DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť Florida, estado clave en la contienda electoral por la presidencia
Ť Lieberman, gran amigo de cubanoestadunidenses conservadores
Ť Bush parecía tener el estado garantizado, pero ahora hay dudas
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 23 de septiembre Ť No debería de ser así: el candidato republicano a la presidencia, George W. Bush, debería estar ganando en Florida, porque su hermano es el gobernador y el estado ha votado confiablemente para los republicanos durante los últimos 20 años. Además, el influyente sector cubanoestadunidense ha votado tradicionalmente, y de manera abruma- dora, en favor de los republicanos.
Pero en las últimas semanas las encuestas de opinión muestran que Florida, la cuarta entidad más grande del país, se ha convertido en un campo de batalla electoral clave en la contienda para la presidencia. Bush visitó el estado este fin de semana, su tercera visita en este mes. Asimismo la campaña del republicano ha gastado más de 2 millones de dólares en publicidad en Florida, sólo en la última semana.
A sólo seis semanas de las elecciones presidenciales, Bush está enfrentando dificultades aun en este estado, que era considerado, junto con Texas, donde es gobernador, como las dos entidades donde tenía asegurado el triunfo. "Es un estado indispensable para ganar", reconoció esta semana Tom Cole, director ejecutivo del Comité Nacional del Partido Republicano, al diario The Wall Street Journal.
Así, el candidato demócrata a la presidencia, Al Gore, está logrando avanzar en Florida en parte gracias al factor demográfico. Casi 20 por ciento de la población estatal es mayor de 65 años de edad (por ser el sitio preferido de retiro para los jubilados del país), y Gore ha logrado atraer apoyo de ese segmento poblacional con sus propuestas de incrementar los servicios de salud y de apoyos financieros para los pensionados y ancianos. Para tratar de consolidar aún más este giro en el apoyo que goza en Florida, Gore realizará su cuarta visita al estado en este mes.
Pero hay otra razón aún más importante para explicar esta tendencia del voto, según demócratas de Florida: el "factor Lieberman". El candidato demócrata a la vicepresidencia estadunidense, Joseph Lieber- man, el ex senador que ahora es el compañero de formula de Gore, tiene posiciones políticas conservadoras que son atractivas para el amplio segmento de jubilados de oposición en este estado, y la fe religiosa del candidato también atrae a otro sector influyente en el sur de este estado: la comunidad judía en Florida.
Lieberman, además, ha sido aliado desde hace tiempo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y su base conservadora entre la influyente comunidad anticastrista en el sur del estado. "Tenemos a unos seis demócratas en el Senado que están sólidamente de nuestro lado, sin dudas, y él es uno de ellos", comentó José Cárdenas, director de la oficina en Washington de la FNCA. En declaraciones a la revista The New Republic, Cárdenas señaló que la fundación de cubanos asilados ha tenido varias conversaciones con Lieberman desde que fue nombrado candidato a la vicepresidencia del Partido Demócrata.
La fundación tiene buenas razones para apoyar a Lieberman. El político de Connecticut ganó su elección al Senado a fines de los años 80, en parte, por acusar a su contrincante de ser "débil" en su posición contra el régimen de Fidel Castro en Cuba. Después de esa elección, Lieberman desarrolló una buena relación personal con la FNCA y su fundador. "Jorge Mas Canosa y yo, de verdad, nos llevamos bien", dijo Lieberman en una entrevista con un periódico de su estado. Como senador, Lieberman fue firme promotor de la legislación para fortalecer el embargo contra Cuba y el Acta Helms-Burton de 1996. New Republic informa también que Lieberman públicamente criticó a Nelson Mandela por su amistad con Fidel Castro, y también fustigó a Vaclav Havel por autorizar que la embajada checa ofrezca su sede para la Sección de Intereses de Cuba aquí.
Políticos demócratas en Florida también señalan que, en contraste con las posiciones anticastristas adoptadas por Lieberman, su contrincante, el candidato republicano a la vicepresidencia, ha sido durante varios años un opositor al embargo. Dick Cheney, compañero de formula de Bush, se opuso al bloqueo de Cuba cuando era legislador y después, como presidente de una empresa internacional, repitió varias veces su rechazo del embargo.
De hecho, cuando Cheney fue nombrado como candidato vicepresidencial, la FNCA se quejó con la campaña republicana y pidió que no deberían permitir que Cheney tocara el tema de Cuba ya que sus posiciones son diferentes a las de Bush, un firme defensor del bloqueo económico. La campaña del texano aceptó y, desde entonces, Cheney ha evitado el tema.
Es poco probable, sobre todo tras el asunto de Elián González, que los cubanoestadunidenses conservadores en Miami den su voto a los demócratas. Pero la FNCA, que usualmente respalda a los candidatos republicanos, hasta el momento no ha ofrecido su apoyo oficial para Bush.
Los estrategas demócratas, por su parte, dicen que no esperan ganar una mayoría del voto anticastrista, pero su objetivo es aumentar su votación en ese sector para así debilitar la base de Bush. Si logran eso, y Gore continúa gozando del apoyo de los jubilados y de la comunidad negra en Florida, los demócratas tienen la posibilidad de ganar el estado. En un discurso esta semana en Fort Lauderdale, sur de Florida, Lieberman declaró que "si ganamos el estado de Florida no hay manera de que podamos perder esta elección" a nivel nacional.