LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Conflicto diplomático entre Roma y Praga
Impiden checos el ingreso de italianos opositores al FMI
Ť Sin violencia, cientos de jóvenes defendieron a sus compañeros
Jesús Ramírez Cuevas, enviado, Praga, 24 de septiembre Ť El tren zapatista que salió este sábado de Italia llegó la madrugada de hoy a esta ciudad después de una intensa jornada de más 30 horas.
Esta mañana en la frontera checo-alemana se vivió un adelanto de lo que pueden ser las protestas contra el FMI el próximo martes 26: resistencia pacífica contra la policía checa, barricadas, detenciones, activistas deportados y el bloqueo de la circulación de trenes en este sitio como protesta por la violación al derecho de libre circulación en Europa.
Cerca de mil activistas italianos que dieron vida a este tren desafiaron al gobierno de Vaclav Havel, y le causaron un conflicto diplomático con el gobierno italiano, que presentó una protesta formal por la prohibición checa de que entraran a su territorio ciudadanos italianos.
La policía de esta nación --que solicita su ingreso a la Unión Europea-- elaboró una lista negra con la colaboración de los servicios de inteligencia internacionales. Se trata de 500 personas que el gobierno checo declaró non gratas y a las que se ha impedido el ingreso al país.
Ramón Mantovani, diputado del Partido Refundación Comunista, dijo a La Jornada que las autoridades checas informaron sobre la existencia de esa lista, que ha sido aplicada a 200 activistas que participaron en las protestas de Seattle y en la preparación de las que se harán en esta ciudad.
Mantovani, que participó en las negociaciones con el gobierno checo para que se permitiera el ingreso del tren a Praga, señaló que ''esta lista es uno de los más grandes errores del gobierno de Havel, porque se prohibe la participación de ciudadanos europeos en una reunión pública. Queda claro que con la globalización todo puede circular libremente menos las personas''.
Para el parlamentario italiano ''el gobierno checo se ha empeñado en convertir en delincuentes a miles de manifestantes que protestarán contra el FMI y que ahora también se manifestarán contra él''.
Mantovani señaló que la lista ''demuestra la intervención de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Si la República Checa ha pasado de una soberanía limitada por la URSS ahora se demuestra que hay un gobierno limitado por Estados Unidos. Eso es gravísimo''.
La detención y posterior deportación de 17 italianos generó un conflicto diplomático de Roma con Praga. Salvatore Pugcio, primer consejero de la embajada italiana en la República Checa, intervino para pedir al gobierno de este país que se levantara el veto a cuatro activistas non gratos que viajaban en el tren. El diplomático y el diputado del PRC se trasladaron al pueblo de Horni Dvoriste, donde el tren quedó varado por más de 15 horas.
Un viaje por la esperanza
El tren de 12 vagones que partió de territorio italiano la mañana del sábado fue recogiendo a cientos de jóvenes y activistas en Nápoles, Roma, Florencia, Padua y Venecia. Después de cruzar tres países llegaron a territorio checo.
En el pueblo fronterizo mencionado la policía detuvo el tren y comenzó la identificación de los pasajeros. Al darse cuenta los pasajeros que los policías habían comenzado a detener a varios de ellos, los encararon y les reclamaron su proceder. Para entonces, 17 italianos ya estaban detenidos en vehículos policiacos (11 por no tener sus papeles en regla y seis por aparecer en la conocida lista). Todos fueron expulsados.
Con disciplina admirable, los cientos de jóvenes descendieron del tren a pesar de las órdenes en contrario de la policía, empezaron a forcejear, y mediante técnicas de desobediencia civil no violenta impidieron que detuvieran a cuatro personas más. ''Estamos en la Europa libre, sin fronteras'', espetó un joven romano. ''ƑEs esta la democracia que defienden?'', dijo una chica de Milán.
El jefe de la policía checa informó al consejero de la alcaldía de Venecia que si no entregaban a cuatro activistas que tenían en su lista el tren no podría continuar rumbo a Praga. En asamblea, los viajeros tomaron la decisión de no entregar a sus cuatro compañeros y permanecer en resistencia.
Por varias horas el forcejeo y la discusión con la policía continuó hasta que los representantes de los activistas italianos se comunicaron con su embajador en Praga. Ahí comenzó una larga negociación de todo el día.
Una jornada de lucha
El tren permaneció rodeado por los agentes pero la situación entró en un largo impasse. Los jóvenes se instalaron en los andenes a tomar el sol, a comer, a cantar y gritar consignas. Un grupo de músicos recorría el anden poniendo un ambiente festivo a la protesta. Los trenes se vistieron con lemas, pancartas y banderas. ''Globalicemos los derechos'', rezaba una manta.
Hacia el mediodía se instaló una asamblea sobre las vías del tren para discutir las gestiones de la embajada italiana con el gobierno checo, y decidieron esperar una respuesta. Poco después se organizó una misa en memoria de las víctimas de la globalización encabezada por el cura Don Vitaliano quien, desobedeciendo al Vaticano, participará en las protestas en Praga.
Horas más tarde arribó el segundo jefe de la policía checa a bordo de un helicóptero, y comenzó una interminable negociación con el funcionario de la embajada italiana y el diputado del PRC que llegaron de Praga.
Los activistas italianos hicieron una propuesta intermedia para buscar una salida a la complicada situación. Sus cuatro compañeros ''vetados'' por el gobierno viajarían a Praga en un auto diplomático, y permanecerían en la embajada hasta que sus compañeros regresaran a Italia. El jefe policíaco que inicialmente se negó a aceptar esta propuesta, prometió una respuesta.
En la espera, Mantovani informó a la asamblea reunida sobre las protestas que ya se estaban produciendo en Praga, Roma, Milán y Boloña. El funcionario de la embajada declaró que el gobierno italiano asumía como propia la propuesta de los activistas.
Horas después, los cuatro activistas que no podían entrar a la República Checa propusieron al resto continuar su viaje rumbo a Praga, mientras ellos permanecerían en la estación con el enviado de la embajada.