MIERCOLES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť El Museo de la Ciudad de México, la sede
Jazz gratis en el ciclo La Nueva Cosa
Marcos Deli es director del área de Logística y Equipamiento en el Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM). Su labor, si quisiera preservar las antiguas tradiciones de nuestra mexicanidad, debería limitarse a administrar los apoyos logísticos del momento o a sonorizar los macroconciertos con los que esa institución ha puesto a girar a la capital entera desde 1997.
Pero no. Marcos es una de esas rarezas burocráticas que producen ideas (tal vez porque antes de estudiar audio terminó la carrera de guitarrista en la Nacional de Música), y entre los más recientes conceptos que ha logrado aterrizar sobresale el ciclo La Nueva Cosa, en el que se da cita una nueva generación de músicos y compositores mexicanos que trabajan en los subterráneos del jazz y la música de vanguardia.
Respecto de este nuevo ciclo Deli explica: "La propuesta surgió en conjunto con Conrado Tostado, que es el director de este museo, con la idea de abrir las puertas del Museo de la Ciudad de México a toda la gente. Hay quienes pasan por aquí, sin saber del concierto, pero oyen el ruido y se meten, y se dan cuenta que es un concierto gratuito de jazz o de música contemporánea y se sientan.
-Pudiera pensarse que con los músicos de Jazz Martes (el primero de estos ciclos), como son más conocidos y con más trayectoria, es más fácil que vaya la gente. Sin embargo, allá se anuncian tres o cuatro veces por semana en los periódicos. ƑPor qué no lo hacen así en este ciclo?
-Realmente nosotros empezamos sin ningún presupuesto. Ahora, el museo se encarga de la difusión, y su presupuesto para esto es mucho menor que el del Instituto de Cultura. Sin embargo, se afinan todos estos detalles. Tuvimos que arrancar así, porque si queríamos hacerlo con toda la difusión y todo lo que se necesita, no se iba a poder. Pero decidimos hacer un disco, un acoplado que está por salir, en el que hay piezas de todos los músicos, y lo vamos a regalar, funcionará como promocional. En Jazz Martes se cobra la entrada, entonces se pueden generar recursos para la difusión.
-Esa era la siguiente pregunta, Ƒpor qué gratis?
-Mira... lo que presentamos son propuestas nuevas. Si bien hay mucho interés, de repente la gente se va a lo seguro, y lo gratuito nos facilita calentar el lugar. Tú has sabido de los conciertos en el Zócalo, que son gratis, y este lugar ya se volvió un verdadero centro cultural. A mí me sorprendió cuando hicimos Contra censura, tolerancia, pues tuvimos un público rotativo, tres veces en el día, que ten-drías que multiplicar 70 mil personas por tres; las había de todo tipo, desde las que llegan por casualidad hasta las que van por el interés de la cultura. Es mucho más fácil ofrecerle a la gente estas nuevas propuestas si no cobramos. Además es la función del ICCM: difundir la cultura. Por otro lado, contamos con el gran apoyo de los músicos, porque cobran muy poco. Si no fuera así, hubiera sido imposible hacer este ciclo.
Al margen de los ires y venires administrativos, lo verdaderamente importante en este caso es la enorme calidad en cada una de las propuestas. Desde la Big Band, de la ciudad de México, el dúo Paleta Souza o los hermanos Eblem y Jeanette Macari (que ya se presentaron) hasta la música por venir: Banda Elástica, Cráneo de Jade, Verónica Ituarte, Eduardo Piastro y otros grandes etcéteras. Este último y su propuesta dan para otra nota aparte. La cita es los jueves, en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez 30, Centro Histórico, teléfono 5542-0083, 0671. (Antonio Malacara)