MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Reportero de La Jornada


Manuel Altamira cumple 15 años de enviado especial

Arturo Cruz Bárcenas Ť El 18 de septiembre de 1985, el periodista Manuel Altamira entregaba su colaboración que iría a la contraportada de la edición del 19 de septiembre de La Jornada. Era una entrevista al entonces líder de la Asociación de Inquilinos del Barrio de Tepito Colonia Morelos, AC. Remataba la nota con una frase que la historia desmentiría, de algún modo, tan sólo unas horas después: "Tepito nunca se va a acabar".

Unas horas ... tan sólo unas horas después, un temblor de 7.8 grados Richter (vallejiana en Rayuela de este diario: "Hay golpes en la vida, tan fuertes, como el odio de Dios") haría ver que con el futuro no se juega y se anunciaba que más de 250 edificios se habían derrumbado. Sólo datos preliminares. ƑHabía desaparecido la urbe, Tepito incluido?

Se reportaban más de 10 mil heridos. El número de desaparecidos, desconocido. Cuatro mil muertos... El odio de Dios. "šSólo esto nos faltaba!", se repetía aquí y allá.

ƑY Manuel Altamira? En la redacción se pensaba que el periodista estaba reporteando la información y que su ausencia pregonaba una de las mejores crónicas, su estilo preferido. Pero no fue así. En la Rayuela del 22 de septiembre se leía: "Se nos ha ido Manuel Altamira. Su cuerpo quedó sepultado bajo toneladas de cemento a la hora en que los relojes de la desgracia sumaron las 7:19 de la mañana. Solo que ésta, su muerte, nos toca cerca, dentro... serás nuestro primer enviado especial". Su cadáver fue hallado apenas al anochecer del sábado 21 de septiembre.

"Altamira vivía los mejores tiempos de su breve existencia, iniciada hace 37 años. Los últimos 15 los había hecho transcurrir en el periodismo, sobre todo en Monterrey... (Para él) el diarismo no era un simple modo de ganarse la vida y, desde luego, no era ocasión de lucro... (lo entendía) como una misión intermediaria entre los hechos y los lectores, y vivía para ejercerlo", dijo Miguel Angel Granados Chapa en su columna.

"En su última etapa profesional, Altamira ingresó a La Jornada, en las vísperas de su aparición... Tímido en el trato personal (lo que a veces se revelaba en rapidez excesiva en el hablar, interrumpido por frecuentes mano, Altamira ganó muy rápido el afecto y el respeto de sus compañeros... él se alojaba aquí (en el DF) en el departamento que la familia Murillo habitaba en el edificio de Bruselas y Liverpool. Casi todos los residentes de ese lugar perecieron".

"En su sencillez, un reportero es una personalidad compleja", se señala en otra información publicada en La Jornada el 22 de septiembre... "Manuel Altamira, reportero, celebró con nosotros -los trabajadores de este diario- el primer aniversario de La Jornada hasta las 6:30 de la mañana del día 19. Nos despedimos y se fue a su casa (Bruselas 8, esquina con Liverpool).

"Minutos después empezó el temblor. Uno tras otro, los cuatro pisos de su edificio se desplomaron. Iba a cumplir 38 años... Aquí, sus amigos le decían el Capote, por su afición a Truman. Entre los escombros de su vivienda se encontraron las pastas amarillas de Manhattan Transfer. Fue siempre "abajo firmante" de todas luchas del gremio y se autodefinía "básicamente reportero de policía".

En su última nota publicada en vida Manuel nos dio una lección: "Tepito nunca se va a acabar". Mejor le ponemos signos de interrogación, Ƒno?