JUEVES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Se convertiría en un instrumento confiable para el intérprete, opina


Delgado: el órgano del Auditorio Nacional requiere de un dispositivo electrónico

Ť En México no se ha cuestionado el remplazo del sistema mecánico por uno eléctrico

Ť Las primeras notas dirán la última palabra acerca de la rehabilitación del mecanismo

Angel Vargas Ť Encargado de dictaminar los trabajos de restauración del órgano del Auditorio Nacional, Gustavo Delgado explica que la importancia de aquél radica en ser un ejemplo de una época fallida en la que se exploraron nuevas formas de construcción de ese instrumento.

''El órgano del Auditorio Nacional -que luego de siete años de silencio se volverá a escuchar el próximo 26 de octubre- es histórico considerando que, como expresión en el mundo, este tipo de instrumento tuvo un cambio trascendental a finales del siglo XIX y hasta los años cincuenta o sesenta del XX, que lo convirtió en algo distinto. Es decir el órgano clásico, al cual podemos situar entre 1450 y 1850, sufrió una modificación radical cuando se le implementó otro sistema. Cambió la forma en que se le conceptualizó durante más de 400 años; de repente, el sistema mecánico fue transformado por uno organo-auditorio-nacional-4-jpg neumático o uno eléctrico", explica el organista y presidente de la Academia Mexicana de Música Antigua para Organo.

Limitaciones expresivas

Esa etapa es la más triste en la historia del órgano, por ese cambio, señala Delgado. Cuando se remplaza el sistema se quita toda capacidad expresiva del instrumento. Se vuelve antimusical porque el intérprete, más que serlo, se convierte en un mecanógrafo de música al no poder acometerla con plenitud ni dotarla de color ni de matiz.

''Esto no nos lo hemos cuestionado en México, mientras que en el mundo sí y por eso ya no se fabrican más órganos eléctricos. En el país, la educación del órgano se dirige a no pensar en él como tal, sino a que se trata de un instrumento que manda señales eléctricas para que funcionen las flautas. Es cierto que se puede abordar casi todo tipo de repertorio, pero con carencias y limitaciones expresivas muy significativas".

Delgado comenta que su intención no es hablar mal del instrumento del Auditorio Nacional, sino de un movimiento universal que marcó una época decadente en la historia de este tipo de artefactos.

Respecto de los trabajos que efectúa la empresa Realejo en ese órgano, subraya que se ciñen a lo enunciado en el proyecto presentado. Empero, indica que son trabajos de organería de rutina y enfatiza que el aspecto relevante es la modernización que se practica con base en la implementación de un sistema electrónico, que lo hará ''un instrumento confiable para el intérprete".

Apunta que la última palabra sobre la restauración quedará asentada cuando se desprendan las primeras notas musicales.