LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť En su seno existe un gran desacuerdo y desacato sobre moral y sexualidad, dice


Católicas por el Derecho a Decidir instan a la Iglesia a cesar la intolerancia y autoritarismo

Carolina Gómez Mena Ť En la Iglesia católica romana existen ''múltiples voces, pensamientos, formas y caminos para vivir la fe y el Evangelio'', por ello Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) exhortó a la jerarquía eclesial mexicana a dejar ''la intolerancia y el autoritarismo'' y tomar la vía del diálogo reflexivo, plural y equitativo en torno al aborto.

En conferencia de prensa ofrecida en las afueras de la Catedral Metropolitana, poco antes de que el cardenal Norberto Rivera oficiara la misa dominical, CDD desestimó que abordar nuevamente el tema de la interrupción del embarazo respondiera a un intento de desafiar a la Iglesia católica o al grupo conservador Pro Vida, organizador de la Marcha por la Vida.

Guadalupe Cruz Cárdenas, coordinadora de proyectos de CDD, señaló que Pro Vida está en su ''legítimo'' derecho de manifestar su postura, y agregó que esta libertad es parte de la convivencia ''en una sociedad que se dice plural, en donde el respeto y la tolerancia son fundamentales''.

Tras exponer que el aborto ''nunca será un medio de planificación familiar'' y que las mujeres que se someten a esta práctica ''no lo hacen con alegría en sus corazones'', Cruz Cárdenas resaltó que una muestra de que en la Iglesia hay muchas ''voces disidentes'' es el ''alto porcentaje de mujeres católicas que están abortando a pesar de la penalización eclesial''.

Dijo que aunque no existen cifras oficiales sobre la frecuencia de este ejercicio, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) una de cada cinco mujeres en edad fértil ha tenido por lo menos un aborto. Así, si 89 por ciento de la población mexicana es católica, es evidente que las católicas se someten a la interrupción del embarazo.

Sostuvieron que dentro de la Iglesia existe un gran "desacuerdo y desacato silencioso", aparentemente mayoritario, en materia de moral, sexualidad y reproducción. ''Existen laicos (as), religiosos(as) y sacerdotes, que con dificultad se manifiestan públicamente por temor a las represalias''.

A CDD no le amedrentan las declaraciones de los jerarcas católicos ni consideran ser acreedoras de alguna sanción eclesial, ya que ''no basta que una doctrina sea promulgada sino reconocida y vivida por los fieles, pues en última instancia quien conduce la Iglesia es el espíritu de Dios'' y no la clase religiosa dirigente, dijeron.

Luego de indicar que la solución para prevenir y reducir el elevado porcentaje de abortos no corresponde a la Iglesia sino al Estado, que no ha sabido instaurar políticas reproductivas eficaces, plantearon que la fe católica ha contribuido a empeorar la situación porque insiste en simplificar la salud reproductiva y sexual al reducirla a un ejercicio moral que niega independencia y sólo la concibe como instrumento de procreación.

Al término de la conferencia, integrantes de CDD ingresaron a la Catedral Metropolitana y depositaron en el Altar de los Reyes una ofrenda de flores de diversos colores, tamaños y aromas, acto simbólico que tuvo como finalidad exponer que en la Iglesia existen diversos puntos de vista y formas de vivir la religión.