MIERCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Presenta un nuevo disco junto con su cómplice Tarrés

 

Serrat, cansionero latino

Serrat. en Barcelona Mariana Norandi, especial para La Jornada, Barcelona Ť Después de tantos años de escuchar a Joan Manuel Serrat, de haberlo saboreado y disfrutado, de pensar que no había otro igual, viene ahora y nos sorprende confesándonos que no compone solo sino con un doble suyo llamado Tarrés. Ese tal Tarrés no se llama así por casualidad, sino por ser un nombre parecido al palíndromo de Serrat, es decir, de esas palabras que indistintamente pueden leerse del derecho que del revés. Tarrés es el alter ego del cantante, la parte más irracional del autor, la menos seria.

Ambos son parte de un mismo yo, dos visiones de una única historia. Así pues, Serrat nos presenta a Tarrés y lo hace a través de un nuevo disco: Cansiones. Sí, ha leído bien, no es una falta de ortografía ni tipográfica, sino es como lo diríamos los latinoamericanos. Y es que en estanueva producción, que verá la luz el próximo 2 de octubre, Serrat rinde un homenaje a la música latinoamericana cantando boleros, tangos, sones y hasta vallenatos, todo ello sin abandonar su peculiar estilo mediterráneo.

-ƑCómo surge Cansiones?

-Cansiones viene a ser un repaso por el fondo musical de mi memoria. De la misma manera que cuando la gente viaja se lleva cucharitas y ceniceros, Serrat y Tarrés se llevan canciones de los sitios que visitan, canciones que han llenado sus vidas y especialmente sus maravillosas noches compartidas. Es el cancionero sentimental de sus vidas.

-ƑEn qué te has basado para elegir los temas?

-Lo primero que quiero aclarar es que con este disco no pretendo hacer una antología. Hay países que tienen sus músicas más representadas que otros, lo cual no quiere decir que estos otros no me interesen ni que no tengan música hermosa. Lo que ocurre es que tuve que mantenerme en lo real y quedarme con las canciones que de alguna manera pueden conformar un trabajo discográfico que siempre es limitado. Hay éstas como podría haber otras, pero seguro que hay éstas de la misma manera que no hay otras.

-ƑQué hay de ti en cada una de ellas?

-Probablemente el elogio más agradable de las personas que han escuchado hasta ahora el trabajo ha sido que son canciones que pueden ser mías perfectamente. Eso es muy halagador, porque no saben que en verdad son mías. Lo que escucharon no es la ranchera que creen que cantaron un día entre amigos, ni el tango que les causó impacto ni el vallenato que bailaron; están escuchando una canción doble de aquélla que creen conocer. Son canciones que me he comido, que he masticado, digerido, regurgitado y que he vuelto a sacar de nuevo. Puedo decir con todo el descaro y con todo el respeto al mismo tiempo que las he hecho mías.

-El único tema compuesto por ti en este disco es Tarrés, en el que nos presentas por primera vez, después de más de 30 años de escucharte, a tu alter ego. Pero, Ƒquién es exactamente Tarrés?

Tarrés era conocido aunque no por el público, ya que él mantiene con Serrat una actitud de complicidad y al mismo tiempo de discreción. Para resumírtelo de alguna manera, te diré que Serrat sabe adónde hay que ir y a qué hora hay que llegar, y Tarrés es el que se preocupa de haber ido y de que haber llegado valga la pena.

-ƑEs Tarrés esa parte latinoamericana de Serrat?

-Yo soy y me siento profundamente latinoamericano, pero si lo vemos desde el sentido más lúdico de la vida, desde el más profundo y desde el más surrealista, evidentemente Tarrés es mucho más latinoamericano que Serrat.

-Para grabar este disco viajaste a Montevideo, Buenos Aires y Bogotá con el fin de lograr el sonido autóctono de instrumentos como el bandoneón o el tamboril. ƑQué le han proporcionado estos ritmos a tus canciones?

-Lo mismo que los condimentos a cualquier guiso. Sólo conozco a un español capaz de tocar el tango como un argentino y es Ricardo Miralles, pero si uno quiere encontrar el maravilloso sabor que tiene el tango, tiene que grabarlo con músicos argentinos. Lo mismo ocurre al buscar el perfume del bandoneón, del bajo, del violín o del tamboril. Luego puedo mezclarlos con palmas y guitarras flamencas y hacer lo que hoy se llama fusión, pero siempre con la esencia original.