LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Los directivos deben exigir la medalla, reiteró
Segura llegó como héroe, pero fue sacado a hurtadillas del aeropuerto
Ť Desea una reproducción de la medalla dorada de Soraya
Jorge Sepúlveda Marín Ť A las 16:50 horas, el marchista Bernardo Segura apareció por la salida 27 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Al menos unos 50 camarógrafos y unos 20 reporteros saltaron de inmediato a su lado. Sonrió para las fotos, para las televisoras y dio algunas declaraciones sobre su descalificación. Estaba muy sereno. Dijo que era obligación moral de las autoridades pelear la medalla de oro que le habían quitado en Sydney.
No pasaron más de 10 minutos y escoltado por seis guardianes del orden, con cara de seriedad, lo llevaron por el pasillo principal donde tres reporteros le pegaban la grabadora a la boca a cada paso. Trataron de bajarlo por la puerta 22, pero lo atajaron para enlazarlo a Sydney y conceder una entrevista a la televisión. Dijo que quería una reproducción de la medalla de oro ganada por la pesista Soraya Jiménez. Agregó que "es la primera vez que se actúa de manera tan indignante en la caminata en las Olimpiadas".
En la bola, un policía auxiliar se hizo de palabras con un reportero. Este le dijo que lo dejara hacer su trabajo, pero como el oficial lo seguía empujando, el compañero de El Financiero le comentó que la diferencia entre un periodista y un policía "es que tienes pura mierda en la cabeza".
Segura también pidió un homenaje en el Zócalo del DF, pero se le propuso realizarlo en el estadio Azteca, por lo que sólo se espera que le ponga día y hora. De nueva cuenta, la seguridad del aeropuerto escoltó a Segura por el pasillo de las salas internacionales hasta la oficina de migración, donde permaneció más de una hora. Antes, reiteró que los jueces de la caminata deben profesionalizarse y ser obligados a usar la intercomunicación para llevar a tiempo la coordinación de las amonestaciones. Afuera, cerca de 100 personas llegadas de San Mateo Atenco, donde vive el ex diputado, armados con los carteles de la campaña a la presidencia municipal que hizo el atleta, echaron porras, algunos vivas, pero sobre todo exigían ver a su coterráneo. Varias voces preguntaban porqué no lo dejaban salir. "Que nos entreguen a nuestro Bernardo", gritaban sus vecinos, sus seguidores en la política y en el deporte.
Por cierto, el andarín dijo que su carrera política apenas empezaba y que eso no dependía de él.
Todo fue en vano. A las 18:30 Segura salió por una puerta donde los de seguridad sabían que nadie lo esperaba y corriendo lo subieron a una camioneta negra placas LLV2753, del estado de México. Su escape fue detenido por la gente. En plan agresivo, un reportero le soltó: "es cierto que fingiste no ver la tercera amonestación". Desde dentro, con la ventanilla bajada, Bernardo negó categóricamente.
La camioneta arrancó ayudada por el personal de seguridad, que de nuevo empujó a vecinos y reporteros. Allí, a las afueras del aeropuerto, quedaron su padre, sus hermanos y los cientos de vecinos que vinieron a darle la "bienvenida", pero que ni siquiera pudieron verlo. Llegó como héroe, pero se lo llevaron como fugitivo.
Aunque no trajo la medalla, es un campeón, dice su madre
Jorge Sepúlveda Marín Ť "Aunque no traiga la medalla de oro colgada del cuello, nosotros sabemos que es un campeón, porque así lo ha demostrado en su vida", resume Concepción Rivera, madre del marchista Bernardo Segura, quien al final debió regresar a su casa sin ni siquiera verlo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Una centena de vecinos de San Mateo Atenco, estado de México, quienes arribaron en un camión y en varios vehículos, esperaron más de dos horas. Nunca pudieron ver a Segura, ni siquiera de lejos. Las flores, los carteles del marchista en campaña por la presidencia municipal, de nada sirvieron.
Por allí andaba Ana Lilia Zepeda, la esposa del andarín. Cargaba al pequeño Jefferson Daniel, que estaba desesperado por el calor. "Claro que antes de irse a Sydney y ahora a su regreso queremos y admiramos a Bernardo, porque no necesita de más triunfos. Ya con lo que ha logrado lo hace alguien muy especial y respetable", decía.
Padre del pequeño Jefferson y de Brandon Bernardo, de uno y medio, y de cuatro años, al ex diputado le harán una fiesta en su pueblo el martes a las 11:00 horas, aunque además el propio andarín solicitó a la televisión de San Angel, que le llenaran el estadio Azteca para un homenaje. ƑSerá?
Su padre Angel Segura se quedó con una de las hipótesis manejadas sobre la descalificación de Bernardo en Sydney, y estima que los jueces se equivocaron de número, ya que vieron el 2569 de su hijo y no el 2559 de Noé Hernández, a quien habían amonestado, "por lo que fue muy injusta la decisión tomada contra mi hijo".
Mientras, el Partido de la Revolución Democrática del DF solicitó a Rosario Robles, que se le otorgue al andarín mexiquense el Premio al Mérito Deportivo, además de que conminó a la población del país en general a que enviara cartas de protesta a la dirección www.olympic.org del Comité Olímpico Internacional, para pedir se le entregue al mexicano su presea de oro.