MARTES 26 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Comparece Romárico Arroyo ante diputados
Reprochan al titular de la Sagar el fracaso de políticas agrarias
Ť Las cifras alegres del funcionario no convencieron ni a priístas
Angélica Enciso y Ciro Pérez Silva Ť Ni los diputados priístas estuvieron de acuerdo con las cifras alegres de Romárico Arroyo, secretario de Agricultura. Todos los grupos parlamentarios, sin excepción, condenaron la política impulsada por el gobierno zedillista para mejorar el fomento productivo y abatir la pobreza en el campo mexicano. Las estrategias, le dijeron, "son un rontudo fracaso".
Pero las quejas no vinieron sólo de los legisladores. Llegaron también de grupos no gubernamentales como Greenpeace, los cuales denunciaron las importaciones de maíz transgénico y le preguntaron al funcionario "ƑCuánto vale la biodiversidad de maíz mexicano?". Desde la galería, le lanzaron copias de billetes de un dólar con el nombre de Novartis, una de las empresas productoras de maíz transgénico, y extendieron una manta con la misma leyenda.
La comparecencia de Romárico Arroyo se inició con una intervención en la que enumeró resultados con datos y cifras para señalar avances en el agro mexicano, los cuales no convencieron a los diputados.
El funcionario aseguró que la política del sector se fijó como objetivo mejorar la economía de las familias rurales, con el incremento de la producción a un ritmo mayor que el de la población, con lo que se fortaleció la seguridad alimentaria y se generaron excedentes exportables.
Hizo un resumen de los principales programas del sector y destacó que cada peso del Procampo se convirtió en 2.2 pesos de ingreso para cada uno de los 3 millones de campesinos. Asimismo, incluyó a este programa como parte del financiamiento rural, "sumado a los recursos del Fideicomiso Instituido en Relación con la Agricultura, Banrural y el crédito a la palabra, nunca se había tenido el apoyo económico que ahora se tiene".
Recordó que 35 por ciento de las unidades de producción tiene capacidad para participar en el mercado, pero precisó que las dos terceras partes de las unidades de producción agrícola tienen menos de cinco hectáreas.
Después vendría el cuestionamiento de los legisladores. Los diputados de oposición, en distintos tenores, reprocharon que en los últimos seis años se hayan dado avances en el agro, mientras que los del PRI ocultaron en público lo que pensaban en privado.
El discurso original de Jesús Burgos Pinto establecía que la protección que se otorgó al maíz y al frijol mexicano en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que se ponderó en su momento como un gran logro "es en la práctica letra muerta". En azúcar y algodón los problemas actuales evidencian que "por la premura de sacar adeltante a toda costa el TLCAN, muchas negociaciones fueron francamente perjudiciales para el sector agrícola".
Escribió que ante esta realidad el gobierno mexicano tenía dos caminos: revisar y corregir oportunamente disposiciones que se evidenciaran como desfavorables e inequitativas y compensar con asignaciones federales suficientes a los productores. "Nuestra impresión, sin embargo, es que poco o casi nada se ha hecho. Se sobrentiende que se ha considerado un sacrilegio perturbar a nuestros socios, que es preferible sufrir injusticias antes que luchar por corregirlas".
Había escrito para decirle al funcionario que al diseñarse programas pertinentes, su eficiencia ha sido insuficiente y que la tendencia del gobierno ha ido a contracorriente, ya que en los momentos en que la agricultura precisaba de mayores recursos, como consecuencia de la apertura y de contingencias de mercado, "éstos se han ido desmantelando de manera muy significativa, además de que la política presupuestal agrícola no esta fomentando el avance del campo en la medida que lo requieren las circunstancias".
Pero al momento de tener que exponer esto ante el secretario, se arrepintió de sus críticas y adoptó la sumisión priísta que mantuvieron sus legisladores durante 70 años. En los últimos días de la semana pasada, Romárico Arroyo se reunió con legisladores de los diferentes partidos, ante quienes habría expuesto la situación del campo mexicano y con ello esperaba sensibilizar a los diputados hacia su postura, según comentaron algunos de los asistentes.
Los otros diputados, los de oposición, sí le formularon esas interrogantes al funcionario, pero, como también ha sido tradición, no respondió.
Jaime Cervantes de Rivera, del Partido del Trabajo, le dijo que "el campo no es rentable, no hay crédito al agro ni infraestructura que aliente la inversión". La pretendida modernización del campo, agregó, "es una falacia que sólo existe en los informes oficiales".
El panista José de Jesús Hurtado recordó que el presidente Ernesto Zedillo en el Plan Nacional de Desarrollo señaló como prioridad de su administración mejorar la vida de las familias de campo mexicano con renovadas estrategias de fomento productivo y abatimiento de la pobreza, pero "esas estrategias son un rotundo fracaso, pues el nivel de vida lejos de haberse mejorado, cada día se han deteriorado más, es claro que estamos lejos de haber erradicado el abandono, desolación y pobreza del campo mexicano".
Los legisladores de oposición expusieron al funcionario los problemas que se han derivado de la política agropecuaria, que van desde la actual crisis de la industria azucarera, los problemas de rentabilidad y dificultades de comercialización de los granos básicos, la falta de financiamiento rural, el maíz transgénico hasta los efectos negativos del TLCAN en el agro.
Fue recurrente, en los diputados, la mención de la falta de coordinación entre las dependencias, ya que mientras la de Agricultura impulsa la producción, la de Comercio autoriza importaciones fuera de los cupos establecidos en el acuerdo comercial, con lo que se agravan los problemas de comercialización de granos, cárnicos y lácteos.
Frente a cada una de las preguntas, el funcionario evadió respuestas directas. Ante la interrogante de sí sería viable una revisión del TLCAN, Romárico Arroyo respondió que "sí se analiza con cuidado el intercambio comercial, los datos dan tendencias favorables y también se redujo el déficit comercial. Los instrumentos no acaban de entenderse. No se gana nada con aplicar aranceles de 170 por ciento a las cadenas productivas".
Luego de casi cinco horas de comparecencia Romárico Arroyo dejó San Lázaro sin pena ni gloria.