DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Preso por robo a mano armada, perdió una pierna tras una riña en la cárcel
Ya pagué de más mi error, clama Víctor Jesús
Ť Pide le sea conmutado el resto de su condena: poco más de 2 años, por una sanción económica
Angel Bolaños Sánchez Ť A Víctor Jesús Arias Callejas la cárcel no sólo le ha hecho pagar, privado de su libertad durante más de tres años, el delito que cometió a los 18 cuando lo detuvieron asaltando a mano a armada a una mujer a la que despojó de 2 mil pesos: también le arrancó una pierna.
El 24 de diciembre del año pasado, dio la cara por su primo y se enfrentó con otro interno; "le gané", pero al siguiente día lo fueron a buscar y entre varios lo golpearon y lo enfierraron: recibió un navajazo en el antebrazo, otro en el pecho, dos en la cabeza y cinco en la pierna derecha.
Esa tarde de Navidad, no hubo cerca un custodio que lo protegiera y perdió mucha sangre. Se salvó, pero no así su pierna: infectada de gangrena, se la amputaron ocho días después en el hospital de La Villa.
Con la ayuda de su madre, María de Lourdes, Víctor obtuvo el beneficio de la libertad anticipada a poco menos de 8 meses de compurgar en el Reclusorio Oriente la pena de 4 años, un mes y 15 días que le dictó un juez por el delito de robo calificado, pero le quedan otros 2 años y 6 meses de prisión que le impuso un juez federal por portación de arma de fuego.
Su condición de discapacidad lo pone en una situación de desventaja para sobrevivir en el penal, asegura su madre, quien pide a la Secretaría de Gobernación la conmutación de la pena por una sanción económica, en función de su historial de buena conducta, estudios y trabajo realizados durante su internamiento.
"Era bien malo", admite Víctor. Y advierte incluso que de no haber sido detenido hace tres años seguramente hoy seguiría en lo mismo, "porque iba por muy mal camino", pero su "error" ya le hizo pagar de más: "no era para tanto". Ahora sólo espera que le sea concedida la conmutación de su pena para poder salir, trabajar y formar una familia, para lo cual espera que la falta de una pierna no sea un impedimento.
Desde el Centro de Observación y Clasificación donde se encuentra, convaleciente de una nueva operación, en la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, al detectarse que le estaba creciendo el hueso, Víctor asegura que antes no fue así, incluso era buen estudiante, lo que su madre, María de Lourdes, confirma con un ligero movimiento de cabeza.
Pero sólo llegó a segundo de secundaria. "Conocí a unos amigos y ahí empecé": de una tienda Gigante sacó algunas lociones y las vendió: "vi dinero y me gustó". Robaba a transeúntes y tres días antes de que lo detuvieran había comprado una pistola escuadra, marca Star, calibre 9 milímetros, a un amigo y con ella siguió robando, aunque asegura que la usaba descargada.
En el reclusorio, al cual llegó cuando tenía 18 años, hace tres, encontró a uno de sus primos, preso también por robo, por lo que no le fue difícil su ingreso al penal, pero sí llegó a deprimirse y a consumir mariguana. Una vez que se metió al equipo de futbol y practicó atletismo, se aficionó al deporte y se olvidó de la droga e incluso del tabaco. Tiene 32 reconocimientos de participación en competencias, entre éstas de boxeo, que apenas comenzaba a practicar.
María de Lourdes recuerda que días después de su operación, Víctor le dijo: "Ay mamá, Ƒqué cree que soñé? Que estaba jugando futbol", y llora por la suerte de su hijo. Ella, con ayuda de la Procuraduría Social del Gobierno del DF, convenció a Víctor para que siguiera estudiando y trabajara, a fin de buscarle el beneficio de la libertad anticipada ante las autoridades de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, misma que le fue concedida el pasado 15 de agosto.
Ahora, con los documentos que acreditan haber cumplido los requisitos para el beneficio ante las autoridades locales, más el certificado médico donde se establece que la amputación lo incapacita para un óptimo desarrollo en el penal, acudirá ante las autoridades federales para pedir le conmuten la pena privativa por una sanción económica.