. Una manifestación estudiantil fue atacada. No se sabe cuántas personas murieron.
''Desde entonces, los sucesos de Tlatelolco tuvieron explicaciones poco creíbles o insuficientes y tres preguntas no encontraban respuesta: Ƒquiénes dispararon en la Plaza de las Tres Culturas? ƑQuién dio la orden? ƑPor qué?''