MIERCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Científicos yucatecos


La biotecnología es

una salida a la crisis henequenera

Luis A. Boffil Gómez, corresponsal, Mérida, Yuc., 12 de septiembre Ť Ante la persistente problemática y casi agónica situación de la producción henequenera -que se traduce en la pobreza de las 14 mil familias campesinas dedicadas al cultivo del henequén y en un empresariado local que le resulta más económico importar la fibra de Brasil, Kenia o Tanzania-, la biotecnología constituye una salida esperanzadora.

Amarella Eastmond, José Luis Herrera y Manuel Robert Díaz, del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), exponen en el libro La biotecnología aplicada al henequén los resultados de su trabajo científico. De entrada, se logró reducir dos años el tiempo de cosecha del henequén, lo que permite además la obtención de mejor nivel de fibra. Una planta de henequén se desarrolla normalmente en un plazo de seis a siete años y con la aplicación de la biotecnología el proceso se reduce de cuatro a cinco años.

Asimismo, las técnicas de clonación permiten el incremento en la producción de fibra y hojas de 25 a 30 por ciento, respecto al cultivo tradicional de los campesinos yucatecos.

Otro ejemplo: con la biotecnología se obtienen anualmente 75 mil hojas por hectárea, 15 mil más que con las técnicas antiguas. Además, con el método científico se obtienen 40 kilogramos promedio de fibra por cada mil hojas, respecto a los 25 a 30 kilos que se obtienen normalmente.

De acuerdo con los científicos, el objetivo del CICY es producir anualmente 1.5 millones de plantas de henequén para ser comercializadas. El tiempo aproximado: cinco años.

Para ello, el 9 de julio pasado fue inaugurado el Laboratorio de Sistemas Avanzados de Micropropagación en Gran Escala del CICY -el primero en su tipo en el país-, donde se elaborarán diversos clones, entre ellos, henequén, sábila, tequila, coco, plátano, palmas, café y cempasúchil. La inversión fue de 4.2 millones de pesos.

No interesa a empresarios y campesinos

Llama la atención que a pesar de estos esfuerzos los industriales y los campesinos no parecen estar muy interesados. Los primeros, quizá por desconfianza en los tiempos de reproducción, y los segundos por falta de capital. Los hombres de empresa prefieren guardar silencio. En cambio, el presidente de los Parcelarios Henequeneros, Genaro Chalé Tuz, manifestó que la opción del CICY es factible y redituable y al menos, sin tener capital, los campesinos están dispuestos a ceder unas 150 hectáreas o más en diversos municipios para fomentar los experimentos biotecnológicos.

Los especialistas Eastmond, Herrera y Robert Díaz consideran que la aplicación de las técnicas está destinada a mejorar genéticamente las plantaciones y revertir la tendencia en la disminución de producción del agave henequenero. Con un sistema de instalación de semilleros, como soporte técnico, la alternativa económica sería una realidad en menor tiempo, para campesinos y empresarios, además que el objetivo de mejorar la calidad genética del producto estaría garantizada.