VIERNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť El festejo de Segura duró muy poco; es un golpe para todo México: Noé


Platicaba con Zedillo cuando lo descalificaron

Agencias, Sydney, viernes 22 de septiembre Ť Desconociendo la polémica que vendría con su descalificación, Bernardo Segura estaba plenamente convencido de su victoria y se mostraba orgulloso de ser el primer marchista mexicano en ganar las medallas de oro y bronce en dos Juegos Olímpicos diferentes. Una hazaña que compartió con su compañero Noé Hernández, y que dedicó a su familia y a los dirigentes perredistas Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas. Posteriormente se enlazó telefónicamente con el presidente Ernesto Zedillo, quien los felicitó por "ese triunfo tan enorme'', porque "sabemos que son años de preparación, amor al deporte, específicamente en la marcha. Ustedes se han sacrificado mucho y ahora están recibiendo lo que merecen''.

Zedillo y Segura sostenían la charla, y el primer mandatario le dijo que el triunfo "nos llena de orgullo a todos los mexicanos'', porque los dos andarines habían hecho una competencia extraordinaria, donde mostraron "muy claramente el carácter, la decisión y la fuerza de ustedes dos'', porque "sin duda Bernardo, es un ejemplo para los jóvenes de México y es una prueba más que la disciplina, la constancia y el amor al deporte, da resultados y muchos se inspiraran en ustedes para echarle muchas ganas en la vida y tener logros como los que ustedes nos han dado ahora a lo largo de una carrera deportiva'', anotó el Presidente.

El andarín mexiquense aprovechó el momento para agradecerle el apoyo que dio en la preparación de los deportistas, pero Zedillo no lo dejó continuar al decirle que el gobierno únicamente cumplió con su obligación. "Te digo que el mérito de este triunfo es de ustedes, como individuos, como deportistas, como personas que se han preparado con una gran disciplina. Nosotros cumplimos con nuestra obligación porque hemos interpretado el deseo de la gente apoyando al deporte, pero los resultados son de ustedes y de sus familias''.

Apenas terminaba la conversación con Zedillo cuando un juez portando la paleta roja se le acercó al andarín para decirle que estaba descalificado. "šQué! respondió impávido Segura, quien no pudo ni terminar la entrevista con Televisión Azteca y se dirigió a la zona de atletas, con el llanto en los ojos y manoteando las manos.

Noé Hernández se quedó mudo de la impresión de ver como su compañero estaba siendo "injustamente'' descalificado. "No entiendo lo que pasó. Hicimos un buen trabajo de equipo, seguimos adelante y gracias a Dios llegamos a la meta. Esto es un gran golpe no sólo para Bernardo sino para todo México'', señaló el mexiquense, quien se mostró orgulloso de la medalla que había dado al país, en lo que fue su debut en unos juegos veraniegos.

Empero, el que estaba feliz y contenía las lágrimas fue el entrenador de Noé, el ex campeón mundial de 50 kilómetros, Pedro Aroche, quien al igual que el técnico de Segura, Adrián Navarro, no pudieron atestiguar la llegada de sus pupilos dentro del estadio, porque no tenían gafete oficial.