MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Helen Escobedo expondrá 15 instalaciones


"Terrible", la mortalidad del arte; nada es duradero

Ť "Hay que pensar en los grandes temas que a todos afectan"

Merry Mac Masters Ť Para Helen Escobedo el arte es ''terriblemente" mortal. Y, no sólo éste, sino todo; como ''absolutamente" nada dura, la escultora y creadora de instalaciones se reserva la decisión sobre la desaparición o no de sus obras, cómo y cuándo.

Incluso, al quedarse sus instalaciones efímeras en un museo, preferiría que una vez terminada su exhibición fueran destruidas: ''No quiero que se pudran lentamente y parezcan obras que nunca hice".

Ante determinación tan drástica, se podría concluir que no hay producción de ella en los museos. ''Sí la hay -aclara-, pero es obra que me piden y la hago específicamente para que dure". Respecto de su material, no causa sorpresa cuando dice: ''No compro nuevo. Todo es reciclado, prestado, donado o retornable".

El motivo de la entrevista es su exposición Estar o no estar, en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, de Ciudad Universitaria, instancia que dirigió de 1961 a 1979 y de donde salió para formar parte del equipo que diseñó el Espacio Escultórico.

Integrada por 15 instalaciones cargadas de humor, a veces muy negro, parece recobrarse el sentido lúdico del recinto.

El MUCA -afuera del mismo su Bicivocho podría representar la solución ideal para darse la vuelta a CU-, asegura, es el único espacio en donde ''es factible crear un tipo de museografía que te cambia radicalmente el espacio (2 mil 300 metros cuadrados) en cuestión de días. Lo único que tiene de fijo son las columnas a cada diez metros; pones los muros donde quieras".

Más que un ''regreso a casa", el control de los espacios es una prioridad en la obra de Escobedo: ''Siempre trabajo en espacios alternativos, hospitales, minas, capillas cerradas... lo que me den. Hacer esto en un museo es casi imposible, a no ser que pueda diseñar los espacios.

''Hay que pensar en los grandes temas que nos afectan a todos". Sobre exposiciones del MUCA como La muerte, apunta: ''Allí probablemente está el puente de por qué hago lo que hago: ocupar espacios.

''No me interesa el ayer, y el mañana todavía no lo conozco. Lo que sí me importa es el hoy. Así trabajo, esté donde esté, en el país que esté. Necesito buscar equipo local, estudiantes, colaboradores, voluntarios que me expliquen dónde estoy, cuáles son las leyendas del sitio que me han dado, qué ha pasado allí, qué material puedo encontrar tirado, reciclado, dónde están los basureros, qué desechan o no.

''Es siempre estar viviendo a flor de piel y lo que hago resulta lo mismo. Por eso no me interesa guardar, conservar, empacar, asegurar, transportar, desempacar, reasegurar, devolver y ver dónde guardo todo."

Desde 1985 reparte su tiempo entre Alemania y México. Para Estar y no estar ha diseñado una serie de cuartos ''según los necesite" para albergar sus instalaciones.

Al asomarse a El piso verde, se verá que la persona que lo pintó quedó atrapada en un rincón donde se ven sus zapatos y en lo alto una soga o una escalera hecha de soga. ƑQué pasó? ''Siempre dejo la pregunta abierta, no soy definitiva", apunta.

El cuarto hundido (allá por Amecameca) tiene muebles recortados y todo está cubierto con ceniza recogida en el Popocatépetl. Se impide la entrada a Horror vacui (o miedo al vacío) aunque la puerta está abierta. En Silencio recordado, de los estuches de viaje de instrumentos musicales viejos sale un sonido de orquesta afinándose.

Interés por el ser humano

La instalación Malas noticias fue realizada hace dos años en Hamburgo. Cuatro figuras semihumanas, recubiertas de papel periódico con encabezados alarmistas, yacen sobre camillas de hospital.

Detrás de Pánico hay una historia real: una vez al estar Escobedo dentro de un aeropuerto éste empezó a quemarse. Las personas, al tratar de salir, dejaron sus pisadas en la ceniza del piso.

Indumentaria para la guerra y la paz se compone de tres vitrinas ''prestadas del Museo Universitario del Chopo". Una contiene una camisa, un pantalón, mitad mezclilla, mitad militar, unos huarabotas, un rifle-caballo, un gorrombrero. En otra está la bitácora para la jungla, y en la tercera un ajedrez hecho de saleros y pimenteros y una pipa.

Una recreación arqueológica lleva por nombre Excavación: D.C. 2001, sitio: Mercado de la Merced, sección: barro y cerámica, con el subtitulo a la usanza griega, Archaioi, antropoi, mexicanoi. No podrían faltar los restos de comida chatarra y los caguamas.

Una hilera de petateados protagoniza Muerte sin fin, ''en este valle de lágrimas en donde de aquellos 3 millones de habitantes ya tan sólo quedan 20 millones de sobrevivientes". Sirve de marco un par de murales in situ de los pintores Moreno.

La triste historia de un carrito... muestra cinco etapas de un vehículo de supermercado. Primero, colmado de comida chatarra; luego, oxidado y chueco en el traspatio, lleno de envases vacíos; en Tepito, convertido en bar clandestino; ya en franca destrucción, lleno de madera quemada, finalmente cubierto de plástico y chamuscado con un soplete.

šYa no soy lo que era! también tiene fondo. Sus cuatro bustos se hicieron con ''el cascajo recogido de un muro de la cocina que se cayó cuando murió mi nana. De repente me advertí que allí adentro probablemente iban todos los humores, sabores y sinsabores de las horas que pasábamos juntas platicando, cocinando y contando chistes".

Moda papalotera, con su serie de indumentarias planas, es un comentario sobre la moda que va y viene. Sólo de vida se muere fue la pieza ganadora del Salón de Estandartes organizado por el Centro Cultural Tijuana. Si el espectador se siente ''acongojado" por el recorrido, a la salida podrá descansar en un Consultorio y dispensario, con una mesa de masaje con hierbas.

Nunca ha mantenido un solo lenguaje artístico. Tuvo sus comienzos en el barro y el bronce en el Royal College of Art de Londres. Su regreso a México coincidió con el auge de lo abstracto y lo geométrico.

''Intelectualmente, soy geométrica de los espacios, pero adentro está la tripa". En 1970 dejó la escultura por la instalación: ''Todos empezamos un poco en el Segundo Salón Independiente (realizado en el MUCA), pero yo sí seguí; ya no me interesó hacer escultura.

''Lo que me llamaba la atención era el ambiente. Desde mis épocas de bronce siempre ubicaba la figura en su ambiente. Les ponía techos, muros, les acercaba un perrito, les ponía un volante y dejaba el espacio libre, pero desde 1970 empecé a hacer ambientaciones.

''Me interesó más el ser humano como alguien móvil que penetraba mis obras, no que les diera la vuelta o las viera de frente."

(Estar y no estar, 15 instalaciones de Helen Escobedo, será inaugurada el jueves 21, a las 18:00 horas, en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, costado sur de la Torre de Rectoría, CU. Se realizó un video del mismo nombre de 40 minutos.)