LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Presentará al próximo gobierno sugerencias de reformas legislativas


Proyecto del Cisen para hacer eficaz y transparente su funcionamiento

Ť Buscaría incluir propuestas de financiamiento para crear la escuela nacional de inteligencia

Alonso Urrutia Ť En vísperas del cambio de gobierno, desde el Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen) se prevé presentar un proyecto a la próxima administración que podría incluir, además de la agenda inmediata de seguridad nacional, sugerencias de reformas legislativas que permitieran adecuar el marco jurídico para hacerlo ''más eficaz'' y ''mas transparente''su funcionamiento como un organismo de Estado.

La propuesta buscaría incluir propuestas de financiamiento para la construcción de lo que sería la escuela nacional de inteligencia, la primera en su género a pesar de que la historia reciente de los servicios de inteligencia nacional datan de 1919, fecha en que se fundó la denominada Sección Primera de la Secretaría de Gobernación, encargada de labores de inteligencia.

Bajo la estructura actual, según se indica en la página web del Cisen, se tiende a una creciente profesionalización. Dicha página incluye un capítulo de oferta de empleo, en donde se puede leer, como parte de los requisitos para ingresar, que se deberá tener dominio -aparte del español- ''de un idioma extranjero o un dialecto indígena''.

Futuro incierto

Aun cuando el futuro del Cisen es incierto, particularmente tras las publicaciones donde se daba cuenta de un presunto espionaje telefónico en contra del presidente electo, Vicente Fox, la propuesta de quienes hoy dirigen el centro es que se impulse un nuevo marco jurídico que involucre en mayor medida a los poderes Legislativo y Judicial en su funcionamiento.

Sólo con una ley ''moderna'' se podría definir con mayor precisión cuál sería el papel de los servicios de inteligencia en el futuro y particularmente en el cumplimiento de la agenda de seguridad nacional. En ella se definirían los niveles de colaboración entre los tres poderes federales que pudieran darle una mayor claridad jurídica.

La propuesta pretendería que el Poder Legislativo pudiera cooperar en la definición de objetivos en materia de seguridad nacional y estuviera al tanto de los lineamientos generales del Cisen. Asimismo, se buscaría consolidar una mayor coordinación con numerosas dependencias federales y estatales.

Además, el Poder Judicial podría participar para avalar acciones cuando se requiriera captar información por algunos medios no convencionales, como ya opera en el caso del combate al crimen organizado. En la legislación respectiva se establece que el Poder Judicial pudiera dar el sustento legal para la intervención telefónica, cuando se trate de combatir a bandas del crimen organizado.

De aprobarse la legislación en la materia, representaría una transformación en los servicios de inteligencia mexicanos a 82 años de historia moderna. Tras su fundación en 1918, como Sección Primera de la Secretaría de Gobernación, pasó a ser Departamento Confidencial, en 1929. Nueve años más tarde, en 1938, se convirtió en Oficina de Información Política.

Para 1942, se amplió su alcance al convertirse en Departamento de Investigación Política y Social; en 1947, se creó la Dirección Federal de Seguridad y por primera vez dependió de la Presidencia de la República. En 1967, se creó la Dirección General de Investigación Política y Social de Gobernación; 18 años después, en 1985, se transformó en Dirección General de Investigaciones en Seguridad Nacional, y en 1989 se creó el actual Cisen.

Bajo la legislación actual, el centro es un órgano desconcentrado, con autonomía técnica y operativa, adscrito a Gobernación. Cuenta con cinco direcciones: de Investigación, de Análisis, de Contrainteligencia, de Servicios Técnicos y una más de Servicios Administrativos.

La primera de ellas capta la información a nivel nacional y funge como enlace con los gobiernos estatales. Cuenta con 32 delegaciones y 85 subdelegaciones. La Dirección de Análisis es responsable propiamente de ''producir la inteligencia'' sobre los temas de la seguridad nacional.

La Dirección de Contrainteligencia se ocupa de desarrollar acciones para proteger la información valiosa del Estado mexicano. La Dirección de Servicios Técnicos absorbe el apoyo logístico -en comunicaciones e informática- y del desarrollo tecnológico en la materia para el país.