JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Sería "traición a la patria" si un presidente la atacara
Burgoa: quien atenta contra la UNAM cava su tumba política
Karina Avilés Ť El jurista Ignacio Burgoa Orihuela afirmó que si un presidente de la República atenta contra la universidad "cava su tumba política" y "sería una traición a la patria", pues expresó que todos los gobiernos deben respetar y proteger a la UNAM y a las instituciones públicas de educación superior.
Entre tanto, el director de la Facultad de Derecho de la UNAM (FD), Fernando Serrano Migallón, afirmó que la máxima casa de estudios "seguirá siendo la institución de todos los mexicanos, irrevocablemente autónoma, orgullosamente pública y legítimamente nacional".
En el marco de los festejos conmemorativos del 50 aniversario del doctorado en derecho, Burgoa Orihuela manifes- tó que "sería una traición a la patria que un gobierno atentara en contra de la u-niversidad porque la patria está aquí, en la UNAM y en las universidades públicas, que también deben ser protegidas y amparadas".
Subrayó que la comunidad de la UNAM forma un grupo invencible: "No nos vencerán jamás las armas de la ignorancia y de la depredación. El gobierno no puede ni podrá nunca contra la universidad".
Indicó que si la UNAM y en general, las universidades públicas fueran amenazadas, existen recursos que podrían utilizar los universitarios para su defensa, uno de ellos es el juicio de amparo y el otro una protesta de hechos en todas las universidades "en contra del gobierno antiuniversitario".
Añadió que el rector también podría hacer uso de los medios jurídicos y "desde luego encabezando a toda la comunidad nacional universitaria en actos de protesta en contra de esas medidas regresivas condenadas por la humanidad". Destacó: "Si un presidente de la República ataca a la universidad, cava su tumba política y el pueblo tiene el derecho a repudiarlo".
Emilio O. Rabasa -uno de los fundadores del posgrado de la FD- manifestó que el derecho es un elemento indispensable "de convivencia social pacífica", y aunque no siempre alcanza sus nobles metas, como la justicia, la libertad y la seguridad, "sigue siendo el único medio para ordenar a la sociedad y evitar que el hombre aniquile al hombre".
Durante la inauguración, Serrano Migallón señaló que la libertad esencial de la universidad es su autonomía. Los principios de libre examen y discusión de las ideas, divulgación del conocimiento y de libertad de cátedra son connaturales a los estudios superiores. Sin estas bases, puntualizó, "el conocimiento se agota a sí mismo y no alcanza a construir la ciencia ni a proteger a la sociedad".
Expresó que la FD ha sido testigo y protagonista del cambio social y de la evolución del pueblo mexicano: "Es una institución que se ha hecho con México a lo largo de su rica historia, con la mayor pluralidad ideológica y doctrinal" y ha podido mantener una oferta de educación de calidad en el máximo grado de estudios durante los últimos 50 años.
"Por nuestro origen y por nuestro compromiso, por la imperiosa necesidad que tenemos los mexicanos de seguir avanzando en el progreso, seguiremos siendo la universidad de todos los mexicanos, irrevocablemente autónoma, orgullosamente pública y legítimamente nacional porque nuestra convicción nos muestra que de esa manera, ganada con esfuerzo, contribuimos a seguir haciendo la historia", destacó.
Emilio O. Rabasa, quien recibió una de las 115 veneras que se entregaron a los miembros del Claustro del Posgrado en Derecho, recordó a los catedráticos que iniciaron los cursos del doctorado, a los alumnos que formaron parte de la primera generación 1950-1951.
Indicó que como fundador de los primeros cursos y hoy como maestro de los impartidos ahora "debo reconocer que las instancias de especialidad, maestría y doctorado, completan y satisfacen cualquier demanda académica de las más exigentes universidades del mundo contemporáneo".