MIERCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Cierran negocios y escuelas públicas una semana


Exodo de residentes de Praga por temor a protestas antiglobalización

Roberto González Amador, enviado, Praga, 19 de septiembre Ť Las calles de Praga, una ciudad socialista hasta hace apenas 11 años, comenzaron a vaciarse. Al menos las más céntricas y las que rodean al Centro de Congresos, un edificio remozado recientemente que ahora permanece rodeado por tres cordones policiales.

La razón es la cita que se dan en la ciudad unos 20 mil delegados que asisten a la reunión de las juntas de gobernadores del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dos emblemas del capitalismo, cuyos trabajos previos iniciaron hoy y se prolongarán hasta el 28 de septiembre.

Las autoridades han dado cuenta de que en los últimos días miles de residentes de esta ciudad de 1.2 millones de habitantes han salido de Praga. De esa forma buscan mantenerse alejados de los cordones tendidos por la policía y de las molestias que les puedan causar las manifestaciones antiglobalizadoras que reunirán a unas 20 mil personas, principalmente jóvenes.

A partir de este martes, mil escuelas públicas de Praga cerraron por espacio de una semana. La mayor protesta, convocada por el movimiento Iniciativa contra la Globalización Económica, tendrá lugar 26 de septiembre.

''Aunque los participantes en la reunión del FMI y el Banco Mundial y los grupos que han convocado a las protestas deploran el éxodo de habitantes de Praga, la situación ha hecho recordar los momentos que prevalecieron en la era soviética'', apuntó hoy The Prague Post, un semanario editado en inglés, al dar cuenta del clima social que se siente en la ciudad.

Sitios que permanecen abiertos los 365 días del año, como los negocios cercanos al Museo Nacional, serán cerrados hasta el 30 de septiembre, comentaron sus propietarios. ''Probablemente perderemos dinero al dejar de vender, pero las pérdidas serían mayores si durante las manifestaciones somos objeto de vandalismo'', opinó Jarsolava Primalkova, una atemorizada dependiente en una fuente de sodas.

El mosaico de grupos que comienzan a llegar a Praga --por ahora acampan en puntos fronterizos con Alemania-- es variado. Las columnas de manifestantes estarán nutridas por integrantes de Jubileo 2000, una organización católica que pide la cancelación de la deuda del tercer mundo, hasta por ultranacionalistas checos, incluidos Alianza Nacional y Resistencia Nacional, que se oponen a la globalización e integración de esta república a la Unión Europea.

Entre ambos extremos participará también la Iniciativa contra la Globalización Económica, una organización que considera que las políticas del FMI y el Banco Mundial atentan contra las naciones más pobres, el movimiento ''50 años es suficiente'', que ya hizo su aparición durante las protestas callejeras de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio en noviembre pasado; la agrupación ''Gente por un tratamiento ético a los animales'', y varios grupos que enarbolan la insignia de la letra A encerrada en un círculo propia de los movimientos anarquistas.

''La ciudad de Praga es muy bonita'', dijo Hoerst Koehler, director gerente del FMI, durante una entrevista reciente con el Financial Times. ''Pero en ella es fácil bloquear el tráfico, así que la reunión no será descansada''. Falta poco para probar si tiene razón.