VIERNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Hace público informe sobre su intervención en el golpe contra Allende
Las redes de la CIA en Chile
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 21 de septiembre Ť La Agencia Central de Inteligencia (CIA) reconoció esta semana, por primera vez, que apoyó "activamente" a Augusto Pinochet y su régimen militar después del golpe de Estado en Chile, a pesar de tener conocimiento, en los primeros días, de la campaña sistemática de ejecuciones y abusos contra derechos humanos por los cuales se busca enjuiciar actualmente al general.
"La agencia apoyó activamente a la junta militar después del derrocamiento de Allende", reconoció la CIA esta semana en un documento que resume su papel en Chile y que fue entregado al Congreso de Estados Unidos. "Muchos de los oficiales de Pinochet estaban involucrados en abusos sistemáticos y amplios de los derechos humanos después de sacar a Allende. Algunos de estos eran contactos o agentes de la CIA o de las fuerzas armadas de Estados Unidos".
En el informe Actividades de la CIA en Chile, la agencia secreta reconoce por primera vez en público su continuo programa clandestino contra la ascensión de Salvador Allende al poder, y una vez que no logró este objetivo, sus esfuerzos políticos y militares para derrocarlo.
La CIA niega un papel "directo" en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que dio un fin sangriento al gobierno de Allende, pero reconoce que los oficiales chilenos golpistas tenían entendido que el derrocamiento fue "condonado" por Estados Unidos. La agencia también reconoce haber otorgado un millón de dólares en financiamiento adicional para la propaganda contra Allende en los 20 días anteriores a la deposición de 1973 y admite que por lo menos "un contacto de la CIA" estaba involucrado en el plan.
La Jornada ofrece algunos fragmentos de este informe. El texto íntegro se puede encontrar en el sitio de Internet de la CIA: http://www.cia.gov/cia/publications/pubs.html.
Actividades contra Allende
"En los sesenta y principios de los setenta, como parte de la política del gobierno de EU para intentar influir sobre los eventos en Chile, la CIA llevó a cabo proyectos encubiertos específicos en Chile. El objetivo abrumador -enraizado firmemente en la política de este periodo- fue desacreditar a líderes políticos inclinados al marxismo, especialmente el Dr. Salvador Allende, y para fortalecer y alentar a sus opositores civiles y militares para prevenir que asumieran el poder.
"A pesar de financiamiento mayor (...) para agosto de 1970 estaba claro (...) que Allende y la UP habían conseguido tal apoyo que Allende era claramente el candidato de delantera (en las elecciones presidenciales) (...) El 15 de septiembre (de 1970) el presidente Nixon informó al director (de Inteligencia Central) que un régimen de Allende en Chile no era aceptable para Estados Unidos. Instruyó a la CIA a prevenir que Allende llegara al poder o a derrocarlo y autorizó 10 millones de dólares para este propósito.
"La CIA buscó instigar un golpe para prevenir que Allende tomara el puesto después de que ganó en la elección del 4 de septiembre (....) La CIA estaba trabajando con tres grupos diferentes de conspiradores. Los tres grupos dejaron claro que cualquier golpe tendría que requerir el secuestro del comandante del ejército, René Schneider, quien profundamente sentía que la Constitución obligaba al ejército a permitir que Allende asumiera el poder. La CIA estaba de acuerdo con esta evaluación (de remover a Schneider).
"Aunque la CIA suministró armas a uno de los grupos, no hemos encontrado información que los conspiradores o la intención de la CIA era para matar al general. El contacto con uno de los grupos de conspiradores fue abandonado desde un inicio por sus tendencias extremistas. La CIA otorgó gas lacrimógeno, metralletas y municiones al segundo grupo. El tercer grupo intentó secuestrar a Schneider, hiriéndolo mortalmente en el ataque".
"La CIA previamente había alentado a este grupo a lanzar un golpe pero retiró apoyo cuatro días antes del ataque porque, en la evaluación de la CIA, el grupo no podría realizarlo exitosamente".
(Más adelante en el documento, la Agencia Central de Inteligencia reitera que no apoyó a este grupo de conspiradores, encabezados por el general retirado Roberto Viaux Marambio, que mató a Schneider, pero informa también que la agencia entregó 35 mil dólares en apoyo financiero a uno de estos conspiradores, quien logró escaparse después del fracaso del intento de golpe de Estado).
Actividades durante la presidencia de Allende
(Después del fracaso de los intentos de golpe antes de la inauguración de la presidencia de Allende, el 3 de noviembre de 1970, la CIA cambió su estrategia a una de "apoyo a los partidos de oposición y contra del régimen de Allende").
"La CIA fue instruida a colocar al gobierno de Estados Unidos en una posición para tomar una ventaja en el futuro de una solución política o militar al dilema chileno, dependiendo de cómo se desdoblaban los eventos. La CIA continuó el acopio de inteligencia sobre los oficiales militares chilenos activamente opuestos al gobierno de Allende, pero ningún esfuerzo fue realizado para asistirlos de alguna manera. Algunos recursos (personas que trabajaban o colaboraban con la CIA) y contactos de la CIA estaban en trato directo con conspiradores golpistas.
"Para octubre de 1972 el consenso dentro del gobierno de Estados Unidos era que los militares chilenos tenían la intención de lanzar un golpe en algún momento, que no necesitaba apoyo estadunidense para un golpe exitoso, y que la intervención o asistencia de Estados Unidos en un golpe debería evitarse.
"El 21 de agosto de 1973, el Comité de los 40 (agrupación dentro de la cúpula del gobierno estadunidense que supervisaba las acciones encubiertas) aprobó un presupuesto de un millón de dólares para incrementar el apoyo para los partidos políticos de oposición, y elevar el monto total de financiamiento encubierto durante el periodo de Allende a aproximadamente 6.5 millones de dólares.
"Aunque la CIA no instigó el golpe que terminó con el gobierno de Allende el 11 de septiembre de 1973, sí estaba enterada de la conspiración de golpe por parte de los militares, tuvo relaciones constantes de recolección de inteligencia con algunos de los conspiradores y --porque la CIA no desalentó la toma y había buscado instigar un golpe en 1970-- probablemente pareció haberlo condonado".
Apoyo para Pinochet
(En el informe, la CIA reconoce, tal como indica la cita al comienzo de esta nota, el apoyo estadunidense a la junta militar de Augusto Pinochet, así como también que estaba enterada de las amplias violaciones de los derechos humanos).
"En los días y meses inmediatamente después del golpe de 1973, la CIA otorgó reportajes extensivos sobre lo que el gobierno caracterizó como actividades necesarias para restaurar el orden. Había informes ampliamente variados sobre el número de personas muertas y arrestadas... También había reportajes extensos sobre... ubicaciones de campos de prisión y los nombres de personas específicas detenidas en ellos... esfuerzos de izquierdistas de huir del país o ganar el asilo.
"Después de que llegó Pinochet al poder, altos formuladores de política (de Estados Unidos) parecieron renuentes en criticar las violaciones de los derechos humanos, llamándoles la atención a diplomáticos estadunidenses que instaban por una mayor atención al problema. La asistencia militar y ventas crecieron significativamente durante los años de los abusos de derechos humanos más graves".
"Durante este periodo, la CIA, en coordinación con el Departamento de Estado estadunidense, determinó que no se llevarían a cabo ninguna nueva (intervención) o la expansión de actividades de acción encubiertas... Aunque el gasto para acciones encubiertas fue autorizado para gastos y compromisos previamente obligados... Algunas de estas operaciones de propaganda residuales podrían haber beneficiado a Pinochet y los golpistas de forma indirecta".
Manuel Contreras
"Durante un periodo entre 1974 y 1977, la CIA mantuvo contacto con Manuel Contreras Sepúlveda, quien después fue notorio por su involucramiento en abusos de los derechos humanos. La comunidad de políticas del gobierno de Estados Unidos aprobó el contacto de la CIA con Contreras, dada su posición como jefe de la principal organización de inteligencia en Chile, como necesario para cumplir con la misión de la CIA, a pesar de preocupaciones de que esta relación podría dejar a la CIA abierta ante acusaciones de asistir en la represión política interna.
"Para abril de 1975, reportes de inteligencia mostraban que Contreras era el obstáculo principal a una política razonable de derechos humanos dentro de la junta, pero un comité interagencia (del gobierno estadunidense) dirigió a la CIA a que continuara su relación con Contreras".
(La Agencia Central de Inteligencia hizo un pago en efectivo "único" a Contreras en 1975 y mantuvo su relación con él hasta noviembre de 1977).