DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2000

 

Ť José Antonio Rojas Nieto Ť

El gas natural

En nuestro país se producen y comercializan dos tipos de gas; el que coloquialmente lamamos así -gas- y que corresponde al licuado del petróleo (lp), mezcla de propano y butano que se obtiene de la refinación del crudo y de casi toda su producción se utiliza para la cocción de alimentos, el calentamiento de agua y la calefacción de los hogares. En el Valle de México este gas lp se vende a cinco pesos por kilo (con IVA), es decir, 2.70 el litro; y el precio externo de referencia es de 1.70 pesos por litro, por lo que prácticamente 40 por ciento lo constituyen impuestos. Por los altos volúmenes de crudo que se exportan y las insuficiencias de las refinerías tenemos que importar casi la tercera parte del consumo, más de 100 mil barriles al día, sobre todo en invierno.

El otro gas el natural -metano- se extrae en 80 por ciento de su asociación con el petróleo en los yacimientos marinos y del sur; y debe quitársele el azufre (lo amargo) y los líquidos como gasolinas y gas lp (lo húmedo) para enviarlo a gasoducto; el restante 20 por ciento viene de los yacimientos de la cuenca de Burgos en el norte, y se envía directamente al gasoducto. Hoy su precio en el Valle de México es de casi 1.80 pesos por metro cúbico, incluyendo IVA. Por los poderes caloríficos se tiene que un kilo de gas licuado del petróleo de los tanques domésticos equivale a poco más de un metro cúbico (1.3) del gas natural de los gasoductos. Así, unidades como la Independencia o el Rosario en el Distrito Federal o prácticamente todas las viviendas de Monterrey o Saltillo, tienen gas natural a menor precio. Sin embargo, en estos momentos el gas natural ha subido exorbitantemente: de menos de un peso por metro cúbico el año pasado subió a casi dos este año. ƑPor qué? Por el esquema de precios que se aplica, en el que el precio interno se define por el precio del sur de Texas; y como desde hace casi tres o cuatro meses los precios del gas natural se han disparado en Estados Unidos, también se han disparado en México.

Y se han disparado por tres razones: 1) por la demanda, fortalecida en estos momentos por el dinamismo de la economía estadunidense; 2) por la elevación del precio del crudo, fortaleciendo su demanda e incrementando su precio; 3)de manera particular por un accidentes ocurrido a mediados de agosto en un gasoducto que transporta gas natural de Texas a California (Gasoducto Alliance de la compañía El Paso Natural Gas Pipeline).

Por eso el gas natural se cotiza a poco más de cinco dólares por pie cúbicos en Texas, lo que equivale a un precio de casi dos pesos por metro cúbico para, por ejemplo, los jubilados que habitan en la Unidad Independencia del IMSS en San Jerónimo Lídice, quienes se encuentran indignados por la aplicación de un esquema de precios ajeno a nuestra realidad que les elevó su factura en casi 300 por ciento en poco más de un año. Pero también se encuentran indignadas compañías cuyo proceso productivo depende del gas natural como la siderúrgicas, las cementeras, las del vidrio, las petroquímicas y las eléctricas. Y todo por lo que sucede con los vecinos del norte; sus necesidades, sus reglamentos, sus accidentes.

Urge una política de precios para evitar que los vaivenes ajenos a nuestra realidad económica y social se reflejen drásticamente en los consumidores. Se cuenta con un costo de producción muy bajo en relación con el de muchos otros productores. Sin embargo, será preciso cuidar que no se llegue a la situación de las épocas del subsidio indiscriminado, en las que buena parte del diferencial entre el bajo costo interno y el precio externo benefició a especuladores, rentistas y ladrones.