MIERCOLES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Proyectaron Así es la vida, filme del realizador
Buenos augurios para Ripstein en el festival de San Sebastián
Ť Con La perdición de los hombres busca la Concha de Oro
Angel Vargas, enviado, San Sebastián, 26 de septiembre Ť Con Así es la vida, que contiende en la sección paralela Zabaltegui por el Premio del Público, Arturo Ripstein comenzó anoche, con buenos augurios, su periplo por el festival de San Sebastián, que este miércoles recibirá también su filme más reciente, La perdición de los hombres, pero dentro de la sección oficial, en pos de la Concha de Oro.
La calidez con la que fueron acogidos Ripstein y su largometraje era más que previsible, por ser uno de los directores más respetados del certamen. De entrada, el público que abarrotó la sala 2 del
Kursaal le tributó una nutrida y prolongada ovación cuando apareció para presentar su cinta y lo mismo ocurrió al final de la proyección.
El aplauso y el afecto se extendieron a la guionista y esposa del realizador, Paz Alicia Garciadiego, y a las protagonistas de la historia, Arcelia Ramírez, quien llega por vez primera al festival, y Patricia Reyes Spíndola, cuya calidad artística es ya más que reconocida en estas tierras.
No obstante, ello no resultó suficiente para que Así es la vida lograra superar los 3 mil 403 puntos (alcanzó 2 mil 995) que hasta hoy mantienen a Amores perros, del también mexicano Alejandro González Iñárritu, al frente del Premio del Público, que se concede en el apartado ''Las perlas de los festivales'' de Zabaltegui.
Antes de dar comienzo a la función, Ripstein explicó que su filme es una
adaptación libre de la tragedia griega Medea -que ''tiene más de 3 mil años
y que sigue atrozmente vigente''- al entorno de un barrio del México de
nuestros días.
La función comenzó no sin que Paz Alicia Garciadiego hiciera pública su
dedicatoria a ''las miles de mujeres mexicanas que han pasado por una situación como la de esta historia, que han sido abandonadas''.
Paz Alicia Garciadiego y la importancia del guión
Desde el principio, Así es la vida no deja respiro y, al más puro estilo del también realizador de El castillo de la pureza (1972), se desencadenan situaciones e imágenes que son una abierta y desnuda provocación al espíritu, en la que el dolor se amalgama no pocas veces con un humor negro y cáustico.
Julia (Arcelia Ramírez) se encuentra con que el mundo le ha vuelto la espalda luego que su marido, un boxeador fracasado (Luis Felipe Tovar) la abandona por otra mujer. Eso la lleva a agredirse y lacerarse no sólo física, sino anímica y espiritualmente.
El guión se apega a los cánones estructurales de la tragedia griega. Paz Alicia Garciadiego resolvió la figura del coro con una televisión en blanco y negro en la que aparece un trío que canta de acuerdo con la situación vivida por la protagonista, quien encuentra también en el aparato la proyección de sus recuerdos y pensamientos.
Como se hace en todas las películas de Zabaltegui, al final de la proyección
el público intercambió impresiones con Ripstein.
Entre otros temas, el director aclaró por qué en varias de sus películas los personajes se dirigen a la cámara: ''Siempre he supuesto que el elemento fundamental para la narración cinematográfica es la cámara. Sin ésta, todo lo demás no puede hacerse.
''Quería que estuviera constantemente presente, que fuera un elemento más
dentro de la narración, que tuviera la posibilidad de lo inmediato y formara parte del juego brutal en esta película. Es parte de las simetrías que buscaba durante toda la cinta. Quería a la cámara como eje y ello requiere de la constancia de su existencia, lo cual se da por medio de los
actores que se dirigen frecuentemente a ella'', apuntó Ripstein.