MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Ambicioso proyecto de Teodoro González de León
Con Vuelta a la ciudad lacustre se recuperaría el lago de Texcoco
Ť Sería un proceso de metabolismo urbano-ecológico, afirma
Arturo Jiménez Ť Un ambicioso proyecto hidráulico y urbanístico a partir de la recuperación del lago de Texcoco, pero que impactaría a todo el Valle de México, propuso ayer el arquitecto Teodoro González de León.
Se trata de Vuelta a la ciudad lacustre, el cual plantea crear un enorme polo de desarrollo que incluye un sistema de lagos cinco veces mayor que la bahía de Acapulco y que estarían contiguos e interconectados por infraestructuras urbanas.
En el oriente del lago se crearía una ciudad que enlazaría con Texcoco y los asentamientos existentes. Habría islas conectadas mediante calzadas y vías rápidas que salvarían en esa región del oriente de la ciudad la complicada comunicación norte-sur, una medida urgente desde hace años.
En una de esas islas incluso, a unos 15 kilómetros del actual, se instalaría el nuevo aeropuerto internacional, que al quedar rodeado de agua se salvaría de la expansión de los asentamientos humanos.
Inminente, la invasión urbana
González de León presentó su proyecto durante una conferencia magistral en el primer día del vigésimo primer Congreso Panamericano de Arquitectos, que hasta el viernes 22 se desarrollará en un hotel de Polanco, el Palacio de Bellas Artes y el Auditorio Nacional. Su intervención la dividió en tres partes:
La revisión de una decena de sus alrededor de 200 proyectos arquitectónicos realizados en México y el extranjero, en la que planteó conceptos personales básicos como la creación de espacios comunes; una reflexión acerca del estado de la arquitectura mexicana en relación con la problemática nacional, en la que resalta la escasa utilización de estos profesionales; y la mencionada propuesta Vuelta a la ciudad lacustre.
El arquitecto, conocido por su preferencia hacia obras de carácter cultural, advirtió que si bien el lecho del viejo lago de Texcoco se ha salvado hasta el momento de la invasión urbana de una manera sorprendente, ese fenómeno está a punto de ocurrir, por lo que urgió a tomar medidas. Según esta propuesta, el sistema lagunario sería alimentado por sólo 15 por ciento de las aguas residuales y estaría rodeado por un litoral de 80 kilómetros para desarrollo urbano.
Las partes sur y poniente del lago, que colindan con las áreas urbanas más bajas, sería un bordo de un kilómetro de ancho que alojaría servicios, parques e infraestructura para suplir las deficiencias de las colonias del oriente de la metrópoli.
''Los bordos se construirían con los lodos que produce el tratamiento de las aguas residuales y con los rellenos sanitarios de la basura que, ahora, de manera anárquica, se hacen en ese mismo lugar". Ello sería, agrega, un verdadero proceso de metabolismo urbano-ecológico.
La última oportunidad
Para González de León, ''este proyecto cambiaría el paisaje urbano y en particular el de las áreas depauperadas del oriente. Nuestro habitual horizonte polvoriento desaparecería, tendríamos aire más transparente. Los meteorólogos nos auguran además un clima mejor, más temperado. La mayor evaporación producida por el lago reduciría sensiblemente la contaminación".
Es también "una estrategia para atraer a gran parte del crecimiento urbano a las nuevas áreas del oriente y aliviar la presión que los invasores y los fraccionadores ejercen en las laderas del sur y del poniente del valle. Esas laderas permeables son imprescindibles para la infiltración del agua pluvial al acuífero subterráneo".
Y advierte: ''El rescate del lago de Texcoco es la última oportunidad que existe de intervenir en el corazón de la metrópoli con un proyecto urbanístico integral. Está a la escala de la capital.
''El proyecto es factible, los estudios que se llevan realizados así lo demuestran".
Vuelta a la ciudad lacustre, concluye el prestigiado especialista, ''es un encuentro con nuestra geografía y con nuestra historia: una recreación contemporánea de la Gran Tenochtitlan".