Todos sabemos lo que quiere decir coprofagia y que los dioses practicaban el canibalismo: Cronos ingería a sus hijos, el corazón de Dionisos y otras partes de su cuerpo fueron materia deglutible, etcétera. De nuestros ancestros mesoamericanos, ni hablar. También es de sobra conocido que el oro es excremento divino debido seguramente a esta situación. Toda la historia de The shit, comenzando por las fantasías infantiles, es tan significativa que hay libros enteros dedicados a lo mismo, como el de Francisco Toledo con texto del profesor emérito Alfredo López Austin.
Bajo la curaduría de Magalí Arriola, el pintor Marco Arce presenta una muestra que gira básicamente como homenaje a Piero Manzoni (1933-1963) que no vivió para disfrutar o contraponerse a la exposición individual que le tributó la Tate Gallery a diez años de su fallecimiento.
Marco Arce es todo lo contrario a un minimal, excepto por el hecho de que sus pinturas son de pequeñas dimensiones. Es más, la muestra del Carrillo Gil ostenta algunas que son de formato grande y que no funcionan tan bien como sus muy apetecibles series sobre Manet, Alfonso Michel, Picasso, las configuraciones abstracto-orgánicas (algunas recreando a Philip Guston y a Gilberto Aceves Navarro, que algo tienen que ver entre sí) o hasta la historia de Martita, con guión de Eduardo Abarca. A lo que se añaden los amores del Príncipe de Gales. Esta serie sobre la nobleza británica no es la única que integra la tira cómica pictoricista, pero sí la más legible a partir de los óleos, varios primorosamente pintados, delimitados por marcos gruesos de madera fina. La leyenda inicial es muy sabia: ''Coleridge (1772-1834) afirma que... tanto el príncipe como la princesa sentían un gran amor. Además, hicieron todo lo posible para que funcionara". Las funciones que permitieron el amor (sin la monotonía de confinarse a una sola pareja) están bien explícitas en la iconografía, motivo por el cual, en el trayecto a la exhibición se lee la siguiente advertencia: ''Aviso importante: esta exposición incluye algunas obras de contenidos eróticos y escatológicos explícitos. Se recomienda a las personas susceptibles al tema abstenerse de visitarla".
El recibimiento a la muestra conceptual-pictoricista abre con una novia tipo revista Brides, que desdice propositivamente las virtudes pictóricas de Arce (durante el recorrido es posible encontrar otra novia, pero sólo de medio cuerpo). La contrapartida a esta figura ?virgen y madre a la vez? armada sobre juntas de diferentes tamaños integrando un solo soporte, es Capitain Shit (a shit of a painting as such), un óleo de 203 x 305 que (a mí) me confirma que la mano de Arce es mejor en formato pequeño. No obstante la idea de juntar y contraponer al capitán con la novia se convirtió en una necesidad, casi fisiológica, que permite explicar la condición procreativa de las conejas.
El hiperrealismo del cuadro Marcel Broodthaers Programme 1972, de 1999, está mejor, me parece analogable a ciertas fases propias de Lucian Freud en años pasados. Hay una historia de ''la villana", donde pueden hallarse frases similares a las que muchos miembros de la comunidad artística, académicos o no, hemos recibido en diversos momentos desde hace nueve años hasta hace poco. Del tipo: ''Tu madre seguramente fue una cualquiera como tú".
Hago la aclaración de que la ahora famosa colección ''cartas obscenas" celosamente resguardada e investigada, no es deudora en modo alguno de este artista. Más bien creo que ?si de obscenidades escritas se trata? quizá le fuera conveniente pedir un permiso especial a las autoridades competentes, para revisar tales documentos.
Volviendo a Manzoni, que para mí es el eje de la muestra: tenía cara de loco (conozco imágenes, los retratos hechos por Arce a partir de foto lo mejoran), es uno de los primeros conceptualistas-minimalistas y fue él quien industrializó para el mercado del arte 90 latas de Artist shit. Sé que pertenecen a importantes colecciones particulares y que se exhibieron en la Tate, pero quizá lo que mayormente lo distinguió fueron sus esculturas neumáticas que iniciaron un trend importante en la larga cadena de conceptualismo. Manzoni fue el primero en firmar cuerpos de personas vivas que se convirtieron así en esculturas vivientes.
Igualmente se le debe la composición de sinfonías afónicas y cuando estaba cerca de su muerte se encontraba estudiando la posibilidad de realizar tests psicológicos con miras a brainwashing, o sea a lavados de cerebro. Esta importante faceta de la producción de Manzoni, no se encuentra glorificada de manera evidente en la exposición de Arce, abocada fundamentalmente a esclarecer el proceso compulsivo que nos lleva a ingerir (imágenes) y transformarlas en otra cosa, igual que el bolo alimenticio sufre innegables transformaciones debido a la estructura del aparato digestivo.