JUEVES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Jean Meyer Ť
Domingo 24 en Serbia
En mi crónica de malas noticias figuran las elecciones presidenciales serbias del próximo domingo y sus consecuencias, aunque puedan repentinamente pasar de malas a buenas o menos malas.
Slobodan Milosevic, el mago malvado de Belgrado, se sacó de la manga una reforma inconstitucional que le permite volver a presentar su candidatura presidencial. La pequeña república de Montenegro, aún unida por un lazo federal a Serbia, protestó contra una reforma que no la tomaba en cuenta y su presidente ha pedido a sus partidarios no votar este 24 de septiembre.
Todo el mundo tenía los ojos fijos sobre el nudo montenegrino cuando, hace unas semanas, comenzaron a caer noticias asombrosas: los sondeos de opinión si- túan a Milosevic en segunda posición, con una desventaja porcentual de 20 puntos, detrás de Vojislav Kostunica, uno de los candidatos de la oposición desunida.
La última encuesta realizada por unos colegas del Centro de Investigaciones Políticas del Instituto de Ciencias Humanas de Belgrado confirma que Kostunica lleva la delantera con 40 por ciento de intenciones de voto, frente a 22 por ciento para Milosevic. Los mismos colegas nos mandarán los resultados comentados dos días después de las elecciones. Es sorprendente porque Milosevic acostumbra ganar sin jugar; no toma riesgos: su reforma constitucional tomó a todos por sorpresa, así como la fecha muy anticipada de la jornada electoral; enseguida la represión redobló contra lo que quedaba --casi nada-- de medios independientes y contra la oposición: redadas, arrestos, procesos; misteriosamente desapareció Ivan Stambolic, ex número uno del gobierno comunista de Serbia, destituido hace mucho por su entonces amigo íntimo Milosevic. La Oposición Democrática de Serbia (ODS) había pensado en él como su candidato para el 24.
Además, Milosevic sin dificultad había ayudado a las oposiciones a profundizar su división, al grado de que no habían sido capaces de presentar un candidato único contra él con la posibilidad, según todos los analistas, de vencer.
šY de repente surge el caballo negro! Vojislav Kostunica es el candidato de la ODS, coalición de 18 partidos opositores, a quien todos le negaban la menor posibilidad de ganar, dado que el partido de Vuk Draskovic (un día en el gobierno, un día en la oposición) lanzó la candidatura del alcalde de Belgrado Vojislav Mijailovic, nacionalista de padre en hijo. Kostunica es nacionalista también y afirma que Kosovo es de Serbia, pero tiene un expediente democrático limpio: disidente en tiempo del comunismo, expulsado de su cátedra de derecho, se negó siempre a colaborar con Slobodan Milosevic; hoy, a sus 56 años de edad, representa una esperanza de transición democrática y seguramente un mal menor frente a una dictadura perpetuada.
Para Milosevic la jornada del 24 es cuestión de vida o muerte. Implicado como criminal de guerra por el Tribunal Internacional de La Haya, tiene pocas posibilidades de vivir en paz fuera de Serbia; como dijo el presidente esloveno Kucan: "Milosevich tiene que ser relecto. Eso garantiza no sólo su existencia política sino su existencia física. Sabe muy bien lo que le pasó a Ceaucescu", el tirano rumano que murió de muerte violenta. Milosevic esperaba triunfar fácilmente pero ahora se prepara para no perder. Lógicamente Kostunica conservará su primera posición en los tres próximos días; lógicamente Milosevic no puede aceptarlo. No sería la primera vez que su régimen anularía elecciones desfavorables (invierno de 1996).
La gente no se pregunta si Kostunica va a ganar --ya lo considera un hecho--, se pregunta qué va a inventar Milosevic para mantenerse en el poder. "Extraño ambiente --nos dice nuestro colega--; vamos a ganar, pero sabemos que Milosevic no puede perder".
PD. Otra noticia agridulce: en los últimos 25 años los bosques de la mariposa monarca en Michoacán han perdido la mitad de su extensión, pero el gobierno mexicano pretende triplicar la superficie de los santuarios, contra la voluntad popular...