LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Obsesión del Kremlin por terminar con las críticas
Termina en escándalo político la persecución a Media-Most
Ť El magnate Gusinski no está en Rusia y difícilmente irá a declarar
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 24 de septiembre Ť El conflicto entre el Kremlin y el grupo de prensa Media-Most, cada vez más subido de tono, puede tener cualquier desenlace, pero ya es claro que el entorno del presidente Vladimir Putin cometió un grave error al ofrecer cesar la persecución judicial del magnate Vladimir Gusinski, a cambio de quedarse con su imperio mediático.
La torpeza de los mediadores de Putin convirtió una disputa de orden económico en escándalo político que resta credibilidad al pretexto de que el consorcio estatal Gazprom sólo pretende recuperar los 410 millones que le debe Media-Most y adquirir el resto de sus acciones por 300 millones adicionales.
La presión ejercida sobre Gusinski por el ministro de Información y Prensa, Mijail Lesin, en las negociaciones que culminaron con la firma de un acuerdo para vender Media-Most a Gazprom, que ahora desconoce el magnate, revela la obsesión del Kremlin por acabar con las críticas en los medios privados.
Toda vez que se vino abajo el "acuerdo", Lesin trató de fingir demencia y reconoció públicamente que se equivocó al suscribir el cuestionado Anexo No. 6, donde se especifican las garantías políticas a Gusinski, pero dijo haberlo hecho a título personal y sin mala intención.
Desde Londres, Igor Malaschenko, vicepresidente de Media-Most, calificó a Lesin de "vil mentiroso" y lo llamó "miembro de una banda de extorsionadores", revelando que el ministro llegó a pedir, esta vez quizá sí a "título personal", una comisión de 5 por ciento -tan sólo 15 millones de dólares- sobre la suma que daría Gazprom por las acciones del consorcio de medios.
Putin no ha querido hacer declaración alguna al respecto y se limitó, en un claro intento de distanciarse de los métodos empleados para someter a Media-Most, a encomendar al primer ministro, Mijail Kasianov, "averiguar qué papel desempeñó Lesin en las negociaciones". Kasianov prometió hacerlo el lunes próximo.
Suponer que ni el presidente ni el jefe de gobierno estaban al tanto de la delicada misión de su subordinado, por no decir que éste simplemente cumplió instrucciones superiores como el propio Lesin dio a entender en una reciente entrevista a un diario, sería preocupante. Pero más lo sería mantenerlo en el cargo, como si nada hubiera pasado.
Mientras decide Putin si convierte o no a Lesin en chivo expiatorio, la Procuraduría General de Rusia, una vez más, volvió a mostrar marcado interés en los negocios del grupo de prensa y abrió este viernes una averiguación previa contra Media-Most.
De nueva cuenta, a la caza de cualquier delito que permita fincar responsabilidades, funcionarios de la procuraduría y los servicios secretos requisaron documentos en las oficinas del consorcio de medios y se citó a declarar a Gusinski, por ahora como testigo.
El esquema de junio pasado, cuando el magnate fue encarcelado durante varios días bajo acusaciones de estafa, luego retiradas, se repite sin imaginación. Esta vez, Gusinski se encuentra en el extranjero y difícilmente se presentará a declarar, pero de hecho se le está negando la posibilidad de ingresar a territorio ruso.
Por su parte, la Corte de Arbitraje de Moscú satisfizo con sorprendente celeridad la solicitud de Gazprom de congelar los activos de Media-Most, como medida precautoria hasta que resuelvan sus diferencias.