LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Tragedia, optar por comprar el desarrollo


Alertan contra la dependencia científica y tecnológica del país

Ť Destacan indiferencia de empresarios frente a investigadores

Karina Avilés Ť Científicos de la UNAM aseguran que si México no entra al terreno de marcar las pautas de liderazgo en los avances científicos y tecnológicos, incrementará su relación de dependencia que mantiene con los países del Primer Mundo; según estimaciones, menos de 2 por ciento de la tecnología que se aplica en este país se genera aquí.

Fernando Matías Moreno, director del Instituto de Física, advierte que la "tragedia" de una política que opta por comprar el desarrollo, en lugar de generarlo, implica condenar a México "a la peor de las dependencias: la intelectual".

La investigación, añade, "es un instrumento de liberación del pueblo", y en ello radica su importancia y su valor, "si es que queremos adquirir un estatus de igualdad y de identidad al mismo tiempo".

Subraya que no existen las condiciones para hacer "el trasplante" de la investigación que se realiza en las universidades públicas a las privadas, puesto que "básicamente" son las primeras las que producen el conocimiento científico y tecnológico. Y añade: "Disminuir la importancia de la creación del conocimiento es no entender para qué sirve una universidad".

En entrevistas por separado, los directores de los institutos de Física, y de Ciencias Nucleares, de la universidad nacional, Fernando Matías Moreno y Octavio Castaños, respectivamente, realizan un análisis sobre el momento actual que atraviesa la ciencia y la tecnología mexicanas y las causas que la han llevado al retraso.

Contundente, Fernando Matías Moreno afirma: "Para la industria nacional los científicos somos tan importantes como la filosofía. O sea, nos ven no como seres totalmente inútiles, pero sí como muy alejados de las necesidades de la producción".

Considera que la falta de interés del sector productivo a la investigación científica y tecnológica no necesariamente tiene que ver "con el malinchismo", sino con la óptica del empresario, quien ve "más seguro y barato comprar un proceso al otro lado de la frontera, que 'arriesgarse' a darle la oportunidad a un grupo de investigadores mexicanos".

No obstante, para Moreno, la apertura comercial, consecuencia del neoliberalismo, ha abierto una "ventana de oportunidad para la ciencia nacional, porque al abrirse las fronteras se requiere de innovar los procesos industriales". Y señala que "desde el punto de vista utilitario, la creación de conocimiento sirve para ser más competitivo".

De acuerdo con su opinión, el modelo de sustitución de importaciones que predominó durante muchos años en el país, antes del arribo del neoliberalismo, "fue muy nocivo para el desarrollo científico", porque "el industrial tenía el mercado asegurado y podía competir pagando bajos salarios con una tecnología atrasada".

Sin embargo, expresa que "uno de los grandes éxitos de la política educativa" del gobierno emanado de la Revolución es el de haber mantenido un subsidio a la ciencia "más bien pequeño pero sistemático".

Entonces, "tenemos ese 0.3, 0.4 por ciento, como si fuera un designio de los dioses, pero lo que yo veo más preocupante es que lo financiamos con préstamos externos", lo que significa que "no hay una inversión real en el desarrollo científico y tecnológico".

De acuerdo con sus estimaciones, menos de 2 por ciento de la tecnología que se aplica en México es generada en el país. Lo anterior habla de que "tuvimos independencia de palabra, pero no tomamos las acciones para convertirla en una realidad política y económica, y si no tenemos independencia en ese sentido, lo demás será un bonito discurso". De no hacer un esfuerzo por entrar a "los problemas de frontera (es decir, a la investigación que marca las pautas del avance científico), siempre vamos a mantener nuestra relación de dependencia y, peor aún, la vamos a incrementar", sostiene.

Expresa que como científicos "podemos ser muy útiles o podemos ser una carga, dependiendo de cómo se nos quiera juzgar y de cómo se nos quiera usar; somos un cheque en blanco: lo podemos usar, bien para jugar a la lotería o lo podemos invertir".

Se debe impulsar la educación científica desde primaria: Castaños

Octavio Castaños expresa que hay dos causas principales por las que la contribución de México al desarrollo tecnológico es menor. Una tiene que ver con la carencia de un plan nacional y de inversión en ciencia y tecnología, y la otra con la falta de interés, no sólo del sector gubernamental sino del privado.

Varias cuestiones reflejan la ausencia de políticas. Por ejemplo, mientras en México hay nueve investigadores por cada 10 mil habitantes que trabajan, en Francia son 124; en Alemania, 120, y en el Reino Unido, 98, indica.

Por ello, manifiesta que es prioritario fomentar la investigación básica y de frontera en las universidades. En tanto, una orientación "muy útil para el sector privado sería la investigación orientada, la que tiene un fin determinado".

Enfatiza que a una universidad no se le puede pedir la utilidad inmediata del conocimiento que genera como si fuera una empresa. Refiere que en México sólo 16 por ciento de la población en edad universitaria cursa una carrera y, de tal porcentaje, sólo 4 por ciento cursa una carrera científica o de ingeniería, por lo que es necesario hacer una revisión de los planes de estudio desde la primaria, para fomentar la ciencia.