MIERCOLES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Rumba México se llevó el premio de 10 mil pesos


Candente y sabrosito, el concurso de baile del lunes en el Salón 21

Ť Más de 200 personas mostraron sus mejores pasos

Ernesto Márquez Ť Es la noche del lunes y el Salón 21 luce glamour de fiesta. Decenas de jóvenes giran en elaboradas piruetas y como una arrasadora ola de lamİ plateado y lentejuelas se desplazan por la duela de la pista al son de una música arrebatadora: salsa caliente de las mejores orquestas del mundo pa'l lucimiento del cuerpo.

Se trata del más grande concurso danzario que se haya dado en esta ciudad en el que participan los mejores bailadores (que no bailarines) de los barrios.

Todos lucen un vestuario apantallante, multicolor y florido. Han ensayado sus rutinas durante semanas para triunfar esta noche y en la pista están dando lo mejor.

No bailan son ni guaracha, mambo, rumba o cha cha cha. Bailan sus propias coreografías, las que alguien les ha diseñado o ellos mismos inventaron; muchas de ellas aderezadas de endiabladas piruetas acrobáticas. Es el baile de la calle, del tíbiri y el desenfreno, manifiesto en solitario, por pareja o en grupos que se hacen llamar de diferentes maneras: Ritmo y Salsa, Rumba en México, Factor F o LPM (La Puta Madre) que además traen escandalosas porras que les animan y exaltan:

-šPonte sabroso Cocolo! šEnséñenle a esos putos como se baila en la Peñón! šNo te dejes Tigre!

Auspiciado por la estación radiofónica Sabrosita 100.9, este concurso salsoso tuvo una larga serie eliminatoria que ahora ve su conclusión con más de 200 participantes que son calificados por un jurado en el que destacan Miguel Nieto (Salón 21), Luis Albert (Fiestas Caribeñas), Marco Aurelio Torres (Discos Musart), Ramón Glass (Merenglass) y la famosísima Chayo, emperatiz de las pistas calientes y sandunguera mayor.

Nerviosismo por la presión del público

Con el marco musical en grabación de Tito Puente, Van Van, Sonora Ponceña, Grupo Niche... los estetas del dancing afrochilango se desplazan con maestría. Se nota nerviosismo en algunos debido a la presión de ese público jiribilloso y marchosillo que ha abarrotado el ya reconocido salón de baile. Pero hay también pasión y ganas de destacar. En este universo el joven proletario se siente Rey, es una personalidad admirada y querida que representa a una comunidad atosigada por mil problemas pero que tienen en el dancing una válvula de escape.

Por eso a la hora que los jueces se retiraron a deliberar, cada participante fue atendido y alentado por su grey como si de un campeón olímpico se tratara.

En la pausa aparecieron los de Azul Azul, un grupo de hip hop caribeño que metió a todo el gentío a la pista al son de La Bomba ("un movimiento sensual...")

Fernanda Tapia y Erika Macín fueron las encargadas de dar a conocer a los ganadores. En la categoría individual femenil el primer lugar le fue otorgado a María del Carmen Garcés que al igual que Carlos Sánchez Torres, en la contraparte masculina, fueron premiados con 3 mil pesos y diploma-constancia por su participación.

En el apartado de "parejas" los 6 mil pesos de premio y el diploma por el primer lugar lo obtuvieron Cirilo Irineo Fuentes y Linda Muñoz Moreno quienes hicieron una esplendida rutina que tuvo su punto climático cuando Cirilo golpeó los glúteos de Linda como si de un tambor se tratara.

La categoría de clubes, la más reñida

La parte más reñida del concurso fue la referida a la categoría de grupo o clubes de baile. Tanto por la cantidad como por la calidad ya que había muchos y muy buenos. El premio mayor (10 mil pesos) estaba entre los chicos de Factor F, La Puta Madre (es decir, LPM) y Rumba México. Estos tres colectivos fueron los que mejor vestidos, sincronizados y propositivos lucieron en la escena.

El premio de 10 mil varos y pergamino fue para Rumba México.

Tras el anuncio brotaron entre el público gritos de inconformidad, mentadas de madres y conatos de bronca. Todo ese alboroto fue acallado por una voz anónima que dijo: "ya déjense de mamadas y sigamos bailando".

Porque la noche era aún joven y faltaban por actuar la orquesta 40 Grados, La Revelación y el plato fuerte de la velada: el debut en México de Jimmy El León, el hijo de Oscar de León, del cual daremos cuenta mañana ya que posee una historia como para telenovela.