JUEVES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Registrar hechos

tremendos

Ť Javier Molina Ť

En julio de 1985, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, fue reprimida una manifestación de maestros y campesinos. Fabrizio León se adelanta a tomarles fotos a los policías. Uno de éstos le asesta un culatazo. En la foto vemos la culata en primer plano, empuñada por la ira reflejada en el rostro del genízaro. Es una imagen que documenta la represión y la impunidad, y que muestra el cariño y la entrega a un oficio: el carácter de un reportero gráfico.

En el Mundial de futbol efectuado en julio de 1986, en un partido contra Paraguay, Hugo Sánchez falla un penalty. En la foto vemos al público reunido en el Salón Corona, con variadas reacciones, sin dar crédito al desliz del ídolo. Aquí observamos el acertado punto de vista, pues el fotógrafo se coloca junto al aparato televisivo para captar, no sin ironía, a los mexicanos sorprendidos. Esta imagen, ampliada, se puede contemplar en una de las paredes de la popular cervecería.

Fabrizio acude al lugar de los hechos tremendos. Ahí están sus fotos de los ataúdes de los muertos en la explosión de San Juan Ixhuatepec, el 19 de noviembre de 1984, la alucinante toma de los escombros del Hotel Regis, el 19 de septiembre de 1985.

También está la música de cámara de la luz; en un trabajo sobre médicos retrata a un galeno dormido en el quirófano, es una imagen de ternura, porque sucede cuando el nacimiento de la hija del fotógrafo, nacido éste el 2 de junio de 1963 en la ciudad de México y que ahora ofrenda 30 imágenes que muestran un recorrido de 20 años de trabajo. Un viaje por los mundos de este mundo.