DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Angeles González Gamio Ť
Sueño real
Afortunadamente en la vida hay sueños que sí se realizan, sobre todo cuando hay talento, paciencia y perseverancia. Un buen ejemplo es el que tuvieron cinco mujeres destacadas, amantes y comprometidas con el arte popular de nuestro país. Ellas son: María Teresa Pomar, María Esther Echeverría, Sol Rubín de la Borbolla, Laura Oseguera y Cristina Payán, esta última aunque ya no vive, dejó su espíritu representado en su compañero de vida, Carlos Payán. Sentadas frente a sendos caballitos de tequila, lo que las bautizó como "las tequileras", soñaron un Museo Nacional de Arte Popular Mexicano (MNAPM). Todas ellas emprendedoras y "luchonas", pusieron manos a la obra y lograron que el Gobierno de la ciudad les donara el edificio art decó, que había sido sede de la estación de Bomberos y después de la Secretaría de Marina, ubicado en la calle de Revillagigedo 11. También obtuvieron el antiguo templo de Corpus Christi, hermosa construcción barroca que alojó al Museo de Arte e Industrias Populares del INI, clausurado a raíz del temblor de 1985, situado en la avenida Juárez.
El siguiente paso fue constituirse, junto con otros adeptos a ese arte maravilloso, en una Sociedad Civil, denominada Populart. Este grupo obtuvo el apoyo de Conaculta, a través de la Dirección de Culturas Populares, que dirige José Iturriaga de la Fuente; de Servimet, por parte del Gobierno capitalino, representado por Alfonso Vaca Morales, y propició la constitución de una Asociación de Amigos del Museo, que preside María Thérese Arango.
Actualmente se avanza en la remodelación del antiguo edificio de la Secretaría de Marina, que se espera esté concluida el próximo año, y se continuará con el bello templo de Corpus Christi. A pesar del apoyo económico que las entidades gubernamentales han brindado al proyecto, se requieren más recursos, para lograr tener un museo que muestre dignamente el arte más mexicano, heredero directo del arte prehispánico, en donde más que en ningún otro se muestra el alma de nuestro país, rico en manifestaciones culturales, que encuentran su máxima expresión en el arte popular.
Para ello la Sociedad de Amigos ha emprendido una campaña de recaudación, con el apoyo de la cadena Walmart, en la cual, de aquí al mes de diciembre, tendrán en las tiendas y restaurantes unas alcancías, para que todos podamos poner nuestro granito de arena, o sea un billetito. Asimismo, en fecha próxima se llevará a cabo una subasta con piezas magníficas -desde luego de arte popular- y se reciben donaciones. Ya varios particulares han mostrado su generosidad donando objetos y colecciones de gran calidad, que van a enriquecer el acervo del museo, que está integrado por las colecciones de INI, INBA, INAH, DGCP, museos estatales, casas de artesanías, aportaciones personales de los mejores artesanos y las adquisiciones que vaya haciendo el propio museo.
La importancia del MNAPM es enorme; para mencionar sólo algunos de sus objetivos: fomentar la conciencia nacional acerca de la pluralidad cultural del país; resguardar y exhibir las más notables piezas del arte popular, como reflejo de la identidad nacional; hacer del dominio público un patrimonio que la nación requiere rescatar, preservar, mantener vivo y promover; formar especialistas en arte popular. Todo esto es fundamental frente a la feroz globalización cultural.
El museo va a tener exposiciones permanentes y temporales. El contenido suena suculento: en sus distintas salas va a mostrar el arte popular relacionado con la vida cotidiana, lo sagrado y lo fantástico. Una sala introductoria nos va a mostrar que el arte popular es parte integral de la cultura y es dinámico, y la que cierra se titula "Esplendores y nuevos caminos del arte popular". En ellas veremos las mejores muestras de hilados y tejidos, bordados, papel picado, talabartería, alfarería, orfebrería, madera, cartonería, cestería, juguetería, pirotecnia, pintura, figuras de azúcar, laca, vidrio, hierro forjado, hojalata y cuanto se pueda imaginar elaborado por las manos extraordinarias de los artesanos mexicanos, que inspiraron la frase de Carlos Fuentes: "Arte del pueblo,manos de Dios".
Para colmo de bienes, va a tener tienda, ludoteca, librería, una fonda mexicana, centro de documentación y de investigación, auditorio, talleres de restauración y talleres para artesanos, ya que primordialmente se busca que sientan al museo como su casa y que sea un vínculo entre ellos y la sociedad, por lo que parte importante de las actividades serán los encuentros de artesanos, que compartan experiencias, que conozcan las alternativas de crédito y de comercialización, que impartan cursos y den demostraciones. ƑSe imaginan a una ceramista de Atzompa, Oaxaca, elaborando frente a nuestros ojos una de sus olas prodigiosas, cubierta de seres fantásticos, formados como por arte de magia con sus hábiles manitas morenas, que convierten el barro en arte?
Colaboremos todos para que este sueño de Las tequileras, que ya es el de muchos, se haga pronto realidad. En tanto abren su fonda, vayamos a la de Santa Rita, decorada "tipo mexicano" en brillantes azules añil y amarillos, situada muy cerca del museo, en la calle de Independencia 10, para saborear un buen pozole, unos enormes sopes, o unas ricas tostadas de pata, acompañadas de fresca agua de horchata.