DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Concierto del salsero Issac Delgado y del sonero Adalberto Alvarez


Dos derroteros de la música bailable cubana

Ernesto Márquez Ť El Chévere de la Salsa, Issac Delgado, y El Caballero del Son, Adalberto Alvárez, dejaron testimonio en el Salón 21 del curso que ha tomado la música bailable en Cuba.

La velada, eminentemente rumbera, comenzó con el Grupo Caliente, una de las bandas locales más ponchadoras y propositivas del ámbito musical salsoso. Tras su elogiosa actuación, en la que brindaron al público gozón parte de sus éxitos compilados en 10 canciones para 10 años (disco producido por Radio Bemba), arrancó Issac Delgado acompañado por una correctísima orquesta de 15 jóvenes músicos con gran experiencia instrumental.

Con pleno dominio de la escena, el chico de Buenavista se mostró imponente en la tarima, desbordando al límite con poses cambiantes que iban del cantante persuasivo al inteligente sugeridor del ritmo y la arrechuría. Durante casi dos horas el hijo de Lina repasó lo mejor de su repertorio (La Sandunguita, El punto cubano, Deja que Roberto te toque, El tumbao...) y mostró esa calidad vocal que tanto se le elogia y que ha sido educada en la escuela de la canción y la salsa brava.

Issacsito, como aún le llama Lina, llegó como siempre, chingonérrimo, elegantemente vestido y con gran disposición para armarla en grande. El mulato fino de voz de melao recordó sus tiempos como solista de NG La Banda (Necesito una amiga), hizo guiño con la canción italiana, coqueteó con el jazz, ofreció un vacilón en chachachá, elevó el son a alturas de gozo vehemente y evocó a la reina Celia Cruz con La vida es un carnaval, tema primero con el que abrió pista y permitió los visos de una sonoridad contemporánea que concilia los ecos del Caribe con las formas adelantadas del pop, rock, jazz y bossanova.

Muchos fueron los temas solicitados que el chévere de la salsa no pudo complacer y es que este maestrazo cuenta con canciones magnificas, como Dos mujeres (que no cantó), o ese bolerazo, Si la vuelvo a encontrar (que si cantó), que motivan a gritar como pendejito. Issac lo había dejado claro desde un principio: ''No vengo a cantar todas mis canciones sino las que se ajusten al propósito de pasar una noche chévere".

Y chévere lo fue desde el principio hasta el final, cuando interpretó el Popurrí para el sonero de su disco El año que viene (RMM), homenaje de palabra y música al indiscutible Rey (Oscar D') León y a los veteranos conocedores de las raíces que han sido redescubiertas ahora.

Sí, yo siempre he sido son

Ya entrada la madrugada y con los ánimos caldeados apareció en escena Adalberto Alvarez y su Son. El veterano sonero llegó con un atraso de 11 años y un trabuco de 12 músicos. La mayoría de ellos debutantes pero igual de valiosos que los que les precedieron

Si Issac Delgado posee una de las mejores voces de la salsa cubana, Adalberto Alvarez es el heredero natural de la cauda sonera y esto lo demostró con temas por demás enérgicos, plenos de sabrosuras y mesurados arreglos que permiten el lucimiento instrumental y resaltan la voz de Aramís Galindo, un negro regordete que nunca guarda reposo y cuyos tonos altísimos y abemolados son el sello de identidad del grupo.

Adalberto Alvarez goza de evidente cariño entre el público mexicano que lo conoce desde hace años y de una u otra manera respeta lo que hace, es quizá por ese respeto que se le perdonan algunos detallitos, como el de haber dejado el piano para tocar... šel güiro!, y hacer coros, o el hecho de que traiga tan sólo un cantante (Aramís) y no tres, como acostumbraba en sus otras formaciones.