JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť La deforestación sigue siendo el principal problema ecológico: Carabias
Alerta sobre importación de maíz transgénico
Ť Greenpeace acusa a Romárico Arroyo de minimizar problemas que pueden causar los organismos modificados genéticamente
La secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Julia Carabias Lillo, aseguró que siguen las investigaciones en torno al uso y consumo del maíz transgénico. Este es un debate que se está llevando a cabo en diversos foros internacionales, apuntó. "No es un tema que se defina ni acabe en poco tiempo", aseveró. La Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) tiene un comité consultivo que realiza varias investigaciones, entre ellas está la relativa al maíz transgénico.
Es una discusión que no se puede resolver precipitadamente, acotó en breve entrevista al término de su participación en el segundo Congreso Mundial de Profesionales de la Agronomía.
La organización ecologista Greenpeace cuestionó la posición del secretario de Agricultura, Romárico Arroyo Marroquín, y del director de la Cibiogem, Víctor Manuel Villalobos, quienes minimizaron los efectos que puede ocasionar el maíz transgénico en la salud y en el medio ambiente.
En su comparecencia en la Cámara de Diputados, Arroyo Marroquín explicó que el maíz -transgénico y tradicional- que se importa de Estados Unidos se riega con bromuro de metilo y así se inhibe la germinación de la semilla, con lo que descartó daños a la diversidad del grano en México.
Esta apreciación, explicó Liza Covantes, es errónea ya que el bromuro de metilo se utiliza para evitar la propagación de plagas y hongos, pero no sirve para reducir la germinación de la semilla.
Es necesario recordar, precisó, que México es centro de origen y diversidad del maíz, por lo que la siembra y liberación de ese grano modificado genéticamente pone en riesgo la existencia de más de 300 variedades criollas y silvestres del grano.
Respecto al planteamiento de Villalobos de que en diciembre se dará a conocer el estudio que definirá el rumbo de este transgénico en México, Covantes dijo que con ello se hereda a la próxima administración esta responsabilidad. (Matilde Pérez U. y Angélica Enciso)
Ť Hay pérdidas millonarias por la degradación de suelos
Matilde Pérez U. Ť México pierde anualmente mil 500 millones de dólares en las zonas semiáridas por la degradación de suelos y la consecuente falta de productividad, dijo la secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Julia Carabias. "La deforestación en el país sigue como el principal problema".
Pérdida de biodiversidad y de hábitats, alteración de ciclos hidrológicos, degradación y erosión de suelos son el resultado de la deforestación anual de 600 mil hectáreas. Setenta por ciento de las selvas se pierden por la actividad ganadera y agrícola; 48 por ciento de los bosques templados desaparece por los incendios, por lo que 64 por ciento del suelo mexicano tiene diversos problemas de productividad.
Para evitar mayores pérdidas la Semarnap impulsó una estrategia de protección, conservación, aprovechamiento sustentable y restauración de suelos. Con los programas de manejo de vida silvestre (UMA), reforestación, combate a incendios forestales y reconversión productiva se ha tratado de frenar esa destrucción de los bosques y selvas del país. "Falta mucho por hacer, pero las pautas están trazadas", abundó la titular de la Semarnap.
Ante técnicos agropecuarios reunidos en el segundo Congreso Mundial de Profesionales de la Agronomía, Carabias Lillo desglosó cada uno de esos programas. Las áreas naturales protegidas cubren ya 16.1 millones de hectáreas y tras 78 años, desde el primer decreto, esas zonas tienen programas de manejo y reglas claras para detonar procesos de desarrollo sustentable.
El presupuesto asignado a esas zonas protegidas es ya de 147 millones de pesos, es decir, 13.4 veces mayor al que tenían en 1995. Actualmente 88 por ciento de esa superficie tiene personal e infraestructura. "Hay que continuar con este esfuerzo hasta cubrir los ecosistemas críticos", expresó Carabias Lillo.
"No quiere decir que en esas áreas naturales protegidas no haya deforestación ni tráfico ilícito de especies", aclaró. El logro es que "hay una situación armónica de uso e incentivos para que los habitantes cuiden sus recursos naturales".
De los incendios forestales, Carabias Lillo comentó que la Semarnap tiene ya una estrategia para prevenir y combatir ese tipo de siniestros. "Antes no era tema de atención, hoy la opinión pública lo sigue".
La mayoría de los incendios forestales son provocados por las quemas agropecuarias, de ahí la importancia del programa de reconversión productiva que se impulsa entre los campesinos. A la fecha 250 mil hectáreas están bajo una producción alternativa que hasta hace pocos años era aplicada por escasas comunidades con el apoyo de organizaciones no gubernamentales.
Para la titular de la Semarnap, la situación óptima sería lograr que 98 millones de hectáreas estén dentro de los programas para evitar la pérdida de biodiversidad del país. De ese total, 27 millones formarían parte de las áreas naturales protegidas; 50 millones para UMA y 21 millones para manejo forestal.